Salud

Humanos y perros estamos más expuestos que nunca a las zoonosis: cuidado este verano

El laboratorio veterinario Labiana advierte del aumento de las hospitalizaciones por enfermedad de Lyme en humanos, transmitida por garrapatas

Playa Humanos y perros estamos más expuestos que nunca a las zoonosis: su incidencia aumenta cada verano
La desparasitación es muy importante de cara al verano y las zoonosisFreepik

En España hay más de 29 millones de mascotas, según datos de Anfaac. La cifra no para de crecer. A tenor de su penetración en nuestras familias, los humanos estamos más expuestos que nunca a un

riesgo permanente de transmisión de enfermedades o zoonosis. De ahí que la desparasitación de estos pequeños animales sea tan importante para garantizar su perfecto estado de salud y también el nuestro. Sobre todo de cara a la llegada del buen tiempo, cuando parásitos como garrapatas y mosquitos —transmisores de enfermedades como la leishmaniosis y otras zoonosis más graves como la enfermedad de Lyme, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo o la encefalitis— multiplican su incidencia.

Precisamente, la enfermedad de Lyme, transmitida mediante la picadura de una garrapata, ha aumentado exponencialmente las hospitalizaciones en humanos en los últimos años y se calcula que cada año se diagnostican 200.000 casos en Europa. Sus síntomas —fiebre, cansancio, dolor de extremidades o un característico sarpullido— a menudo se confunden con los de una gripe, lo que hace que su detección y tratamiento se retrase. Esto puede provocar problemas cardiovasculares graves o incluso del sistema nervioso. Se estima que en las zonas de riesgo de Europa (zonas boscosas y de hierbas altas), entre el 5% y el 40% de las garrapatas están infectadas con la bacteria que produce la enfermedad.

La leishmaniosis, por su parte, es otra de estas enfermedades zoonóticas que pueden transmitirse de animales a humanos. Es endémica en muchas zonas con climas tropicales o subtropicales, incluidos países de la cuenca mediterránea. Presente en más de 98 países, cada año añade de 1,5 a 2 millones de nuevas personas infectadas, además de 30.000 fallecidos. Según la OMS, la leishmaniosis es la segunda enfermedad más importante causada por protozoos, solo superada por la Malaria.

En lo que respecta a la incidencia y los casos de leishmaniosis en España, se observa una tendencia ascendente en los últimos años, probablemente debido a un origen multifactorial. El cambio climático, los viajes entre zonas de alta incidencia, la migración de personas y/o animales infectados se encuentran entre sus principales causas. Todo ello, nos ha llevado a alcanzar una media de 385.000 perros contagiados al año, según datos del sector. A más calor, más leishmaniosis, y se espera que este verano sea el más caluroso de la serie histórica en España.

Esto constituye un problema grave. Y es que, históricamente se consideraba una enfermedad estacional. Esta presentaba "picos" de incidencia entre los meses de primavera y verano, coincidiendo con las épocas de reproducción y máxima actividad de los parásitos que la transmiten.

Sin embargo, el aumento de la temperatura por el calentamiento global y los factores mencionados anteriormente favorecen que la enfermedad se distribuya por todo el país y a lo largo de todo el año, incluso en zonas consideradas anteriormente como "libres" de leishmaniosis canina o de menor riesgo.

Según los resultados de vigilancia epidemiológica recogidos por Labiana, el primer laboratorio veterinario español cotizado en Bolsa, destacan Baleares, Ourense, Málaga, Cáceres, Girona, Córdoba, Granada y Alicante como las provincias con tasas más altas de incidencia.

¿Cuál es la solución contra estas enfermedades?

Los datos de incidencia de estas enfermedades muestran que los planes de control y las medidas tomadas hasta ahora por parte de las autoridades competentes y los propios propietarios de las mascotas, no han sido suficientes. Es por esto que los expertos coinciden en la puesta en marcha de un plan de control multidisciplinar.

Sucede que, aunque a día de hoy se cuente con tratamientos específicos una vez adquirida la enfermedad, que ayudan a mitigar los síntomas con cierto grado de eficacia, sin lugar a dudas la estrategia con mayor garantía de éxito sigue siendo la prevención, tanto en el control del transmisor principal de la enfermedad como en mascotas y humanos.

Dentro de las herramientas utilizadas para esta prevención son importantes los programas de vacunación. Diferentes estudios reflejan que la vacuna que se utiliza actualmente en España presenta una eficacia de prevención del 70%-72%, reduciendo a su vez su sintomatología.

"No obstante, se trata de una medida insuficiente y no interrumpiría futuras infecciones o transmisiones de la enfermedad. En segundo lugar, y no por ello menos importante, la acción conjunta de antiparasitarios (garrapatas, pulgas, mosquitos…) con efecto repelente, como las pipetas Ataxxa y el uso de insecticidas en zonas de alta densidad de estos insectos, contribuyen a reducir las tasas de incidencia y a garantizar tanto la salud de nuestras mascotas, como las de nuestras familias", concluyen desde Labiana.