Investigación

Descubren por qué se produce y cómo prevenir la pérdida de audición inducida por el ruido

La clave está en el zinc, que se libera de manera masiva como reacción biológica al sonido superior a 100 decibelos, interrumpiendo la comunicación y dañando el oído

Dolor de oído
Dolor de oídoDreamstimeDreamstime

Una exposición continuada a ruidos fuertes, como el de una obra o el de un concierto en directo con un elevado volumen de decibelios, y las lesiones traumáticas agudas en el oído, causadas por accidentes, explosiones u otros sucesos, pueden provocar una pérdida repentina, temporal e incluso permanente de la audición, o cambios drásticos en la percepción del sonido. La pérdida de audición inducida por el ruido es muy común y debilitante, además de una de las principales causas de pérdida auditiva, que sufre una de cada 5 personas en el mundo.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ha descubierto, en ratones, el mecanismo biológico que está detrás de este proceso, que no es otro que el daño celular en el oído interno asociado a un exceso de zinc flotante, un mineral esencial para el funcionamiento celular y la audición. En el estudio, publicado ayer por la revista PNAS se apunta también un posible tratamiento en el que se está trabajando para prevenirla.

El equipo, encabezado por Thanos Tzounopoulos, se centró en determinar los fundamentos mecánicos de esta afección con el fin de sentar las bases para el desarrollo de tratamientos eficaces y mínimamente invasivos en el futuro. En experimentos en ratones y en células aisladas del oído interno, los investigadores descubrieron que, horas después de exponer a los animales a ruidos fuertes, su nivel de zinc en el oído interno se disparaba.

Luego, el equipo administró un compuesto de liberación lenta que atrapaba el exceso de zinc libre de dos maneras: a través del oído interno del ratón o a través del abdomen. Los ratones que fueron tratados con este compuesto eran menos propensos a sufrir pérdida auditiva y estaban protegidos del daño inducido por el ruido. Así, los fármacos que actúan como esponjas moleculares que atrapan el exceso de zinc pueden ayudar a recuperar la audición perdida o, si se administran antes de una exposición prevista a un sonido fuerte, pueden proteger de la pérdida de audición.

Sólo 100 decibelios (el sonido promedio de un partido de fútbol o de una cortadora de césped) son suficientes para desencadenar la rápida liberación de zinc que daña el oído interno y causa problemas de audición, explicó el investigador principal. Alrededor del 90% del zinc del cuerpo humano está unido a proteínas para ayudarlas a mantener su estructura y función, mientras que el otro 10% se considera "zinc libre". No está ligado a proteínas, se almacena en pequeñas vesículas dentro de las células y su desregulación puede causar problemas a nivel celular. La exposición a sonidos fuertes provoca una fuerte liberación de zinc en el espacio extra e intracelular que, en última instancia, provoca daños celulares e interrumpe la comunicación normal de célula a célula, detalló la Universidad de Pittsburgh en un comunicado.

Los investigadores están desarrollando actualmente un tratamiento que se probará en estudios preclínicos de seguridad con el objetivo de que esté disponible como una opción sencilla y de venta libre para protegerse de la pérdida de audición.