Opinión

Elefantes y cáncer (II)

Los elefantes tienen 20 copias de un gen que permite protegerles del desarrollo de células cancerosas

El primer registro del mito de los elefantes y los ratones lo podemos encontrar en unos textos de Plinio el Viejo del siglo I | Fotografía de archivo
El primer registro del mito de los elefantes y los ratones lo podemos encontrar en unos textos de Plinio el Viejo del siglo I | Fotografía de archivoLa RazónLa Razón

Los elefantes tienen 20 copias de un gen que permite protegerles del desarrollo de células cancerosas. La respuesta tiene que ver con sus testículos.

Muchos animales machos, incluidos los humanos, tienen los testículos parcialmente fuera del cuerpo para enfriarlos, lo que es importante para tener espermatozoides sanos. El motivo es un mayor daño del ADN a temperaturas más altas.

Sin embargo, por un capricho de la historia evolutiva, los testículos de los elefantes se encuentran en el interior de su cuerpo. Como animales de varias toneladas y color gris oscuro que caminan al sol, sus testículos pueden calentarse mucho y, por tanto, los elefantes pueden tener problemas para producir esperma viable.

Es posible que las múltiples copias del gen p53 evolucionaran para proteger el esperma de los elefantes de las altas temperaturas. Pero también es posible que esas copias múltiples evolucionaran porque los elefantes son animales grandes y, por tanto, potencialmente más susceptibles al cáncer.

Otros animales grandes no tienen múltiples copias del gen p53. Las ballenas, por ejemplo, son animales grandes con testículos internos, pero parece que tienen una copia.

Pero las ballenas también tienen un sistema interno para enfriar sus testículos, además, no se calientan tanto en el agua.

Del mismo modo, animales estrechamente emparentados con los elefantes, como las jirafas, también tienen testículos internos.

Pero son mucho más pequeños que los elefantes, y los animales pequeños son mucho más eficientes disipando el calor que los grandes.

Independientemente de cómo haya evolucionado, los elefantes parecen tener una forma natural de evitar el cáncer, y estudiar cómo funciona puede ayudarnos a comprender mejor la enfermedad.