Opinión
Sanidad vuelve a la carga con las mascarillas
El uso del tapabocas cuando una persona se contagia debería ser ciertamente obligatorio
Se equivocan quienes pensaban que las mascarillas habían sido desterradas. En realidad, no van a desaparecer nunca, si bien la obligatoriedad será oscilante. Podría volverse a decretar su uso en hospitales y centros sanitarios caso de que el invierno se complique. Sanidad ha empezado a aconsejar su uso y tiene previsto endurecer la medida según la evolución de riesgos, llegando incluso a ser obligatorias en salas de espera y urgencias, para combatir la Covid-19, la gripe o el virus respiratorio sincitial (VRS).
El uso del tapabocas cuando una persona se contagia debería ser ciertamente obligatorio. No tiene sentido ir a comprar, a trabajar o salir a la calle con un catarro supino o una gripe severa. En este último caso es casi imposible moverse de casa, pues la fiebre o el malestar general lo impiden. Pero tiene todo el sentido que las personas contagiadas usemos los barbijos de manera habitual, y evitemos dar la mano a otras personas. Es sabido que los contagios se producen en buena parte por la emisión de fluidos como el sudor, amén del clásico estornudo.
Parece que lo novedoso de la situación cara al invierno, al menos en este momento, es que cada autonomía podrá «implementar tantas medidas complementarias como considere adecuadas», dependiendo de si el riesgo es cero, uno, dos y tres, o este se considere «muy alto» o incluso «pandémico». A tales efectos se prescribe la mascarilla quirúrgica y el autoaislamiento ante la aparición de síntomas, restringido a mayores de seis años, salvo quienes tengan dificultad respiratoria. Sanidad pone el acento, además, en la vacunación.
El Ministerio recomienda hasta cuatro diferentes vacunas de la gripe, dependiendo de las edades de las personas, pues en función de esa circunstancia se administra una mayor o menor dosis de antígenos. Quiere vacunar, como sea, al 75% de la población.
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