¿Por qué el cuerpo se hincha más en verano? La explicación científica (y cómo evitarlo)
Las altas temperaturas, la retención de líquidos y los cambios hormonales pueden hacer que te sientas más “hinchado” durante la época estival.
La hinchazón en los pies puede llegar a afectar a la vida de las personas | Fuente: Pixabay Pixabay
Cuando suben las temperaturas, es normal notar que el cuerpo reacciona de formas distintas. Uno de los efectos más comunes (y molestos) es la sensación de hinchazón: tobillos que se inflaman, anillos que aprietan más de la cuenta o una molesta pesadez en las piernas.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Tiene una explicación científica científica: Con el calor, el cuerpo activa mecanismos para mantenerse fresco. Uno de ellos es la vasodilatación: los vasos sanguíneos se expanden para facilitar la pérdida de calor. Este proceso hace que la sangre fluya más lentamente, lo que puede provocar filtraciones de líquido hacia los tejidos cercanos, especialmente en zonas como piernas y pies, que están más lejos del corazón. Eso se traduce en hinchazón o edema.
A qué personas afecta más la hinchazón durante los meses de verano
Aunque puede afectarnos a todos en algún momento, hay ciertos grupos de personas que son más propensos a sufrir este tipo de hinchazón estacional. Y no se trata solo de una cuestión estética: para muchos, es una molestia real que interfiere con su bienestar diario. Las mujeres, por ejemplo, suelen experimentar más retención de líquidos, especialmente en la segunda mitad del ciclo menstrual, cuando los niveles de progesterona aumentan. Esta hormona favorece la retención de sodio y agua, y el calor del verano puede agravar esa sensación de piernas pesadas, tobillos hinchados o incluso la sensación de abdomen inflamado. Incluso el embarazo, que conlleva alteraciones hormonales, aumento del volumen sanguíneo y presión sobre las venas pélvicas, puede acentuar la retención de líquidos en los meses de calor, provocando hinchazón generalizada en pies, manos y rostro.
Otro grupo que suele notar más este efecto es el de las personas que pasan muchas horas en la misma posición, ya sea sentadas frente al ordenador o de pie trabajando. La falta de movimiento constante dificulta el retorno venoso: la sangre y los líquidos tienden a acumularse en las extremidades inferiores, sobre todo cuando las temperaturas son altas y los vasos sanguíneos están dilatados.
También hay un mayor riesgo entre las personas con sobrepeso, ya que el exceso de tejido graso puede ejercer presión sobre los vasos linfáticos y venosos, dificultando el drenaje natural del cuerpo. A esto se suma que, con la edad, los mecanismos circulatorios se vuelven menos eficientes, por lo que es común que los mayores de 60 años sufran con más frecuencia de edemas veraniegos, sobre todo si ya existen antecedentes de insuficiencia venosa, varices o problemas de movilidad.
De qué manera influye la alimentación
La alimentación es un pilar fundamental en nuestro día a día, pero en verano también nos ayuda a evitar este tipo de situaciones incómodas. En verano se tiende a beber menos agua de la necesaria (hay que hacerlo aunque no se tenga sed), se consume más sal oculta el alimentos como embutidos, conservas o snacks. Es una época en la que se suele comer más veces fuera de casa, lo que hace que haya un menor control sobre los alimentos que se toman y se suele aprovechar para "saltarse" la alimentación saludable e incluso para cometer más excesos de los habituales con los alimentos y el alcohol. Todo esto hace que la retención de líquidos aumente, aún más si no se compensa con la inegesta de alimentos ricos en agua o potasio.
Una buena hidratación diaria es fundamental para nuestra saludAMAZON
Cómo evitar o reducir la hinchazón
De esta manera, los expertos en salud y nutrición recomiendan varias formas de prevenir estas situaciones o, si se han producido, reducir la hinchazón propia de las altas temperaturas:
Mucha hidratación. No esperar a tener sed para beber. Toma agua a pequeños sorbos durante el día y apuesta por infusiones frías sin azúcar, caldos suaves o frutas con alto contenido en agua (sandía, melón, pepino). En verano se pierden muchos líquidos y hay que mantener el cuerpo en equilibro.
Moverse aunque haga calor. Hay que evitar pasar muchas horas seguidas en la misma postura. Si se trabaja sentado, hay que levantarse cada 45 minutos. En el caso contrario, si se pasa mucho tiempo de pie, es recomendable mueve los pies en círculos o hacer elevaciones de talones.
Ducha fría en las piernas. Un clásico que funciona: terminar la ducha con agua fría desde los tobillos hasta los muslos ayuda a reactivar la circulación.
Reducir la sal y evitar ultraprocesados. Cambiar los embutidos por proteína magra (pollo o pescado) y apostar por vegetales frescos en lugar de precocinados, puede marcar la diferencia.
Piernas en alto al final del día. Al recostarte, colocar una almohada debajo de los pies para ayudar al retorno venoso. Diez minutos bastan para notar alivio.
EspárragosPicasa 2.0
Alimentos que ayudan a “deshincharte” de forma natural
La alimentación es una de las herramientas más efectivas -y accesibles- para combatir la hinchazón corporal en verano. Algunos alimentos tienen propiedades diuréticas, antiinflamatorias o ayudan a regular los niveles de sodio y potasio en el organismo, lo que favorece el equilibrio de líquidos.
Uno de los más conocidos es la piña, una fruta tropical que, además de refrescante, contiene bromelina, una enzima que ayuda a la digestión de las proteínas y tiene un suave efecto antiinflamatorio. Su alto contenido en agua y fibra también contribuye a mejorar el tránsito intestinal y a reducir la sensación de pesadez abdominal.
Infusión de jengibreistock
El apio y los espárragos son excelentes aliados: ambos tienen un efecto ligeramente diurético, lo que favorece la eliminación de líquidos sin alterar el equilibrio de minerales. Además, son bajos en calorías, fáciles de incorporar en ensaladas y sopas frías, y ricos en antioxidantes naturales. Otro alimento estrella del verano es el pepino. Compuesto en un 95% por agua, no solo hidrata, sino que aporta sílice, un mineral que puede ayudar a reforzar los tejidos conectivos y la piel, algo especialmente útil cuando la retención de líquidos se manifiesta también a nivel cutáneo.
Por su parte, el jengibre no es solo una raíz aromática para infusiones o batidos: contiene gingerol, un compuesto bioactivo con efecto antiinflamatorio que puede mejorar la circulación sanguínea y reducir la hinchazón. Combinado con limón y agua fría, es una bebida veraniega ideal.
También se puede recurrir a infusiones como la de cola de caballo, diente de león o té verde, conocidas por su acción drenante. No solo ayudan a eliminar toxinas, sino que pueden ser una alternativa sin cafeína ni azúcar a los refrescos industriales que suelen aumentar la retención.
Finalmente, es importante destacar el papel del potasio, un mineral que ayuda a contrarrestar los efectos del sodio en el cuerpo. Para ello, se pueden consumir alimentos como el plátano, el aguacate, las espinacas y las legumbres.