Alimentación
¿Existe una dieta para vivir muchos años? La ciencia compara las más populares y es clara con el resultado
Un estudio analiza los beneficios para frenar el envejecimiento de las dietas más populares: ayuno intermitente, dieta mediterránea, dieta keto y restricción de calorías
¿La alimentación que seguimos puede hacernos vivir más? ¿Hay alguna relación entre la dieta y el envejecimiento? Lo cierto es que sí. Parece que los alimentos que comemos a lo largo de nuestra vida condicionan nuestro estado de salud al llegar a la vejez. Diversos estudios han ahondado en este hecho y han avalado que la dieta es un aspecto relevante que puede ralentizar el 'envejecimiento', entendiendo que lo que comemos puede ayudarnos a vivir más años y con una mayor calidad.
La cuestión entonces es saber si existe una dieta específica que sirva para aumentar la longevidad. Tan solo con una rápida búsqueda en internet encontraremos distintas opciones o patrones dietéticos que se anuncian como la última receta contra el envejecimiento. Pero, ¿cómo podemos distinguir qué dieta es mejor para alargar la vida? Esta es la pregunta que persigue responder una nueva investigación científica de alto rigor. Publicada en la revista Nutrients, esta revisión examina varios estudios para resolver qué dietas influyen en el envejecimiento.
En concreto, analiza los posibles beneficios para un envejecimiento saludable de cuatro dietas o patrones dietéticos específicos diferentes: la típica restricción calórica (reducir el nivel de calorías diarias por debajo de la cantidad diaria recomendada), el ayuno intermitente (dejar de comer durante largos periodos de tiempo una vez al día, por ejemplo, no cenar), la clásica y aclamada dieta mediterránea y, por último, la tan de moda dieta cetogénica (también conocida como keto o ceto).
Los resultados son positivos. El estudio sugiere que estos patrones dietéticos pueden favorecer un envejecimiento saludable al influir en vías críticas del organismo, como las relacionadas con la reparación celular, la inflamación y la regulación metabólica. Además, detalla cómo cada dieta influye en la esperanza de vida, entendida como el periodo de la vida que se pasa en un estado saludable, con calidad de vida y sin enfermedades crónicas relacionadas con la edad.
Qué dietas conducen a un envejecimiento saludable
Para abordar esta cuestión, investigadores de Rumanía revisaron diversos estudios para determinar cómo cuatro dietas concretas podían influir en el envejecimiento saludable, analizando su impacto en las vías moleculares del organismo.
Las dietas y su relación con la longevidad. Restricción calórica, ayuno intermitente, dieta mediterránea y dieta cetogénica. Los investigadores eligieron estas cuatro dietas por su importante presencia en la investigación actual y sus diversos métodos de apoyo a la salud y la longevidad.
El estudio. A modo de revisión general, el equipo buscó estudios que evaluaran el efecto de estas dietas sobre la longevidad y la esperanza de vida en microorganismos, modelos animales o seres humanos. Para ello examinaron bases de datos como PubMed, Scopus y Web of Science. Excluyeron los estudios que se hubieran publicado antes del año 2000, a menos que se consideraran «fundacionales».
Conclusión. Aunque se necesitan más estudios al respecto, los estudios revisados ponen de relieve los distintos efectos que cada patrón dietético puede tener en la promoción de la esperanza de vida. A continuación, detallamos qué beneficios demostró cada dieta sobre la longevidad:
1. Dieta de restricción calórica
Según el estudio, la restricción calórica parece promover principalmente el envejecimiento saludable al contribuir a la pérdida de peso y la prevención de la obesidad, la reducción de la inflamación, la mejora de la salud cardiometabólica y la ralentización del envejecimiento biológico (celular).
Esto retrasa potencialmente la aparición de enfermedades relacionadas con la edad. La restricción calórica también se ha relacionado con la longevidad en varias especies.
2. Ayuno intermitente
El ayuno intermitente consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de alimentación normal. Este patrón dietético puede ofrecer beneficios a corto plazo en la composición corporal y la salud cardiovascular. También puede aportar ventajas a largo plazo, como la mejora del colesterol, la modulación tiroidea y la disminución del aminoácido metionina, que favorece el envejecimiento.
En comparación con la restricción calórica continua, los ciclos de ayuno intermitente pueden conducir a mejoras superiores en la sensibilidad a la insulina y las respuestas al estrés celular, ofreciendo potencialmente mayores beneficios en la resiliencia al estrés celular y la longevidad.
3. Dieta mediterránea
La dieta mediterránea es abundante en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva. También suele incluir cantidades moderadas de lácteos y pescado rico en omega-3, al tiempo que limita la carne y los alimentos ultraprocesados.
Seguir una dieta mediterránea puede reducir el índice de masa corporal (IMC), favorecer la función cognitiva y la memoria, ralentizar el envejecimiento biológico y reducir la fragilidad de las personas mayores. Este patrón dietético se centra en alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes. Parece mejorar la salud intestinal y reducir la inflamación al fomentar la presencia de bacterias intestinales sanas y la producción de ácidos grasos de cadena corta.
Por lo general, es rica en nutrientes como grasas insaturadas, fibra y antioxidantes que favorecen la sensibilidad a la insulina, la salud cardiovascular y un envejecimiento saludable. Los autores de la revisión sugieren que una dieta de tipo mediterráneo puede ofrecer beneficios metabólicos similares a la restricción calórica o al ayuno intermitente sin reducir las calorías.
4. Dieta cetogénica
La dieta cetogénica es una dieta rica en grasas, moderadamente proteica y muy baja en hidratos de carbono que hace que el organismo queme grasas en lugar de hidratos de carbono como combustible. La presente revisión sugiere que este patrón dietético puede mejorar los niveles de triglicéridos, aumentar el colesterol bueno (HDL) y ayudar a perder peso a corto plazo. Sin embargo, también puede elevar los niveles de colesterol malo (LDL), al menos temporalmente, lo que podría suponer un riesgo para la salud cardiaca de algunas personas.
Al reducir sustancialmente la ingesta de carbohidratos, la dieta cetogénica disminuye la actividad relacionada con la insulina y fomenta la autofagia, lo que potencialmente ayuda a la desintoxicación celular y promueve la longevidad. Según los autores de la revisión, estos efectos son similares a los desencadenados por la restricción calórica y el ayuno intermitente.
Sin embargo, la dieta cetogénica también podría reducir el apetito y provocar problemas gastrointestinales. Esto sugiere que es necesario seguir investigando para evaluar su seguridad como estrategia dietética a largo plazo para un envejecimiento saludable, especialmente en el caso de los adultos mayores.
Todas cambian el metabolismo y la esperanza de vida
Las principales vías metabólicas implicadas en los beneficios para la salud de las cuatro dietas estudiadas son la diana de la rapamicina en mamíferos 1 (mTORC1) y la proteína quinasa activada por AMPFuente fiable (AMPK), ampliamente estudiadas por la ciencia en el campo del envejecimiento. Estas vías clave intervienen en la señalización de la insulina y pueden aumentar directamente la longevidad, así como prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
La mTORC1 funciona como un interruptor de crecimiento en las células que responde a los niveles de nutrientes. Básicamente, puede acelerar el envejecimiento si está muy activa. Reduciendo su actividad a través de intervenciones dietéticas como la restricción calórica o el ayuno intermitente, puede ayudar a ralentizar el envejecimiento. Por otro lado, la AMPK es el sensor de energía del organismo. Se activa cuando la energía es baja, como durante el ayuno, y trabaja para conservar la energía y proteger a las células del estrés.
Esta fue la dieta con más beneficios para la salud
La restricción calórica, el ayuno intermitente y las dietas cetogénicas pueden influir de forma similar en estas vías al reducir la ingesta de calorías o carbohidratos. Sin embargo, la dieta mediterránea podría influir indirectamente en estas vías a través de su riqueza en grasas insaturadas y antioxidantes, que pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y la función de los vasos sanguíneos.
De entre las dietas estudiadas, los nutricionistas suelen recomendar la dieta mediterránea debido a sus amplios beneficios y apoyo general a la salud. Para las personas con objetivos de control de peso, sugiere incluir una restricción calórica moderada para promover un envejecimiento saludable, pero cubriendo las necesidades nutricionales.
Parece, pues, que una dieta mediterránea con restricción calórica puede ser un enfoque factible para la prevención de enfermedades. En cualquier caso, cada persona debe consultar a su médico o a un nutricionista titulado para elaborar un plan personalizado que mejore su salud y se adapte a sus necesidades.
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