Hito médico
Un medicamento muy común para el colesterol puede reducir la demencia en un 80%
Un estudio revela que los fármacos más vendidos para el colesterol podrían reducir el riesgo de patologías como el alzheimer
Durante años, millones de personas en el mundo han tomado estatinas para controlar el colesterol sin imaginar que podrían estar protegiendo algo mucho más valioso: su memoria. Un nuevo estudio publicado en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association revela que los fármacos más habituales contra el colesterol podrían reducir el riesgo de demencia hasta en un 80%.
Una cifra que, de confirmarse, cambiaría por completo la prevención de una de las enfermedades más temidas del siglo XXI. En España se calcula que más de 900.000 personas padecen demencia, de las cuales 800.000 son casos de alzheimer, su forma más común. Además, la tendencia va al alza: en 2050 esta enfermedad superará el millón de afectados, según las estimaciones que maneja la Sociedad Española de Neurología (SEN). Contar con un fármaco existente para retrasar su aparición podría cambiar ese paradigma.
La relación entre demencia y colesterol
La demencia no es una sola enfermedad, sino un conjunto de trastornos que deterioran la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas. El más común es el alzheimer, con una prevalencia del 8% al superar los 65 años, duplicándose este porcentaje cada 5 años hasta alcanzar el 40% o 45% a los 85 años, según Quirón Salud.
Aunque la edad y la genética influyen, los científicos coinciden en que factores cardiovasculares como el colesterol alto, la hipertensión o el sedentarismo desempeñan un papel decisivo en la aparición de la demencia.
El estudio, liderado por la doctora Liv Tybjærg Nordestgaard de la Universidad de Bristol (Reino Unido), demuestra que las personas con niveles naturalmente bajos de colesterol tienen menos riesgo de desarrollar demencia. Y que quienes no tienen esa predisposición genética podrían obtener el mismo beneficio mediante medicamentos como las estatinas o la ezetimiba.
Qué dice la ciencia
Los investigadores analizaron los datos genéticos y clínicos de más de un millón de personas en Reino Unido, Dinamarca y Finlandia. Se centraron en seis variantes genéticas —entre ellas, los genes HMGCR, NPC1L1 y PCSK9— relacionados con el metabolismo del colesterol y los objetivos de los principales fármacos hipolipemiantes.
La principal hipótesis por la que el consumo de medicamentos para bajar el colesterol "malo" (LDL) funcionan para prevenir la demencia es que esta grasa presente en las arterias puede dañar el flujo sanguíneo cerebral y contribuir así al deterioro cognitivo.
Según Nordestgaard, reducir el colesterol en solo un milimol por litro podría disminuir el riesgo de demencia hasta en un 80%. "Esto indica que la prevención debe comenzar pronto, porque los genes nos acompañan desde el nacimiento", explicó.
Las estatinas son un grupo de medicamentos para el colesterol muy usados, y entre las más comunes se encuentran la atorvastatina y la rosuvastatina. Su uso podría contribuir a reducir la demencia, según el trabajo.
El neurólogo Peter Gliebus, del Marcus Neuroscience Institute (EE UU), que no participó en la investigación, calificó los resultados de "prometedores". En su experiencia, "controlar el colesterol desde etapas tempranas podría beneficiar la salud cerebral y prevenir la demencia. Reafirma que cuidar el corazón también protege el cerebro".
Síntomas o señales de alarma
El colesterol es una enfermedad silenciosa y no tiene síntomas aparentes: por lo general solo un análisis de sangre hace que dé la cara. Sin embargo, en algunos casos puede haber señales que conviene vigilar como dolor en el pecho, fatiga, mareos, visión borrosa, la aparición de bultos amarillentos en la piel o incluso molestias en los dedos de los pies.
Ante cualquiera de estos signos, los expertos recomiendan consultar al médico de familia cuanto antes. Un diagnóstico precoz puede retrasar la progresión y mejorar la calidad de vida.
Prevención, hábitos y tratamiento
El nuevo hallazgo refuerza una idea que la medicina lleva años defendiendo: lo que protege el corazón, protege también el cerebro. Por eso, los especialistas coinciden en que las claves preventivas pasan por mantener el colesterol y la tensión arterial controlados, practicar ejercicio (al menos 150 minutos por semana) y seguir una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva.
A falta de una cura definitiva para la demencia, este estudio ofrece un horizonte de esperanza: las estatinas, un medicamento de uso cotidiano, podrían convertirse en un aliado inesperado contra el deterioro cognitivo más allá de cuidar el corazón.