Entrevista

Gaspar González: «La tragedia de la DANA nos demuestra que hay que vivir con el foco diario en lo trascendental»

Acaba de publicar el libro «Un viaje de Amor y Pérdida»

Gaspar González
Gaspar GonzálezARCHIVOLA RAZÓN

En el peor de los escenarios, incluso cuando el argumento de la vida se retuerce hasta desembocar en un drama tan desmedido como la muerte de un hijo, también es posible atisbar brotes verdes capaces de convertir cada día en un regalo. Es la lección que contagia Gaspar González, autor de «Un viaje de Amor y Pérdida», un libro que nos invita a reflexionar sobre la vida, a priorizar lo importante y a dedicar tiempo a lo trascendental para lograr una existencia plena, a pesar de los contratiempos.

Perdió a su hijo Gasparín por una cardiopatía congénita y fruto de esa experiencia nace este libro. ¿Escribir es sanador?

Él es mi fuente de inspiración, pero todo acontece cuando Gasparín decide. Nunca me había planteado hacer un libro. De repente, en mayo me encontré unos folios en blanco, cogí un boli y como un poseso me puse a escribir. Mi hijo estaba guiando cada palabra, cada frase. Lo que comenzó como un intento de expresar mi dolor se transformó en un viaje de reflexión y sanación, no solo para mí, sino también para aquellos que puedan leer estas páginas.

¿Por qué ahora?

Creo que Gasparín quiso que este libro naciera en medio de una crisis como la acontecida en Valencia, cuando los mensajes de esperanza y de solidaridad son más necesarios que nunca.

¿Cómo puede ayudar leer su libro?

«Un Viaje de Amor y Pérdida» no solo explora el dolor de una pérdida personal, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre la verdadera esencia de la vida, la importancia de valorar las pequeñas cosas y el significado de vivir con un propósito más profundo. En tiempos de adversidad, nos recuerda la fragilidad humana y la vulnerabilidad de todo lo que nos rodea. Esta situación nos hace más conscientes de que lo que antes dábamos por hecho cobra hoy un valor extraordinario, obligándonos a apreciar cada instante y a vivir con una mayor conexión y gratitud hacia lo esencial.

¿Se puede superar algo así?

Incluso en los momentos más oscuros e incomprensibles, como los que los afectados atraviesan hoy y los que yo viví, siempre hay un camino hacia la luz, aunque sea largo, complicado y lleno de desafíos. Para superar algo así hay que dar varios pasos: respetar el derecho a enfadarse con el mundo por lo que te ha tocado vivir; luego pasar la fase de aceptación y, después, cambiar el «¿por qué?» por el «¿para qué?». Esto lo descubrí el día del funeral de mi hijo y desde entonces los «para qués» no han parado de llegar.

¿Qué aprendió con la muerte de su hijo?

Que no hay que esperar a vivir un drama para darse cuenta de lo mucho que tienes y no de lo que deseas, para vivir una vida más plena disfrutando de las cosas trascendentales que tenemos en el día a día. Los valores de esperanza, solidaridad y vida que aboga el libro pueden adquirir una resonancia especial en estos tiempos difíciles, cuando la reflexión sobre lo que realmente importa se vuelve más necesaria que nunca. Hay que vivir con propósito, hacer el bien y, lo más crucial, reconocer que nuestras acciones tienen el poder de transformar la vida de los demás.

¿LaRanaGaspar le transformó?

Es el reflejo de mi actitud ante la vida, el legado que estoy dejando a mis seres queridos y a quien se cruza en mi camino. Se ha convertido en mi propósito vital con dos misiones: contribuir a hacer un mundo mejor y enseñar a convertir el drama de la muerte de mi hijo en una fuente de amor, de esperanza y de solidaridad. Todo lo recaudado con este libro o con las charlas que doy va a parar a la Fundación Menudos Corazones y a proyectos sociales.

¿Hay que aprender a relativizar?

Sí. Sólo hay tres dramas en la vida, como la pérdida de un ser querido, enfrentarse a una enfermedad grave y perderlo todo, como estamos viendo estos días. Pero el resto de situaciones no son un problema. Preocuparse por algo es absurdo y no sirve de nada, simplemente te paraliza. O te ocupas, o no.

¿Algún secreto para conseguirlo?

Reír hace que se estimule el cerebro y tu pensamiento cambia. Y hay que practicar la gratitud. Estamos obsesionados con tener y tener, pero la felicidad está detrás de las pequeñas cosas del día a día.