Salud

Mil millones de niños vacunados en países pobres desde 2000

Tras la caída de inoculaciones entre 2020 y 2021, hay una recuperación de la cobertura

Health workers paint the finger Dele Okundayo after receiving polio vaccines in Lagos, Nigeria, Monday, Feb. 23, 2004. Nigerian health wokers kicked off a massive polio immunization campaign for 63 million children across West and central Africa to stop polio outbreak. The child's finger is painted to stop duplication of immunization.
Unos sanitarios pintan el dedo de Dele Okundayo después de recibir la vacuna contra la polio en Lagos, NigeriaAPAgencia AP

GAVI, la Alianza para las Vacunas, ha contribuido a la inoculación rutinaria de más de 1.000 millones de niños en el mundo desde su creación, tal y como ha informado esta semana la organización internacional durante la Conferencia sobre el Impacto Global de la Vacunación. Así, desde el año 2000, esta alianza ha permitido salvar la vida de 17 millones de menores de 57 países de renta baja.

Un logro al que hay que sumar la recuperación de la cobertura. Así, cabe recordar que durante 2020 y 2021, por la pandemia, las vacunaciones cayeron cinco puntos de media. En concreto, en 2020, 23 millones de niños no recibieron las vacunas básicas a través de los servicios de inmunización sistemática –3,7 millones más que en 2019–, según informaron en su día la OMS y Unicef.

Una alarma que se acusó todavía más en 2021, cuando se produjo el mayor descenso sostenido en la vacunación de la infancia de los últimos 30 años. Así, el porcentaje de niños que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP3) disminuyó un 5% entre 2019 y 2021, hasta situarse en el 81%. Como resultado, solo en 2021 hubo 25 millones de menores que no recibieron una o más dosis de la DTP a través de los servicios de vacunación sistemática; es decir, dos millones más que la cantidad de niños y niñas que no recibieron las vacunas en 2020 y seis millones más que en 2019.

Sin embargo, los datos preliminares de 2022 hacen prever una recuperación de la cobertura de la inmunización de rutina. Por ejemplo, la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la DTP3 ha experimentado un aumento de aproximadamente tres puntos porcentuales en un año, según los datos administrativos proporcionados por la mayoría de los países ejecutores de GAVI, incluidas las vacunas contra la neumonía, el rotavirus, el sarampión y la poliomielitis, como resultado de nuevas introducciones. Unos datos muy significativos dada la dificultad para mantener los sistemas de Sanidad durante la pandemia.

Tal es así que cada vez es más plausible que se alcancen los objetivos que esta alianza público-privada que reúne a países donantes y beneficiarios, así como a la OMS, Unicef, el Banco Mundial, y la Fundación Bill & Melinda Gates (y en el que participan instituciones como ISGlobal), se ha marcado para 2025 con el fin de salvar vidas y disminuir el coste de futuras epidemias y pandemias. Entre otros: inmunizar a otros 300 millones de niños antes de esa fecha; suministrar más de 3.200 millones de vacunas, y salvar la vida de más de siete millones de personas.

Pero, aunque los países han mantenido una tendencia a largo plazo de invertir más en sus sistemas de inmunización, quedan todavía retos por lograr.

El principal: llegar a más niños. Entre 2019 y 2021, 67 millones de niños no recibieron la vacunación sistemática, de los cuales 48 millones eran «niños cero dosis» que no recibieron ni una sola vacuna de rutina, incluida la DTP, tal y como denunció esta semana Médicos Sin Fronteras para que se mejore el acceso a las vacunas.

Pero para ello no basta con incrementar la producción de vacunas. Eso es solo una parte. Se necesita mejorar la distribución de la capacidad: una mayor diversidad en la producción de vacunas, incluso a escala regional, tal y como se expuso durante la mesa de diálogo dedicada a «El papel de la inmunización en la construcción de un modelo de preparación eficaz y equitativo».

A su vez, hay que apostar por vacunas monodosis, ya que resulta más fácil llevar a zonas rurales alejadas y hay que preparar los sistemas de salud ante futuras pandemias.

Además, no hay que minimizar la importancia de las vacunas, que «salvan la vida de entre dos y tres millones de personas al año», según los expertos.

Ahora bien, «se necesita llegar a más gente y de forma más equitativa», inciden. Y lo cierto es que, tras lo vivido con la Covid-19, no se entiende, todavía menos si cabe, el difícil camino para luchar contra ciertas enfermedades como la malaria.

Después de 35 años de investigación, finalmente existe una vacuna contra el paludismo (con cuatro dosis). Sin embargo, «la capacidad de producción es de unos 17 millones de dosis anuales», expuso uno de los expertos.

«Un dato ridículo» si contamos que «nacen unos 45 millones de niños al año en África y que esta vacuna necesita cuatro dosis. Probablemente se necesitarían 10 veces más vacunas de las que se pueden producir».

En definitiva, es necesario «invertir más en salud y prepararnos frente a los enemigos que no vemos: los virus», inciden los expertos. Una meta a la que debería ser más fácil de llegar en la actualidad, después de que la población haya entendido, tras la Covid-19, la importancia de la salud global, por lo que «nadie estará a salvo hasta que lo estemos todos».