Crítica de cine
Sobra efectismo
Director: Daniele Vicari Guión: D. Vicari, Laura Paolucci. Intérpretes: Claudio Santamaria, Jennifer Ulrich. Italia-Rumanía-Francia, 2011. Duración: 127 min. Drama.
A todos los que crean que España se está convirtiendo en un Estado policial, sobre todo en lo que respecta a la represión de indignados, escraches y demás protestas, deberían saber que, al menos en la Europa democrática, Italia nos tomó la delantera. En el 2001, cuando una horda de policías hambrientos de sangre asaltaron la escuela pública Diaz –el cuartel general de parte de los manifestantes contra la reunión del G8 que se celebraba en Genoa, de la prensa que cubría sus acciones y del voluntariado que se apuntaba pacíficamente a colaborar– demostró que el terrorismo de Estado existe en un lugar tan civilizado como la Europa comunitaria.
Más allá de su valor testimonial, «Diaz, no limpiéis la sangre» es una película insatisfactoria. Daniele Vicari quiere abarcar todos los puntos de vista sobre los momentos previos a la masacre, y la coralidad de su propuesta dispersa cualquier empatía. Se siente empatía, pues, por el aliento pedagógico del filme pero no por sus personajes. Y cuando llega la matanza, insiste tanto en golpes y torturas que el resultado final se asemeja a ese viejo cine político de denuncia que ponía por encima el efectismo de su mensaje a su consistencia dramática.
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