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Salud

Estos son los peligros de los nuevos fármacos para la obesidad

Los expertos alertan de los riesgos para la salud que supone su uso indiscriminado

Efectos adversos de los fármacos antiobesidad T. NietoLA RAZÓN

En pleno verano, los kilos de más salen a la luz. Y con ellos el sobrepeso y la obesidad, una enfermedad que va mucho más allá de la simple apariencia física, pues implica la concatenación de patologías metabólicas y cardiovasculares y acarrea una gran losa psicológica.

Con este caldo de cultivo, cada vez son más las personas que ven en los nuevos fármacos antiobesidad la solución rápida y sencilla (aunque cara) para acabar con el michelín. Craso error, pues medicamentos como el archiconocido Ozempic (semaglutida inyectable, aprobado para el tratamiento de adultos con diabetes mellitus tipo 2) pueden suponer un peligro para la salud cuando no se emplean bajo prescripción y estricta supervisión médica, con una previa evaluación individual de los beneficios frente a los riesgos, así como con un seguimiento adecuado para monitorizar posibles efectos adversos.

Pancreatitis y ceguera

Los peligros existen. Y hay que tenerlos en cuenta. Hace apenas unas semanas, la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido lanzó una alerta para investigar si la aparición de más casos de pancreatitis, es decir, la inflamación del páncreas, está detrás del uso de fármacos GLP-1 para la pérdida de peso o la diabetes tipo 2. «La pancreatitis aguda es una enfermedad en la que se produce una inflamación del páncreas que, aunque suele cursar de forma leve, puede producir complicaciones graves. Pero hay que tener en cuenta que se trata de un problema más frecuente en las personas con obesidad», advierte Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). De hecho, «la población con obesidad triplica el riesgo de pancreatitis, de ahí que sea fundamental vigilar a los pacientes que inician estos nuevos tratamientos y hacer un seguimiento de la posible aparición de piedras en la vesícula», asegura Diego Bellido, presidente electo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Tal y como confirman desde el laboratorio Novo Nordisk, impulsor de Ozempic, «todas las terapias basadas en incretinas (agonistas del receptor GLP-1, agonistas duales GIP/GLP-1 e inhibidores DPP-4) tienen recogida en su ficha técnica como reacción adversa poco frecuente (≥ 1/1.000 a < 1/100)».

OzempicEUROPA PRESSLA RAZÓN

Y no hay que olvidar que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) alertó en junio sobre un riesgo muy raro de ceguera repentina por neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica asociada a semaglutida, una enfermedad rara que afecta a entre dos y diez de cada 100.000 personas al año.

En cuanto a la sarcopenia, «hay que tener en cuenta que perder gran porcentaje de peso puede ir acompañado de una pérdida excesiva de masa muscular, lo que puede favorecer el desarrollo de obesidad sarcopénica, una condición clínica grave en la que coexisten el aumento del tejido adiposo con un descenso de la masa y función muscular», alerta Montse Prados, endocrina, autora del libro La Medicina que necesitar eres Tú, y miembro del grupo de Obesidad de la SEEN. Para que esto no ocurra, «es necesario un abordaje multidisciplinar con cambios en el estilo de vida», añade.

El problema está, sin embargo, en el uso indiscriminado que se está haciendo de este tipo de medicamentos. Basta con mirar en plataformas de compra-venta en internet para comprobar que es posible adquirir estos nuevos fármacos para la obesidad sin receta y con fines puramente estéticos, lo que multiplica el peligro de posibles efectos secundarios, muy superiores a los previstos por los fabricantes. «Su uso sin supervisión médica puede ser peligroso por varios motivos: manejo inadecuado de dosis y escalado, lo que puede favorecer que aparezcan efectos secundarios; falta de monitorización de efectos adversos; riesgo de administrarse productos falsificados o adquiridos ilegalmente o pérdida de peso muy rápida y significativa con riesgo de desnutrición por falta de apetito intensa», insiste Prados.

Otros efectos secundarios

Como en cualquier otro medicamento, existen posibles efectos secundarios a tener en cuenta. Los más frecuentes observados durante los ensayos clínicos están relacionados principalmente con la tolerancia digestiva, como náuseas y diarrea. «Entre el 20-40% de los pacientes los muestra, de ahí que las dosis se vayan regulando bajo supervisión. Si se realiza bien, estos efectos disminuyen y la tolerancia es buena», reconoce Bellido.

Además, también se han publicado diferentes estudios que siembran dudas sobre el posible impacto que dejan estos fármacos en la salud mental, «con mayor riesgo de desarrollar trastornos de conducta alimentaria. Si no hay una buena adherencia, por motivos económicos o por dificultad para encontrar el fármaco, y no hay un estricto seguimiento médico aparece el efecto rebote. Eso ya lo estamos viendo en la consulta», asegura Christian Gabriel, CEO y fundador de Lonvital, startup española de salud digital especializada en tratamientos médicos para combatir el sobrepeso y la obesidad. Y ese efecto «yoyó» no es baladí, ya que, «además del impacto psicológico y emocional implica una peligrosa inestabilidad para el organismo, capaz de generar problemas cardíacos y metabólicos», añade Gabriel.

¿Más riesgo de cáncer?

Para la mayoría de los pacientes, sí es seguro el empleo de los fármacos antiobesidad cuando se prescriben bien. Sin embargo, en estos últimos meses se han multiplicado las dudas sobre su posible relación con patologías graves. Ahora es el momento de analizar con seriedad los datos y todo parece indicar que no hay motivos para la alarma. «Se había comentado la relación con cáncer de páncreas pero no hay pruebas de que estos fármacos aumenten el riesgo de este tumor a cinco años de seguimiento. Respecto al cáncer de tiroides, los arGLP-1 no influyeron significativamente en la aparición del mismo», asegura Prados, aunque añade que «a pesar de la falta de pruebas concluyentes, los organismos reguladores, como la FDA y la EMA, han adoptado un enfoque preventivo y las fichas técnicas recogen el riesgo potencial de tumores tiroideos de células C».

Impacto a largo plazo

Ahora el reto está en saber cuál será su impacto a largo plazo y los posibles efectos que puede acarrear en el organismo cuando su uso se prolonga. «Son fármacos seguros, pero, como todos los medicamentos, se deben utilizar en un entorno que permita identificar posibles efectos a largo plazo. Desde la SEEN vamos a poner en marcha estudios que permitan conocer mejor el efecto en la composición corporal y la funcionalidad», avanza Bretón. En este sentido, Bellido reconoce que «hoy por hoy, la gran duda es cómo actuar con el mantenimiento de estas terapias, si bien hacerlo a dosis bajas o a dosis intermitentes. El tratamiento actual es de choque, pero creo que la clave está en considerar la obesidad como una enfermedad crónica. Hay experiencia acumulada en pacientes con diabetes y se ha demostrado que son fármacos seguros y eficaces a largo plazo».

Eso sí, tal y como insisten todos los expertos consultados por el suplemento A TU SALUD, son seguros siempre que se empleen bajo prescripción médica y con un estricto seguimiento por parte de un profesional especializado.