Cargando...

Salud

¿Hay una grasa que retrasa el envejecimiento? Los resultados de este estudio confirman su potencial

La grasa parda (que perdemos a medida que envejecemos) podría reducir el riesgo de enfermedades, controlar la obesidad y, en última instancia, alargarnos la vida

La grasa parda potencia el metabolismo y podría promover la longevidad Freepik

No toda la grasa es igual. La grasa que la mayoría de la gente imagina se conoce como grasa blanca, ya que si pudiéramos verla bajo la piel veríamos que tiene un color amarillo claro. Pero también se nace con grasa parda (que, como es lógico, tiene un aspecto marrón).

Fue en agosto de 2020, cuando un equipo internacional de investigación informó de que había descubierto cómo activar algo llamado grasa parda o tejido adiposo pardo. Gracias a los avances científicos, ahora sabemos que su activación es una de las claves del metabolismo, del control del peso corporal y, quizá, de la longevidad.

Una reciente investigación publicada en la revista Aging acaba de revelar que el tejido adiposo pardo podría desempeñar un papel crucial en mejorar la resistencia física, así como promover un envejecimiento largo y saludable. A grandes rasgos, diríamos que tiene la capacidad de "mantenernos jóvenes".

Además, este hallazgo abre nuevas posibilidades en el tratamiento de enfermedades relacionadas con el envejecimiento y el aumento de la calidad de vida en la tercera edad.

¿Qué es la grasa parda?

A diferencia de la grasa blanca, que sirve para almacenar energía y está asociada con problemas como la obesidad, la grasa parda quema calorías para generar calor y mantener la temperatura corporal. Este tipo especial de tejido adiposo no solo ayuda a regular el metabolismo y el peso, sino que también podría proteger contra diversas condiciones de salud, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el Alzheimer.

Ahora, un equipo de investigadores de la Rutgers New Jersey Medical School, liderado por Dorothy E. Vatner, Jie Zhang y Stephen F. Vatner, ha analizado el impacto del tejido adiposo pardo en el rendimiento físico y la salud a largo plazo.

En experimentos con ratones genéticamente modificados, descubrieron que el trasplante de grasa parda (que ya se usa para combatir la obesidad) de estos animales a ratones normales mejoraba significativamente su resistencia al ejercicio en solo tres días.

Además, la grasa parda también aumentó el flujo sanguíneo y la densidad de vasos sanguíneos en los músculos, lo que refuerza su papel en la mejora de la circulación y la reducción del estrés celular.

Un posible tratamiento del futuro

Ante estos resultados, los investigadores sugieren que podría desarrollarse un tratamiento farmacológico que imite los beneficios de la grasa parda, ofreciendo una forma novedosa de combatir el envejecimiento y sus enfermedades asociadas.

"Dada la capacidad del tejido adiposo pardo para mejorar la longevidad saludable y el rendimiento físico, es probable que un análogo farmacéutico se convierta en una nueva modalidad terapéutica", afirman los autores.

Sus hallazgos podrían tener un impacto significativo en la salud de las personas mayores, ayudándoles a mantener un estilo de vida activo y reducir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con la edad. Por eso, subrayan la importancia de seguir investigando para aprovechar al máximo los beneficios del tejido adiposo pardo.

En un mundo donde la expectativa de vida sigue creciendo, descubrimientos como este ofrecen la esperanza de un envejecimiento más saludable y activo. ¿Será la grasa parda la clave para envejecer mejor?