Opinión

Política y ciencia como método para abordar los problemas sanitarios

«Es una obligación que la ciencia en general y los científicos en particular estemos en las redes de forma constante como método de comunicación»

Un técnico trabaja en un laboratorio
Laboratorio de medicinaFreepikFreepik

Somos de los que pensamos que la ciencia y el método científico promueven inevitablemente un mejor funcionamiento social del que se beneficia, entre otras cosas, la Economía, la Sanidad y, sin duda, el sistema político. También cuanto más desarrollo científico tenga un país, más democrático es. Silogismo que se nos antoja para nosotros definitivo y que nos debería llevar a reflexionar de forma constante y no utilizar ningún tipo de artilugio para solucionar los problemas. La ideología en Sanidad, como en casi todos los problemas sociales, no resuelve casi ningún problema y además puede dar resultados nefastos. Y que en Sanidad tiene una repercusión doble, pues puede afectar los niveles de salud.

El método científico, por tanto, la evidencia científica, tiene para su desarrollo unas reglas muy estrictas que son auditables, demostrables y comprobables. Y esta metodología aplicada a la política y, más concretamente, a la política sanitaria, hace que se obtengan unos grados de seguridad muy importantes.

En definitiva, la ciencia y la democracia comparten valores y formas de proceder. Ambas se ven favorecidas por la transparencia, la crítica y la posibilidad de enmendar errores. Esta introducción que creemos que es pertinente para lo que pretendemos desarrollar es definitiva para intentar dar soluciones desde la política a los problemas fundamentales que tiene la sociedad. Cuando uno revisa la bibliografía al respecto para pensar en la ciencia, obligatoriamente obtenemos referencias muy contundentes de Ortega y Gasset (1939). Subraya el filósofo y científico que un hombre sin técnica, es decir, sin reacción contra el medio, no es un hombre. Subraya también que lo realmente fundamental de la ciencia es que se deriva de los hechos y no de las opiniones. Por tanto, lo que hace especial a la ciencia es su capacidad para generar conocimiento fiable y, además, nos sirve para entender el mundo, explicarlo, transformarlo y adaptar la naturaleza al hombre. Desarrollo sostenible.

Si en política se aplicaran fundamentalmente criterios científicos, y la evidencia, se ganaría mucho en no permitir que la ideología condicione nuestro comportamiento ante los problemas técnicos y habría menos errores y pérdida de tiempo. Por eso, reivindicamos que la política y la ciencia deben de ir juntas y más en estos momentos de globalización. Recordar que los localismos no tienen ningún futuro ni en la ciencia ni en Sanidad y muy poco en la política.

Evidentemente, cuando hablamos en este caso como es el nuestro de la salud, y de la Sanidad en particular, es imprescindible no hacer política con ella, sino política sanitaria que, en definitiva, es aplicar la ciencia.

Es una evidencia que los grandes problemas sanitarios planteados en nuestro país y, por cierto, en los últimos años, sin tomar medidas que coadyuven los mismos, hace más que nunca necesario evitar, como ya dijimos, localismos, ideologías e inercias perniciosas. Por eso traemos a colación el valor de la ciencia, más que nunca, como instrumento de soluciones en la política.

Es verdad que el interés por la ciencia, el retorno de la gente a la ciencia supone una excelente noticia como indica (Innerariti 2022). Pero el camino es tortuoso y está lleno de obstáculos y uno de ellos, muy grave, es la pseudociencia y su propagación en donde encontramos a cada paso noticias falsas, bulos, teorías negacionistas y conspiradoras que las redes sociales se encargan de amplificar (la técnica) y que, por desgracia, somos tan proclives a aceptar Dr. Google y Dr. TikTok, personajes que no sabemos quiénes son, pero que todo el mundo consulta y que, además, transmiten en un porcentaje altísimo falsedades que después no se comprueban, haciendo mucho daño al método científico y en Sanidad a procesos curativos. Basta ya. Es una obligación que la ciencia en general y los científicos en particular estemos en las redes de forma constante como método de comunicación de masas útil. Si no se impondrá la pseudociencia que gasta más dinero en la propaganda y divulgación que la ciencia en sí misma y hay que invertir esa tendencia.

Centrándonos en el tema sanitario español y en parte de la Unión Europea, la utilización de los recursos de forma adecuada, la medicina digital, la telemedicina, la genómica y la medicina personalizada y de precisión, las nuevas titulaciones: genética, urgencias y títulos dobles de obligado cumplimiento (matemáticas y genética), supercomputación y salud, son muestras más que evidentes que hacen que sea obligado utilizar el método y la evidencia científicas.

Las listas de espera, la gerencia descentralizada de nuestros hospitales, la adherencia al tratamiento, la oncología, la soledad involuntaria, la autolisis, la asistencia primaria, la España vaciada, la farmacia comunitaria como eslabón sanitario clave, etc. hacen que no se pueda esperar ni un día más sin la utilización y modernización donde la ciencia y el método científico deben ser la práctica para arreglar los problemas.

Sin duda alguna, el centro del sistema sanitario tiene que ser la persona, la persona enferma y todo lo anterior solo tiene sentido para que se aplique de forma correcta la solución de sus problemas.

«De lo que se mira solo se ve lo que se sabe» (copyright). Es un principio que nosotros defendemos y transmitimos en nuestra docencia y en nuestros artículos y así lo aplicamos con el objetivo de ver los problemas y solucionarlos. La buena voluntad no es suficiente y generalmente resulta iluminada.

Antonio Alarcó Hernández es presidente de la Cátedra de Telemedicina, Robótica y Telecirugía de la Universidad de La Laguna, senador y doctor en Ciencia de la Información y Sociología