Opinión
A propósito de la fiebre amarilla
La vacuna contra la fiebre amarilla es una de las más eficaces que existen a día de hoy
El reciente trabajo que acaba de difundir un equipo de científicos alemanes en «Proceedings», órgano oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos sobre la vacuna de la fiebre amarilla abre las puertas a innovadores preparados para prevenir otras enfermedades, aunque se siga desconociendo porqué resulta tan extraordinariamente eficaz.
Efectivamente, la vacuna contra la fiebre amarilla es una de las más eficaces que existen a día de hoy. Una sola dosis induce inmunidad protectora y duradera frente a esa enfermedad viral hemorrágica aguda que es endémica en áreas tropicales de África y de América Central y del Sur. El color amarillo que se añade a la fiebre, se refiere a la ictericia que afecta a algunas personas infectadas. Los expertos subrayan que los casos pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas, también virales, como el arenavirus, dengue o hantavirus.
Ahora, este equipo interdisciplinar de investigadores de la Universidad de Múnich (Alemania), dirigidos por la profesora Anne Krug, han analizado en doscientos voluntarios cómo las células inmunitarias específicas (las dendríticas y los monocitos) responden a la vacuna, antes y después de suministrarla.
En este caso, la profesora Krug es optimista al afirmar que sus hallazgos respaldan el desarrollo de nuevas vacunas que ofrezcan una protección rápida, «por ejemplo, en el contexto de epidemias emergentes».
Estos científicos encontraron que una molécula de superficie celular se hizo más prominente en ciertos tipos de células y lo vieron una semana después de la vacunación. En concreto, la asociaron con la rápida formación de anticuerpos protectores contra el virus de la fiebre amarilla.