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Entrevista

«El código Navilens es útil incluso si ves bien»

Javier Pita, es el "padre" del código Navilens, una aplicación gratuita para ofrecer información audible en 36 idiomas en más de 130 países (el metro de Nueva York acaba de entregarle un premio por hacerlo más accesible) para personas ciegas, o no, pues sus usos van mucho más allá de los problemas de visión.

Javier Pita JESÚS G. FERIALA RAZÓN

Para quienes no lo conozcan explíquenos, ¿qué es exactamente?

Una especie de código QR pero con colores.

¿Y para qué sirve?

Fue creado para las personas con discapacidad visual porque observamos que para leer un código QR tienes que saber dónde se encuentra, que estar cerca, que apuntar, que enfocar. Y lo que hicimos, junto con la Universidad de Alicante, fue crear un nuevo tipo de código que pudiese ser leído por una persona ciega a distancia y sin enfocar. Esto permite, en diferentes casos, solucionar distintos problemas. Por ejemplo, en Madrid está en las paradas de autobús y una persona ciega cuando está cerca puede abrir la cámara del móvil, la aplicación Navilens y el código se capta a 20m de distancia, le lleva donde se encuentra la parada y, con audio, le dice cuándo son los próximos. Es tecnología 100% española.

Sus aplicaciones son infinitas como la reciente colaboración con Cinfa. ¿Cómo surgió? Porque es la primera vez que se emplea en estuches de medicamentos.

Correcto. A partir de la necesidad de las personas ciegas, y en concreto de una de Pamplona, que nos puso en contacto con el laboratorio Cinfa para solucionar un problema con los fármacos. Y es que una persona ciega tiene que ser capaz de leer qué medicamento es, acceder al prospecto y, además, a una información clave: la fecha de caducidad. Esta viene impresa con letras en un lateral, pero si no ves es imposible de leer. A partir de esta conexión entre esta persona con discapacidad visual le presentamos Cinfa que se podía solucionar este problema.

En las farmacias tienen experiencia...

En ciudades como Segovia, Almería, Córdoba, Huelva o Cádiz los colegios de farmacéuticos han desplegado estos códigos en la puerta de las farmacias para resolver lo que se llama el problema de la orientación de los últimos metros. Una persona con discapacidad visual puede guiarse hasta allí con una aplicación de GPS, pero no es totalmente preciso. Si ves, al final levantas la vista y ves la puerta de la farmacia, pero quienes no tienen dificultades. ¿Cómo se solventa? Igual que hay un cartel que dice «Farmacia» se ha puesto un código Navilens en la puerta para que la persona pueda localizar dónde está la puerta de entrada usando la aplicación que detecta el código y le atrae hacia la puerta.

"Un usuario ciego de Japón nos escribió para decirnos que lo utilizaba para patinar sobre hielo"

Y se está usando en productos de alimentación para informar de los alergenos.

Es algo que empezamos con Kellogg’s, en los cereales y se implantó por primera vez para transmitir el nombre del producto, sus ingredientes, alergenos, etc. Está en sus productos en toda Europa. También en los de Procter& Gamble, Bimbo España, Elpozo o Nivea. ¿Qué es lo que hace? Que cuando estás en el supermercado puedes detectar de forma equivalente a una persona que viese los distintos productos y saber dónde se encuentran, en qué estantería, y acceder a toda la información. Y otra cosa superchula es que en Kellogg ha lanzado una función que tú puedes activar la categoría productos veganos y con realidad virtual te dice cuáles son.

Es decir, es útil incluso aunque no tengas un problema visual.

Claro, es para todos. Ese es el objetivo, una tecnología cuya prioridad es hacer un mundo más accesible e inclusivo para personas con discapacidad, pero aplicando principios de diseño universal donde esa misma tecnología sirve para todos. Y, en vez de tener que ir cogiendo uno a uno los productos y dándoles la vuelta para ver los ingredientes, alérgenos o características, es mucho más rápido usar el móvil gracias a la capacidad de leer muchos códigos al mismo tiempo y a distancia. Y es más, si te vas a Alemania o a Noruega, como el packaging de los productos normalmente está escrito solo en el idioma local, vas a poder tener esa información en el tuyo.

¿Y cuál es el empleo más curioso o raro que han hecho de él?

Una persona ciega nos escribió desde Japón diciendo que lo usaba para patinar sobre hielo. Y tiene todo sentido porque cuando das vueltas y no ves dices, ¿dónde está la salida? Y ¿qué hacía? Ponía un código Navilens en la entrada, hacia la pista, y con un móvil colgado al cuello cada vez que veía el código tenía una referencia espacial y de por donde salir.