Salud
Día Internacional del Linfedema: Prevención y tratamiento en supervivientes del cáncer de mama
Hoy celebramos el Día Internacional del Linfedema, una efeméride dedicada a promover la concienciación sobre esta enfermedad crónica
El 6 de marzo se celebra el Día Internacional del Linfedema, una fecha significativa dedicada a promover la conciencia sobre esta enfermedad crónica, que impacta principalmente a los pacientes que han padecido de cáncer de mama. El objetivo principal de este día es subrayar la indiscutible importancia de la prevención y el manejo adecuado del linfedema para minimizar su impacto en la vida diaria de los afectados.
¿Qué es el linfedema?
El linfedema es una condición crónica que se origina por la acumulación de un líquido conocido como linfa, una sustancia presente en nuestro organismo. Este fenómeno se produce cuando los ganglios linfáticos, que tienen la función principal de filtrar la linfa, dejan de funcionar de manera correcta o han sido extirpados.
Este problema médico es frecuentemente común en pacientes que han recibido tratamientos contra el cáncer de mama, especialmente después de ser sometidos a cirugías o radioterapias en la axila, que pueden dañar o incluso eliminar los ganglios linfáticos. Esta interrupción en el flujo normal de linfa puede provocar su acumulación, lo que genera hinchazón, generalmente en el brazo del lado donde se realizó la cirugía o la radioterapia.
Los pacientes afectados por linfedema pueden experimentar una sensación de rigidez o pesadez en el miembro afectado, así como dolor o molestias en la zona. Un cambio notable y visible es el endurecimiento y engrosamiento de la piel en el área afectada, así como la dificultad para mover esa parte del cuerpo. Es crucial tener en cuenta la aparición de infecciones frecuentes como un posible indicador de linfedema.
El linfedema es un trastorno crónico y progresivo, lo que significa que una vez que se ha desarrollado, tiende a persistir y puede empeorar con el tiempo si no se maneja de manera adecuada y oportuna. Por lo tanto, es esencial prevenirlo y tratarlo tempranamente. Según las estadísticas, se estima que una de cada cuatro mujeres con cáncer de mama desarrollará linfedema, generalmente durante el primer año después de la cirugía.
¿Existe tratamiento?
A pesar de que no existe una cura definitiva y total para el linfedema, existen múltiples medidas y tratamientos que pueden ayudar a controlarlo y reducir sus síntomas de manera eficaz. Según la Sociedad Internacional de Linfología, el tratamiento físico o fisioterapéutico ha demostrado ser eficaz para reducir y controlar el linfedema. Este tratamiento se basa en cuatro medidas fisioterapéuticas que se realizan en dos fases diferenciadas.
La primera fase es el drenaje linfático manual, un procedimiento que busca estimular el flujo de linfa en el sistema linfático. La segunda fase consiste en la compresión, que ayuda a prevenir la acumulación de líquido en el tejido afectado. También se recomiendan fuertemente los cuidados de la piel y el ejercicio regular para mejorar la circulación y evitar posibles infecciones.
Es importante resaltar que la detección temprana del linfedema y el inicio inmediato del tratamiento son fundamentales para controlar la enfermedad y mantenerla en remisión. Además, seguir un estilo de vida saludable y acatar las recomendaciones de los profesionales sanitarios también puede ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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