Bienestar
Mario Alonso Puig, médico: "Para ser feliz a los 60 tienes que mantener viva la llama del interés y la curiosidad por aprender"
Más allá de mantener el cuerpo en forma, es imprescindible nutrir activamente la mente y el espíritu
Cuando pensamos en cómo mejorar nuestro bienestar, especialmente al llegar a los 60, lo primero que suele venirnos a la cabeza son los cuidados físicos. Comer bien, hacer ejercicio, mantener un peso saludable, dormir lo suficiente y aprender a manejar el estrés. Todos estos son hábitos clave para cuidar la salud, y no hay duda de que son muy importantes. Pero si solo nos centramos en lo físico, nos estaríamos quedando cortos.
El bienestar va mucho más allá del cuerpo. También incluye cómo nos sentimos, cómo nos relacionamos y cómo disfrutamos esta etapa de la vida. Hay un aspecto clave, que muchas veces pasa desapercibido, pero que es igual de importante para disfrutar de una vida satisfactoria.
No se trata solo de cuidar el cuerpo, sino también de alimentar la mente y el alma, buscando crecer como personas, mantenernos motivados y sentirnos vivos en cada etapa.
Cultivar nuestra riqueza interior
El Doctor Mario Alonso Puig, una figura eminente cuya trayectoria incluye una prestigiosa formación como cirujano en la Harvard University Medical School, ha arrojado luz sobre esta faceta menos explorada del bienestar. Su perspectiva va más allá de lo físico y concluye que desarrollar nuestra riqueza interior puede convertirse en el impulso para llevar una vida más plena y significativa.
El experto destaca un hábito fundamental para mejorar significativamente nuestro bienestar general. Se trata de "mantener siempre vivos el interés y la curiosidad por aprender". Con esta afirmación, invita a ver el aprendizaje no como algo exclusivo de la juventud, sino como un compañero esencial durante toda nuestra vida.
Combatir la ceguera intelectual
La propuesta del Dr. Alonso Puig se basa en una observación profunda de la naturaleza humana. Según él, cuando una persona pierde el interés auténtico por descubrir, explorar nuevas ideas y comprender otras perspectivas, comienza lo que él llama "ceguera intelectual".
Esta ceguera no es física, sino una limitación que nos imponemos a nosotros mismos, bloqueando nuestra capacidad de ver las múltiples oportunidades de aprendizaje que la vida nos ofrece. Cerrar la "ventana del aprendizaje", como la describe el doctor, nos aísla no solo de nuevos conocimientos, sino también de la riqueza que podemos encontrar en las interacciones humanas.
De acumular conocimiento a cultivar sabiduría
Tal y como señala el Doctor Mario Alonso Puig, es importante no confundir conocimiento con sabiduría. El conocimiento consiste en reunir datos, hechos e información. La sabiduría, en cambio, va un paso más allá: es saber usar ese conocimiento con criterio, empatía y entendiendo el contexto.
Mantener viva la curiosidad y las ganas de aprender es, sin duda, una de las mejores formas de avanzar del simple saber hacia la verdadera sabiduría. Cuando adoptamos una actitud de aprendizaje constante, no solo sumamos nuevos conocimientos, sino que también aprendemos a conectar ideas, a comprender mejor lo que nos rodea y a tomar decisiones más conscientes y acertadas.
Esta disposición a seguir aprendiendo nos permite aprovechar al máximo nuestra experiencia y ver la vida con una mirada más amplia y enriquecida. En especial en las etapas más maduras, donde todo lo vivido puede transformarse en sabiduría genuina si mantenemos la mente abierta. En el fondo, seguir aprendiendo es apostar por lo más valioso que tenemos: nuestra capacidad de crecer, adaptarnos y vivir con mayor plenitud.