Opinión

Repentinitis

Un enfermero vacuna de la dosis Moderna a una anciana durante el inicio de la administración de la cuarta dosis de la vacuna frente al COVID-19
Un enfermero vacuna de la dosis Moderna a una anciana durante el inicio de la administración de la cuarta dosis de la vacuna frente al COVID-19Alejandro Martínez VélezEuropa Press

Es la enfermedad de moda o a mí, al menos, me lo parece, aunque las autoridades sanitarias se muestren muy recelosas y escasamente comunicativas al respecto. No hay día, pese a ello, en el que los periódicos no den sucinta cuenta de misteriosos fallecimientos en los que el difunto, tanto si es persona famosa como del pueblo llano, cae redondo y emigra de sopetón al más allá sin causa conocida.

Son, a menudo, jóvenes y en buen estado de salud que de repente se desploman y muerden el polvo sin previo aviso, ya lo hagan en soledad o rodeadas de gente. Lo curioso es que no se les suele hacer la autopsia o, si se les hace, la noticia no aclara su resultado. Lo que sí reconocen las autoridades y sus papagallos de la prensa es que ahora, según las estadísticas, se están muriendo muchos más mamíferos humanos de los que antes lo hacían. En el último mes de julio, por ejemplo, o quizá en el de junio, pues lo leí hace tiempo y no lo recuerdo bien, han crecido las muertes de europeos, inmigrantes incluidos, en un 37′5% si se comparan con las del mismo mes de 2021.

Eso da que pensar, ¿no? Sherlock Holmes llegaría a la conclusión de que algo, si no todo, tendrá que ver ese enigmático crecimiento con las secuelas de la covid, que en no pocos casos se prolongan sine die, con su reduplicación o con los efectos del batiburrillo de las vacunas. Conste que yo no milito en el grupo, cada vez más nutrido, de los negacionistas, ni tampoco, últimamente, de las afirmacionistas. Me puse las tres primeras, lo que certifica mi buena voluntad, pero no estoy seguro de haber hecho bien con la tercera, que ni me sentó bien ni impidió que menos de un mes más tarde pescara el virus, aunque fue, por suerte, de muy baja intensidad, y aunque ya he cumplido los 86, es posible e incluso probable que no me ponga la cuarta. Ya veremos.