Entrevista

Judit Mascó: «Al final, la belleza es un estado de ánimo y un sinónimo de salud»

Su belleza sigue inmune al paso del tiempo. Puede que sea por el uso de los tratamientos para los que presta su imagen. O quizás porque sabe que, para brillar por fuera, es vital cuidarse por dentro.

Judit Mascó
Judit MascóAlberto R. RoldánAlberto R. Roldán

La pandemia ha disparado las consultas de estética. ¿Está a favor o en contra de este tipo de «ayudas»?

Estoy a favor de que la gente sea feliz, es decir, si alguien considera que hacerse un tratamiento o un cambio le hará más feliz o sentir mejor a mí me parece muy bien. La tendencia ahora, y me alegra, es ir hacia la naturalidad. Creo que es bueno aceptar el paso del tiempo. Anímicamente creo que ayuda a aceptarlo, pero también es verdad, y hablo por mí, que es muy difícil porque yo, que me he dedicado a la imagen, estoy en el punto de mira y todo el mundo puede opinar. Pero, por otro lado, todos tenemos nuestra vida privada y al final es lo que hace que te enriquezca más o menos y lo sobrelleves mejor o peor. Es una cuestión de salud mental antes que de apariencia.

Se ha luchado mucho por la introducción de los cuerpos reales en el mundo de la moda. Ahora se está haciendo con las canas. ¿Para cuándo lo mismo con las arrugas de expresión?

A mi las arrugas de expresión me gustan. Yo estoy siempre muy atenta a las mujeres que veo en mi entorno, me fijo, y cuando una mujer me transmite algo que me gusta –seguridad, inteligencia, personalidad– y tiene arrugas, esas arrugas me gustan, es decir, se pueden llevar con mucho aplomo, dignidad y belleza. Hay otros temas que no me gustan tanto, como la flacidez que también conlleva la edad Ahora, aunque las arrugas no me disgustan, eso no quiere decir que no me cuide. Yo hago las dos cosas: intento aceptar el paso del tiempo, pero pongo todo de mi parte, con unas rutinas y con una constancia que he tenido siempre.

¿Y qué no puede fallar en esa rutina?

La prevención, cuando se es muy joven. Y, en estas etapas de la vida, que llamamos pieles maduras, la constancia. Mi rutina matutina es: limpieza (quizás es el paso que da más pereza, pero importantísimo), y después una cremita de contorno de ojos, que normalmente me doy con todo mi cariño y tiempo. Es como un masaje que te haces y me gusta la rutina de aplicarme las cremas porque es un ratito que estoy conmigo misma, que me miro, me cuido y me quiero. Algo que me está yendo muy bien es la vitamina C, después crema hidratante de día y, para terminar, otra cosa fundamental es un el fotoprotector siempre. Y de noche sería más sencillo: importantísimo desmaquillarse, contorno de ojos y después ya me pondría el retinal, que es un producto que he descubierto de Isdin para esta etapa en la que estoy que tiene este punto de exfoliante y que da una luminosidad increíble.

"Las arrugas de expresión me gustan y se pueden llevar con mucho aplomo, dignidad y belleza"

Cuéntenos un truco fácil y efectivo...

Limpiar muy bien la piel. Ponlo con mayúsculas, porque es de sentido común y es fácil explicarlo: si al menos quitamos las células muertas más superficiales, los poros estarán limpios para poder nutrirse de todo aquello que le pongas después, porque si la piel está sucia, la capa de sebo o de células muertas hace que no penetren los productos que te pones después, es de sentido común. Y además la piel tiene que respirar y reposar.

Lo que está claro es que lo que dicen las modelos de que el secreto para verse bien es "dormir mucho y beber mucho agua" necesita de ayuditas extra, ¿no?

Es que los milagros no existen (ríe). También hay que decir que cuando eres muy joven y tienes un buen ADN incluso sin dormir y sin beber estabas estupenda. Entonces cuando ya es más complicado, el beber va muy bien y dormir también, pero cuidarse la piel es imprescindible. He contado cuáles son mis rutinas, pero tienen que ir acompañadas del cuidado de nuestra salud, de lo que comemos y pensamos. Y también con estar en forma y sentirnos ágiles. No estoy hablando de tener un tipín tremendo, sino de levantarte y no tener la espalda hecha polvo. Así que sí, al final la belleza es un estado de ánimo, es sinónimo de salud y requiere todos estos componentes. Porque si te sientes bien, al final te ves bien.