
Opinión
Acción para la salud global
Los recortes en salud global se estima que provocarán en los próximos 15 años más de 25 millones de muertes

La Covid-19 nos enseñó que ningún virus respeta fronteras, y que la salud de una comunidad está intrínsecamente ligada a la de todas. En un escenario internacional donde importantes países donantes están abandonando la escena de la solidaridad y la cooperación, España ha dado un paso al frente en Sevilla, durante la IV Conferencia de Naciones Unidas para la Financiación al Desarrollo, comprometiendo 315 millones de euros para salud global. El compromiso español hasta 2027 incluye un aumento de la contribución al Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis, apoyo a la Alianza GAVI y una aportación plurianual a la OMS.
La Iniciativa de Acción para la Salud Global presentada por Pedro Sánchez, junto con la agencia de la ONU para la salud y otros socios –las principales organizaciones multilaterales de la salud y más de 10 países– hace realidad el compromiso de aumentar las inversiones en la cobertura de la sanidad universal. Se sustenta en los cuatro objetivos esenciales de reforzar la arquitectura sanitaria mundial, haciéndola más eficiente y sostenible; alinear la financiación con las prioridades locales; promover la cobertura sanitaria universal a través de sistemas de salud resilientes, inclusivos y sostenibles; y movilizar recursos. En lo que es una hoja de ruta realista y urgente. Es una reacción frente a los recortes en salud global, que se estima provocarán, en los próximos 15 años, más de 25 millones de muertes, lo que representa una cifra mayor que la población de 130 países del mundo. El combate al repliegue presupuestario trágico, viene a sumarse a la lucha contra los negacionistas y la desinformación, como la única solución moralmente aceptable, además de la más inteligente, ya que la salud de cada uno de nosotros depende de la salud de los demás.
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