Opinión
¿Por qué le preocupa ahora el tabaco al Gobierno?
Ya hubo numerosas apelaciones a la salud pública que no eran en realidad más que cortinas de humo para difuminar asuntos más graves
La nueva ministra de Sanidad, Mónica García, ha decidido gastar su primera bala mediática con el tabaco. Su apelación a la lucha contra esta sustancia no es nueva en el departamento en el que ha recalado. En una decisión acertada, otro gobierno socialista decretó la prohibición de fumar en bares y restaurantes, adelantada entonces en exclusiva por LA RAZÓN, con un resultado desigual transcurridos algunos años: la restauración se convirtió en una zona libre libre de humo, pero lejos de menguar, el consumo volvió pronto a registrar un crecimiento, con lo que el efecto beneficioso que pudo tener la solución ideada por el entonces secretario general, José Martínez Olmos, quedó diluido.
Este cambio de tendencia no es algo nuevo, sino que se conoce desde hace varios años. ¿Por qué decide ahora Sanidad dar una vuelta de tuerca a la legislación prohibitiva en lugar de haberlo hecho a mediados de 2018, o a lo largo de los cinco años siguientes? ¿Por qué primero Carolina Darias y después José Manuel Miñones prefirieron dejar en un cajón el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, que estaba ideado para el periodo 2021-2023? ¿No constituía entonces el aumento de fumadores un motivo de inquietud para la salud pública? ¿Por qué hoy sí preocupa?
El anuncio de la súbita recuperación de este documento clave para frenar el hábito tabáquico en España puede ser una buena noticia, pero siempre planeará sobre él la idea de que si resucita ahora es porque al Gobierno puede interesarle por razones políticas y antes no. En el pasado, ya hubo numerosas apelaciones a la salud pública que no eran en realidad más que cortinas de humo para difuminar asuntos más graves. Esperemos que no vuelva a repetirse ahora con el tabaco.
✕
Accede a tu cuenta para comentar