Estudio
El seguimiento en remoto de pacientes con insuficiencia cardíaca reduce un 50% las hospitalizaciones
Al reducir descompensaciones de manera temprana, se adelanta el tratamiento y se evitan eventos clínicos, según una investigación del Hospital 12 de Octubre
Evitar recidivas y la progresión hacia formas graves es uno de los objetivos de los profesionales médicos en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. Y con esta máxima en mente, el Hospital público 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid lidera un estudio que prueba que el seguimiento en remoto de pacientes con insuficiencia cardíaca reduce la necesidad tanto de hospitalización como de atención ambulatoria imprevista en un 50%.
Es decir, el hacer un seguimiento personalizado, con llamada de enfermería siguiendo un protocolo y una periodicidad, se evita que el enfermo llegue a ponerse peor y haya que ingresarlo.
Se trata de un trabajo en el que participan 19 centros y 400 pacientes que demuestra por primera vez que el seguimiento protocolizado del algoritmo multiparamétrico HeartLogic, del que disponen algunos desfibriladores automáticos implantables (DAI), mejora el pronóstico del paciente.
El doctor Javier de Juan Bagudá, responsable del Programa Transversal de Insuficiencia Cardíaca del Hospital 12 de Octubre, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Cardiovaculares (CiberCV) y primer autor de este trabajo, explica en un comunicado la necesidad de llevar a la práctica clínica estas herramientas protocolizadas: “Nos interesa tener monitorizado continuamente al paciente para poder ver a partir signos tempranos si se desestabiliza la enfermedad con el fin de evitar que vaya a mayores y haya que hospitalizar”.
Los resultados de este estudio demuestran que el seguimiento en remoto reduce la hospitalización por insuficiencia cardíaca un 50%. No solo las descompensaciones más graves, las que suponen hospitalización, sino también las descompensaciones ambulantes que obligan al ajuste de medicación que, igualmente se reducen en torno a la mitad.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores compararon los periodos de 12 meses anteriores y posteriores a la adopción del protocolo.
El doctor de Juan concluye que utilizar esta herramienta protocolizada “puede mejorar el pronóstico de los pacientes porque reduces el número de descompensaciones, te adelantas al tratamiento y evitas eventos clínicos”.
Además, el estudio ha comprobado que en el 80% de los casos se podía tratar a los pacientes de manera telemática evitándoles acudir al centro hospitalario. Algo importante en el contexto de gripe y otros tipos de virus.
¿Cómo funciona?
Como explica el hospital, una enfermera formada se encargaba de la revisión una vez por semana a distancia de los datos en cada uno de los centros de estudio. Cuando el paciente entraba en fase de alerta de HeartLogic y persistía más de una semana se contactaba con el paciente por teléfono.
La consulta telefónica incluía una verificación de los signos o síntomas de agravamiento de la insuficiencia cardíaca, los cambios en el tratamiento relacionado o no con esta patología y la aparición de eventos clínicos.
Si no había signos ni síntomas de deterioro del estado clínico, se proporcionaba a los pacientes educación sanitaria sobre la adherencia al tratamiento y recomendaciones de estilo de vida, y se programaba una nueva evaluación a distancia en un plazo de dos semanas. En cambio, si había signos o síntomas de insuficiencia cardíaca, la enfermera comentaba el caso con el cardiólogo responsable del paciente.
Las posibles acciones adoptadas fueron reforzar la adherencia al tratamiento y medidas higiénico-dietéticas, el ajuste de la medicación actual, la adición o el cambio de otros fármacos, la reprogramación del dispositivo y la cardioversión (procedimiento médico en el que se utiliza una descarga eléctrica momentánea y de baja energía para restablecer un ritmo cardíaco normal).
Se realizaron visitas en la consulta si se consideraban necesarias para evaluar el estado de descompensación del paciente mediante una exploración clínica presencial o para aplicar medidas terapéuticas específicas.
En cuanto al DAI con el algoritmo multiparamétrico de HeartLogic, este tiene, además de la función de desfibrilador, otros sensores que miden parámetros biológicos que se correlacionan con las descompensaciones que puede sufrir el paciente con insuficiencia cardíaca (primer y tercer ruidos cardíacos mediante acelerómetro, impedancia (oposición) intratorácica, frecuencia respiratoria, cociente de la frecuencia respiratoria respecto al volumen corriente, frecuencia cardíaca nocturna y actividad del paciente).
Gracias a un algoritmo con varios parámetros que combina la información de esas variables, arroja una cifra ya validada que, una vez superada, ha mostrado relacionarse con un aumento del riesgo de descompensación. Esta tecnología se introdujo en España en 2018 y su utilidad fue validada en 2022.
En el trabajo actual lo que se ha probado es su uso en la práctica clínica a partir de un protocolo de seguimiento estandarizado, aplicado por el personal de enfermería y basado en la gestión a distancia de las alertas HeartLogic, sobre los resultados clínicos en los pacientes portadores de este tipo de desfibriladores.