Tecnología

Un abordaje más preciso del pecho hundido gracias a la tecnología 3D

La deformidad de pectus excavatum es de tres a cinco veces más frecuente en hombres que en mujeres

cirugía pectus excavatum - Dr. Siles
El doctor Alexander Siles, del Hospital Quirónsalud Málaga, y su equipo, durante la cirugía pediátricaQUIRONSALUDQUIRONSALUD

Para la mayoría de pacientes, el tórax excavado –pectus excavatum– únicamente tiene un síntoma: una hendidura en el pecho que puede ser ligera o profunda. Esto ocurre porque las costillas y el esternón crecen anormalmente y provocan un hundimiento del esternón hacia el interior del pecho del paciente. La profundidad de la deformidad empeora desde el final de la infancia y el comienzo de la adolescencia. Y en los casos graves, el esternón puede comprimir los pulmones y el corazón. El resultado es que algunos pacientes tienen menor tolerancia al ejercicio, pueden sufrir palpitaciones, tener infecciones respiratorias recurrentes, tos, dolor en el pecho, soplo cardíaco, mareos, fatiga, etcétera.

«No todos los casos de pectus excavatum requieren cirugía; depende de varios factores, incluyendo la gravedad de la deformidad o hundimiento, los síntomas asociados y el impacto psicológico en el paciente», explica el doctor Alexander Siles, especialista en Cirugía Pediátrica del Hospital Quirónsalud Málaga.

«En casos leves o asintomáticos –prosigue el doctor–, se pueden considerar enfoques no quirúrgicos innovadores, como la campana de vacío o vaccum bell», que es un dispositivo de silicona en forma de campana colocada sobre la parte delantera del pecho del niño que se conecta a una bomba que succiona el aire hacia el exterior del dispositivo. Esto crea un vacío que tira del pecho y del esternón hacia adelante.

Lo importante, en todo caso, «es conocer a los niños desde la infancia para que un equipo experto pueda realizar un seguimiento adecuado, de modo que puedan ofrecer todas las opciones de tratamiento quirúrgico o no quirúrgico a tiempo y a la edad adecuada a cada niño», hace hincapié el cirujano pediátrico.

Una atención integral del paciente que, junto con la tecnología de vanguardia, es la señal de identidad de la novedosa Unidad de Malformaciones Congénitas de la Pared Torácica para niños y adolescentes que ha puesto en marcha el doctor Siles en Quirónsalud Málaga. Así, la utilización de tecnología 3D para la personalización del implante de titanio crea un punto de inflexión en el concepto de la Medicina personalizada.

Este tratamiento supone un gran avance. Así, el servicio de cirugía pediátrica del citado hospital realiza la cirugía de pectus excavatum por vía toracoscópica o mínimamente invasiva, «con el apoyo del modelado 3D del implante, mejorando la precisión y los resultados en la corrección de deformidades torácicas congénitas en niños y adolescentes», incide el cirujano pediátrico.

Para ello, utilizan imágenes médicas tridimensionales y planificación virtual con el fin de personalizar el enfoque quirúrgico. Así, crean un modelo 3D del tórax del paciente, lo que permite al cirujano planificar con precisión la corrección de la deformidad y determinar la mejor estrategia quirúrgica.

A partir de ahí los cirujanos pueden optar por «la técnica de Nuss toracoscópica con implante modelado 3D o por realizar un implante de prótesis de silicona 3D personalizada diseñada específicamente para adaptarse a la cavidad hundida del pecho; dependiendo de la edad y características del paciente», explica el doctor.

Una técnica según la edad

La primera es una técnica quirúrgica cuyo objetivo es remodelar la caja torácica y paliar los eventuales problemas funcionales que pudieran sucederse. Se trata de una «técnica mínimamente invasiva», con la que se «busca mejorar tanto la apariencia estética como la función respiratoria y cardiovascular del paciente. Es una opción quirúrgica avanzada que ofrece un resultado excelente en el tratamiento del pectus excavatum en adolescentes», explica el doctor.

En cambio, la última es más idónea, tal y como apunta el experto, en pacientes «algo más mayores o con deformidades leves» y es una técnica que trata de rellenar con un implante tridimensional la deformación morfológica.

En cualquier caso, el paciente se beneficia del tratamiento quirúrgico 3D, tal y como explica el doctor: «Al ser una técnica mínimamente invasiva, implica incisiones más pequeñas y menos traumatismo en comparación con las cirugías abiertas tradicionales. Esto conlleva una reducción del dolor postoperatorio, una recuperación más rápida y una estancia hospitalaria más corta. Además, al ser una técnica personalizada, se puede lograr una corrección más precisa y óptima de la deformidad, lo que puede resultar en mejores resultados estéticos y funcionales».

Ahora bien, debido a su naturaleza personalizada y altamente especializada, «esta técnica requiere de un equipo médico experimentado y capacitado en su realización», incide el cirujano pediátrico. De ahí la importancia de esta unidad que, además, incorpora pruebas funcionales dinámicas cardiológicas y respiratorias, así como una valoración psicológica del paciente para garantizar la calidad de vida del menor. Así, según los datos facilitados por el cirujano pediátrico, «la incidencia de pectus excavatum es de tres a cinco veces más frecuente en hombres que en mujeres, con un caso de cada 400 a 1.000 nacidos vivos».

¿Cuál es la causa de esta afección?

►La causa exacta del pectus excavatum aún no se conoce con certeza, pero se han planteado diversas hipótesis, explica el doctor. Se cree que esta afección puede estar relacionada con «un crecimiento anómalo de los cartílagos de la unión esternocostal o un desarrollo inusual de las costillas». Y no sólo. «También se ha observado que esta malformación puede estar asociada con trastornos del tejido conectivo, como el síndrome de Marfan, el síndrome de Ehlers Danlos y la osteogénesis imperfecta, así como otras enfermedades», afirma. Además, existen evidencias que sugieren «una predisposición hereditaria, aunque no todos los casos son heredados», añade.