Hospitalización

Esta es la patología que supone el mayor riesgo de colapso sanitario

Es el enemigo número 1 de la salud: más mortal que los cánceres más comunes y con una tasa de supervivencia de 5 años para la mitad de los pacientes

Insuficiencia cardiaca
Las cifras de la IC en EspañaT. Gallardo - T. NietoLa Razón

La insuficiencia cardiaca (IC) es el enemigo número 1 de la salud a nivel mundial. Hablar de ella es hablar de una de las grandes epidemias del siglo XXI, y de la más infravalorada.

Sus cifras hablan por sí solas. En esta enfermedad, que afecta a unas 800.000 personas mayores de 18 años en España, el corazón se vuelve demasiado rígido o débil para bombear la sangre, lo que suele provocar síntomas debilitantes y hospitalizaciones frecuentes, sobre todo, a medida que se envejece. Concretamente, se estima que la padece entre el 5 y el 7% de los mayores de 45 años. A pesar de los avances que se han producido en su abordaje en los últimos 50 años, tiene peor pronóstico y peor tasa de supervivencia que los cánceres más frecuentes.El 50% de los pacientes no sobreviven más allá de 5 años después del diagnóstico.

Por otro lado, cada año se producen en nuestro país más de 107.000 ingresos hospitalarios por IC. Es la primera causa del hospitalización en mayores de 65 años y las previsiones apuntan a que habrá un crecimiento del 50% de la tasa de ingresos durante los próximos 25 años. Los ingresos y reingresos representan tres cuartas partes del coste total de la IC (2.500 millones de euros al año, lo que supone casi el 4% del gasto sanitario) y suponen el mayor riesgo de colapso hospitalario. Por ello, evitarlos y mejorar la calidad de vida de los pacientes es clave.

Podría parecer que, al ser una enfermedad tan incidente, la investigación y el desarrollo de nuevas moléculas para cubrir a distintos perfiles de pacientes está asegurado. Pero no es así, mayormente por la dificultad que entraña manejar una patología con tanta comorbilidad asociada.

Existen tres tipos de IC. Por un lado está la denominada «clásica», cuyo nombre técnico es IC con fracción de eyección reducida (ICFEr), que es la que padece el 40% de los pacientes. Se produce cuando el corazón pierde su función de bombeo, es decir, se llena pero es incapaz de expulsarla sangre. Por ello, los órganos reciben menos sangre y eso supone que funcionen peor. Además, al no ser expulsada toda la sangre, se acumula en los órganos cercanos al corazón. De hecho, casi la mitad de los que padecen este tipo de IC desarrolla enfermedad renal crónica (ERC).

Los 5 magníficos

"Hay muchos tratamientos disponibles que prolongan la vida de los pacientes con esta tipología de IC. Los cuatro grupos de fármacos que conforman el estándar terapéutico (llamados ‘los 4 magníficos’) son los ARNI, los betabloqueantes, los inhibidores de SGLT2 y los antialdosterónicos", explica J. R. González Juanatey, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (Cibercv).

El resto de la patología se divide entre IC con facción de eyección ligeramente reducida –que afecta al 15% de los pacientes– e IC con fracción de eyección preservada – presente en el 45% de los afectados–. Y es en estos dos tipos donde había mayor necesidad de nuevas moléculas eficaces y seguras, y de investigación para descubrir nuevos mecanismos de acción. La innovación viene de la mano de Bayer, que está inmerso en una auténtica "ofensiva" para abordar la IC desde todos los ángulos.

"Vericiguat ha sido la última innovación, y así se considera desde el punto de vista clínico. Es el ‘5º magnífico’. Está indicado para pacientes que, a pesar de estar tratados con las familias de fármacos estándar, siguen teniendo descompensaciones cardiacas. Su principal ventaja es que, además de mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los afectados, es muy bien tolerado" explica el cardiólogo. "Por otro lado, hay mucha investigación en marcha, y una de las más prometedoras es el estudio FINEART, que está probando si finerenona (un antialdosterónico de alta selectividad que ya ha demostrado su eficacia en protección renal), puede mejorar el pronóstico de pacientes con estos dos últimos tipos de IC", añade. Los clínicos están muy pendientes de conocer los primeros resultados sobre la eficacia de esta molécula, que se harán públicos a finales de este verano en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. "Si son positivos, esto podría cambiar las recomendaciones en la práctica clínica, como ya lo hizo finerernona para ERC en 2023", destaca.

Aunque este es el futuro cercano, en un horizonte algo más lejano pero muy prometedor se perfila terapia génica como gran esperanza para tratar la IC. El mañana se concreta en una frase: "prevenir la progresión e inducir que el corazón pudiera regenerarse por sí mismo", afirma González Juanatey.

Terapia para una cardiopatía mortal y huérfana

Gracias a la incorporación de nuevas pruebas diagnósticas en Cardiología, los especialistas están pudiendo detectar una patología cardiaca infiltrativa, grave y progresiva, la amiloidosis por transtiretina (ATTR), que solía confundirse con amiloidosis primaria. La ATTR afecta a entre 300.000 y 400.000 personas en Europa, pero se cree que está infradiagnosticada. "Lo que ahora vemos es solo la punta del iceberg", explica González. Hasta la fecha, no tenía tratamiento pero, en unos meses, está previsto que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) apruebe acoradimis, un estabilizador oral de la transtiretina (proteína amiloide que se acumulan en el corazón) altamente selectivo que marcaría un antes y un después para los pacientes.