Entrevista

«No puede haber una humanidad sana en un planeta enfermo»

Dr. Josep Santacreu, presidente de Plant for the Planet en España y consejero delegado de DKV Seguros

Dr Josep Santacreu.
Dr Josep Santacreu.Gonzalo Pérez MataLa Razón

El autor de «Plántate», el doctor Josep Santacreu, ha logrado transmitir en su libro un gran relato al que científicos, agentes sociales y destacadas organizaciones y líderes internacionales tratan de dar forma desde hace años para afrontar el gran desafío que afronta la humanidad: el de la salud planetaria. Santacreu nos traslada el entramado que existe en torno a este concepto y la crisis climática apoyado en una rigurosa elección de informes.

En su libro se refiere a la salud planetaria, ¿qué quiere decir?

No podemos referirnos ya a salud humana, animal o del paisaje o la ecología, sino que tenemos que hablar de una única salud, porque todo está interrelacionado, la salud de los humanos, la de los animales y la del entorno donde viven ambos, lo hemos visto con la covid y con otras patologías. Ya decía Heráclito que para diagnosticar a un paciente primero hay que observar cómo y dónde vive: la casa, las aguas.... La idea de salud planetaria es vivir con esta mirada. No puede haber una humanidad sana en un planeta enfermo. Debemos comportarnos de la manera más sana posible, cuidando cómo nos movemos, cómo nos alimentamos, etc. para no afectar a la Tierra.

Esta semana se ha confirmado que en 2022 murieron en España 5.876 personas como consecuencia de las olas de calor. Además de las altas temperaturas y de la contaminación, en su libro habla de otras dos dimensiones más de la crisis climática que afectan al ser humano en términos de salubridad ¿Cuáles son?

Por una parte, la pérdida de biodiversidad, que hace que haya enfermedades infecciosas que salten la barrera del mundo animal y pasen al hombre, algo que seguramente ha pasado con la covid. Por otro lado, una de las consecuencias del calentamiento es el clima extremo: nevadas muy fuertes y lluvias intensas con grandes inundaciones, o sequías e incendios que producen grandes hambrunas. También por estas causas está habiendo más fallecimientos que nunca.

¿Cómo combatir esta realidad?

En diez mil años la humanidad ha dilapidado más de la mitad de los ecosistemas del mundo, la mitad de los bosques del planeta. Es un drama porque eran reservorios. Hay que reforestar el planeta a partir de bosques que tengan una gran biodiversidad, que son los que permiten captar CO2 a largo plazo.

¿La crisis climática nos hace más vulnerables a ciertos agentes patógenos?

Así es. Las fronteras de las zonas donde existían ciertos patógenos se están diluyendo y se están acercando a países donde antes no había tanto riesgo. Por un lado, el calentamiento hace que en latitudes donde antes no podían sobrevivir ahora subsistan. Por otra parte, lo que está pasando -que es la hipótesis de lo que ha podido suceder con la covid- es que al acercarse el hombre a los ecosistemas de animales salvajes y arrinconarlos, es muy fácil que microorganismos que vivían en ellos de forma habitual salten la barrera y pasen a los humanos. En las últimas décadas ha habido un aumento de patologías por esta vía.

Relaciona el concepto de salud planetaria con el de biofilia. ¿A qué se refiere?

Yo creo que la mayoría de las personas tienen una atracción por la naturaleza. Se sienten bien, sienten placer, cuando están en un paisaje bonito. Por eso, porque es tan importante para nuestra salud, hemos de protegerla e intentar que penetre donde no está, por ejemplo en las ciudades, que hay que renaturalizar urgentemente.

Entonces, ¿prescribe naturaleza?

Yo más que prescribirla lo que hago es recoger las evidencias científicas más recientes que dejan claro que las personas que están cerca de la naturaleza y la disfrutan tienen mejor comportamiento de esperanza y calidad de vida o ante enfermedades concretas.