Nutrición
Científicos descubren la alternativa natural al Ozempic: alimentos con efectos similares que cuestan muy poco
Un estudio de la Universidad de Arizona sugiere que una dieta rica en estas fibras vegetales puede ayudar a controlar el peso por un mecanismo parecido al de los fármacos GLP-1
La fiebre por los fármacos recetados contra la obesidad no parece tener fin. Ozempic, Wegovy y Mounjaro continúan generando millones en beneficio para las farmacéuticas que ostentan sus patentes, bajo la premisa de ayudar a adelgazar. Las inyecciones agonistas del receptor de GLP-1, un compuesto creado inicialmente para las personas con diabetes tipo 2, continúan cotizando al alza desde que empezaron a comercializarse como un método para perder peso.
El problema es que cada caja de Ozempic o Wegovy (una pluma de cuatro dosis) cuesta entre 140 y 300 euros en España. Además, no son fácilmente accesibles y no se los recetan a cualquiera, sino a personas que padecen obesidad o diabetes. Por lo tanto, no es tan fácil hacerse con una inyección. No obstante, podría haber alimentos con efectos similares (aunque no tan potentes) a los de fármacos GLP-1, según un nuevo estudio científico.
Lo primero que debemos saber es que los medicamentos estilo Ozempic están diseñados para imitar la acción de la hormona GLP-1 natural, que juega un papel crucial en la regulación del azúcar en la sangre y el hambre. Estos fármacos han demostrado ser efectivos para la pérdida de peso al disminuir el apetito y ralentizar el vaciado gástrico, combinados con una alimentación adecuada y ejercicio físico.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) sugiere, en una investigación publicada en The Journal of Nutrition, que una dieta alta en ciertas fibras vegetales podría tener consecuencias parecidas a los fármacos GLP-1 en la salud metabólica. Los científicos probaron cinco tipos diferentes de fibra en ratones alimentados con una dieta rica en grasa, pero encontraron que solo la suplementación con β-glucano tuvo un efecto significativo en la reducción de peso, grasa corporal y mejora de la tolerancia a la glucosa.
Solo esta fibra vegetal logró resultados en el metabolismo
En concreto, compararon durante 18 semanas los efectos de cinco fibras vegetales comunes: pectina, β-glucano, dextrina de trigo, almidón resistente y celulosa (como control). A cada grupo de ratones se le administró una de estas fibras mezclada con su dieta. Al finalizar el periodo, los investigadores midieron peso corporal, masa grasa, tolerancia a la glucosa y cambios en la microbiota intestinal.
Los resultados fueron claros: el grupo que consumió β-glucano no solo ganó menos peso y grasa, sino que también presentó una mejor respuesta a la glucosa, un marcador clave en la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2. Además, estos ratones mostraron mayor actividad física y gasto energético. Por eso, señalan que la β-glucano, presente en alimentos como la avena y la cebada, podría convertirse en un aliado importante en la lucha contra la obesidad y la diabetes.
Una de las claves de este efecto podría estar en el intestino. Y es que la β-glucano fue la única fibra que aumentó significativamente los niveles de butirato, un ácido graso de cadena corta vinculado a la activación del tejido adiposo marrón (que quema calorías) y a una mejor salud metabólica. También incrementó la presencia de bacterias beneficiosas como Ileibacterium y Parasutterella, asociadas con mayor gasto energético y regulación del metabolismo de los ácidos biliares.
Mientras que la suplementación con fibras como la pectina, la dextrina de trigo o el almidón resistente modificaron la composición de la microbiota, ninguna de ellas logró, por sí sola, una mejora significativa en los indicadores metabólicos, como sí logró la fibra vegetal que encontramos en la cebada o la avena.