Entrevista

«La reparación valvular da menos complicaciones que la prótesis»

"Ante los primeros síntomas no hay que demorar la intervención quirúrgica", inciden los doctores Alberto Forteza y Hans Joachim Schäfers, jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca y cirujano cardíaco de los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y La Luz, respectivamente

Los doctores Alberto Forteza y Hans Joachim Schäfers
Los doctores Alberto Forteza y Hans Joachim SchäfersGONZALO PÉREZ LA RAZÓN

1. ¿Por qué crear un centro europeo para el tratamiento integral de la patología aórtica?

Alberto Forteza (A. F.): Las técnicas para tratar los problemas que afectan a la válvula aórtica y a la aorta en ocasiones son muy complejas y requieren de cirujanos muy expertos. En la reparación valvular aórtica nuestro grupo tiene la mayor experiencia en España y una de las mayores de Europa.

2. ¿Cuál es el valor de incorporar a Schäfers en su equipo?

A. F. : El doctor Schäfers es un referente mundial en la reparación valvular aórtica. Desde hace años se ha especializado en estas intervenciones, ha contribuido a su estandarización y ha formado a cirujanos cardíacos de todo el mundo. También es experto en la técnica de Ross, usada para el tratamiento de la valvulopatía aórtica en jóvenes, y en el tratamiento quirúrgico de los aneurismas toracoabdominales complejos en pacientes con síndrome de Marfan. Con él, nos convertiremos en el centro mundial más experto en estas cirugías con el fin de ofrecer a nuestros pacientes todo el abanico de técnicas, así como unos resultados excelentes que les permitan una recuperación precoz y poder realizar una actividad física o deportiva totalmente normal.

3. ¿Qué síntomas causa la válvula aórtica al empezar a fallar?

A. F. : Cuando empieza a fallar el paciente suele estar asintomático y el diagnóstico se establece en un examen rutinario. Los pacientes pueden estar así varios años hasta que aparecen los primeros síntomas, que suelen ser fatiga o sensación de «falta de aire». Otras veces pueden referir dolor torácico, mareos o pérdida del conocimiento. En los pacientes asintomáticos con insuficiencia aórtica severa, el 75% sobrevive cinco años después del diagnóstico. Sin embargo, la supervivencia media tras el inicio de síntomas sintomatología es menor de dos años. Por eso en caso de síntomas es importante no demorar la intervención quirúrgica.

4. ¿En qué casos los pacientes necesitan someterse a una intervención quirúrgica?

A. F. : Siempre que la afectación sea moderada o severa y el paciente tenga síntomas debe someterse a una intervención preferente, porque la supervivencia solo con tratamiento es baja. Pero hay veces que los pacientes sin síntomas también deben operarse y esto se determina con un estudio ecocardiográfico. Cuando hay datos objetivos de «sufrimiento» del corazón, principalmente con dilatación o disfunción del ventrículo izquierdo, también se debe hacer una intervención quirúrgica precoz.

5. ¿Se puede posponer?

A. F. : No, demorarla puede llevar a la muerte o a un deterioro del corazón que condicione un trasplante de corazón como única opción.

6. ¿En qué consiste la reparación valvular?

A. F.: En un conjunto de técnicas que restablecen el correcto funcionamiento de la válvula, evitando tener que remplazarla por una prótesis.

7. ¿Por qué no conviene poner la prótesis a todos los pacientes?

A. F. : Hay complicaciones inherentes al uso de las prótesis valvulares, basadas, entre otros, en el riesgo de la anticoagulación oral de por vida en pacientes con prótesis mecánicas y en el deterioro estructural con necesidad de reparación en aquellos con prótesis biológicas. Los portadores de prótesis mecánicas presentan un riesgo permanente y acumulativo de eventos tromboembólicos y hemorrágicos que acaba siendo considerable. La incidencia anual de complicaciones trombóticas y hemorrágicas por la anticoagulación crónica se estiman entre un 2 y un 4% por paciente al año. En los seguimientos de más duración se registra hasta un 39% de pacientes con alguna complicación grave a los 14 años. Además, limita su calidad de vida, y en las mujeres se suma la dificultad del manejo de la medicación anticoagulante ante un posible embarazo. Los portadores de prótesis biológicas presentan un riesgo de deterioro estructural con necesidad de reoperación del 60% en menores de 65 años y del 20-25% en mayores de 65.

8. ¿En qué medida la reparación valvular evita la prótesis?

Hans Joachim Schäfers (H. J. S.): Cuando el problema de la válvula aórtica es la insuficiencia (cierre anómalo de la válvula), la probabilidad de repararla es muy alta. El factor determinante de la reparabilidad es la calidad de los velos valvulares. Si no hay mucho calcio la probabilidad de reparar es superior al 90%. También alcanzamos estos porcentajes de éxito cuando la insuficiencia aórtica está originada por aneurismas que alteran la geometría de la raíz de la aorta. En estos casos se requiere asociar una técnica de reemplazo de esta parte de la aorta. Cuando la válvula no es reparable o el problema no está en el cierre sino en la dificultad de su apertura, la mejor alternativa en pacientes jóvenes es la técnica de Ross que consiste en sustituir la raíz de la aorta por un autoinjerto de la válvula pulmonar del paciente.

9. ¿Cuánto dura?

H. J. S. : La duración depende del estado de la válvula. Existen válvulas aórticas de muchas formas diferentes, en algunas de ellas la duración de la reparación puede ser de por vida. En otros casos, la reparación puede durar más de 20 años. De todos modos, en la actualidad aún no tenemos datos suficientes para juzgar la duración a más largo plazo de esta técnica porque sólo se lleva haciendo desde hace 20 años. Incluso en los casos en los que la reparación no sea para siempre, esta técnica está asociada a menores complicaciones y una calidad de vida mejor que los pacientes a los que se les recambia la válvula.

10. ¿Cuántas veces se puede reparar la válvula del paciente?

H. J. S. : Dos o tres veces según la calidad del tejido valvular y la razón del fallo de la reparación previa. Por mi experiencia de más de tres mil reparaciones aórticas, la segunda reparación es posible en alrededor del 50% de los pacientes en los que una primera reparación no ha funcionado. De forma muy excepcional he realizado una tercera.