Científicos revelan cómo la transfusión de sangre joven alarga la vida del cerebro anciano

Prevenir el envejecimiento o incluso detenerlo es el objetivo de multitud investigaciones en los últimos años. Los científicos cada vez hallan más vías, nuevas y prometedoras, para aumentar la longevidad: desde claves genéticas hasta la prescripción de nuevas dietas o ejercicios físicos, pasando por métodos menos convencionales, como la utilización de plasma sanguíneo. La proliferación de estudios científicos (a menudo, desvirtuados o malentendidos) ha provocado que, de hecho, haya millonarios pagando miles de dólares por recibir transfusiones de sangre joven bajo la promesa de que, de esta manera, detendrán su envejecimiento.

Ahí está el ejemplo viral de Bryan Johnson, un magnate y empresario relacionado con el desarrollo de software obsesionado con rejuvenecer. Tanto, que ha afirmado usar a su hijo adolescente como "bolsa de plasma" y recibir de él transfusiones para "reparar su daño celular". Pero más allá de los ejemplos más mediáticos, más cercanos al vampirismo que al empirismo, lo cierto es que sí existe cierta evidencia científica sobre el uso de sangre joven para ralentizar el envejecimiento.

En un avance internacional sin precedentes, los neurocientíficos ha descubierto qué tienen en común o por qué pueden llegar a funcionar las intervenciones dirigidas a frenar o incluso revertir el reloj biológico. En concreto, el hallazgo desvela por qué las transfusiones de sangre joven "rejuvenecen" los cerebros ancianos.

Hasta tres investigaciones distintas llevadas a cabo por diferentes equipos científicos y publicadas en Nature, Nature Aging y Nature Communications el 16 de agosto de 2023, atribuyen a las plaquetas los beneficios cognitivos de recibir sangre joven. Además, demuestran que las plaquetas también podrían explicar por qué el ejercicio o la hormona de la longevidad, conocida como klotho, influyen en el aumento de la longevidad.

Así, el descubrimiento une tres enfoques distintos (transfusiones de sangre joven, ejercicio físico y la hormona klotho) para aportar una explicación única. En particular, que un mismo factor es el responsable de la mejora de la función cognitiva en cerebros viejos: el factor plaquetario 4 (PF4).

Por qué las plaquetas podrían ser el verdadero elixir de la juventud

Las plaquetas son células sanguíneas cuya función principal es enviar señales al sistema inmunitario durante una lesión, formando coágulos para ayudar a la curación. Las plaquetas fabrican una molécula llamada PF4, que ahora ha resultado ser también un potenciador cognitivo.

Los tres estudios —conducidos por dos equipos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), Estados Unidos, y un equipo de la Universidad de Queensland, en Australia— demostraron así que el PF4 es crucial para transferir al cerebro los beneficios de las tres intervenciones antienvejecimiento mencionadas, incluidas las trasfusiones de sangre. Tal fue la coincidencia que los científicos pactaron publicar sus hallazgos a la vez, para no pisarse entre ellos.

Así, las investigaciones revelaron que la PF4 podía revertir eficazmente el envejecimiento cognitivo en ratones. Bajo su influencia, los ratones viejos recuperan la agudeza de la mediana edad y los jóvenes se vuelven más inteligentes.

Uno de los experimentos inyectó plasma sanguíneo joven a ratones de 22 meses (lo cual equivale a una edad aproximada de 70 años en los humanos), y logró invertir su edad cognitiva. En concreto, el PF4 redujo esta edad al equivalente de alguien de 30 o 40 años.

"La sangre joven, el klotho y el ejercicio pueden decirle de algún modo a tu cerebro: eh, mejora tu función", explica el doctor Saul Villeda, director asociado del Instituto de Investigación del Envejecimiento Bakar de la UCSF y autor principal del artículo sobre transfusiones sanguíneas publicado en Nature. Con PF4 en la ecuación, "estamos empezando a entender el vocabulario que hay detrás de este rejuvenecimiento".

Por su parte, la doctora Dena Dubal, profesora de la UCSF y titular de la Cátedra 'David A. Coulter' de Envejecimiento y Enfermedades Neurodegenerativas, dirigió el estudio sobre klotho, publicado en Nature Aging, que también halló los beneficios de PF4. Finalmente, Tara Walker, doctora y profesora de neurociencia en la Universidad de Queensland, dirigió el estudio sobre el ejercicio, publicado en Nature Communications.

"Cuando nos dimos cuenta de que habíamos descubierto lo mismo de forma independiente y casual, nos quedamos boquiabiertos", afirma Dubal. "El hecho de que tres intervenciones distintas convergieran en los factores plaquetarios pone verdaderamente de relieve la validez y reproducibilidad de esta biología. Ha llegado el momento de perseguir los factores plaquetarios en la salud cerebral y la mejora cognitiva", celebra.

Estudio nº1: sangre nueva en venas viejas

Que las transfusiones de sangre contribuyen a ralentizar el proceso de envejecimiento no es nuevo, pero sí quedaba saber el porqué. En 2014, Villeda descubrió que el plasma de sangre joven, inyectado en animales viejos, era reconstituyente. Cuando su equipo comparó el plasma joven con el viejo, descubrió que contenía mucho más PF4. Por eso, la simple inyección de PF4 en animales viejos era tan reconstituyente como el plasma joven.

"El PF4 hace que el sistema inmunitario parezca más joven. Disminuye todos los factores inmunitarios activos que favorecen el envejecimiento, lo que conduce a un cerebro con menos inflamación, más plasticidad y, finalmente, más cognición", explica Villeda. Tras la inyección, los ejemplares ancianos obtuvieron mejores resultados en diversas tareas de memoria y aprendizaje que antes del tratamiento.

Estudio nº2: klotho, la proteína de la longevidad

Hace una década, Dubal demostró que klotho mejora la cognición en animales jóvenes y viejos. También hace que el cerebro sea más resistente a la degeneración relacionada con la edad. Pero sabía que sus efectos tenían que ser indirectos porque las moléculas de klotho, inyectadas en el organismo, nunca llegaban al cerebro.

Así fue como el equipo de Dubal descubrió que la respuesta era el PF4 que las plaquetas liberaban tras una inyección de klotho. En su estudio, Dubal y sus colegas prueban que el PF4 tuvo un efecto espectacular en el hipocampo, la región del cerebro encargada de crear recuerdos.

Estudio nº3: el ejercicio también mejora la salud cerebral

El último de las investigaciones probó que las plaquetas liberaban PF4 en el torrente sanguíneo tras el ejercicio. Cuando el laboratorio de Walker probó el PF4 por sí solo, como también hicieron Dubal y Villeda, también observaron mejoras en la cognición en animales viejos.

"Para muchas personas con problemas de salud o movilidad, o de edad avanzada, el ejercicio no es posible, por lo que la intervención farmacológica es un área de investigación importante", afirma Walker. "Ahora podemos dirigirnos a las plaquetas para fomentar la neurogénesis, mejorar la cognición y contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad".