Sociedad

La obsesión por una niña, el origen de “Alicia en el País de las Maravillas”

Tal día como hoy hace 188 años nació en Reino Unido Lewis Carroll, autor de uno de los cuentos más exitosos y conocidos de la historia

Primera edición de "Alicia en el País de las Maravillas"
Primera edición de "Alicia en el País de las Maravillas"larazonArchivo

Un 27 de enero de 1832 nacía en Cheshire, Reino Unido, Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll, un matemático, fotógrafo, escritor y profesor de la Universidad de Oxford. Tenía diez hermanos, que al igual que él, eran tartamudos y zurdos.

Pero por lo que Lewis Carrol es conocido mundialmente es por su obra “Alicia en el País de las Maravillas”. Un libro traducido a prácticamente todos los idiomas del mundo, más de 300, y cuya primera edición se vendió en subasta por 1,5 millones de dólares, siendo así el libro infantil más caro de la historia.

Sin embargo, el libro tiene poco de infantil. La historia narra el viaje de una niña a través de un mundo de fantasía después de que se quedase dormida leyendo un libro. Para muchos no es más que una representación de la obsesión que el autor tenía por una niña de apenas diez años llamada Alice Liddell, de ahí el nombre de la protagonista del cuento, Alicia. Su obsesión le llevo a hacerle numerosas fotografías, lo que acabó por enfadar a la familia de la niña, hija del decano de la Universidad de Oxford, con la que mantuvo el contacto durante años. La relación entre la familia y el escritor se terminó de romper, según lo que cuentan las historias, cuando Lewis pidió casarse con la niña. Sin embargo, no existen documentos que avalen la información, ya que el diario que escribía Lewis fue destruido cuando éste murió por sus familiares. Como resultó obvio, su petición de mano fue rechazada y le generó fama de “pedófilo reprimido”.

Se dice así que el cuento está inspirado en una historia que el autor le contó a Alice en una ocasión mientras paseaban juntos en una barca. Lewis no pudo sopesar el dolor de no tener a su “amor” y publicó definitivamente en 1865 “Alicia en el País de las Maravillas”. Un libro que mezcla la realidad y la ficción, lo que dio lugar a su título de inventor de la “literatura del sin sentido”.

El cuento fue escrito en un viaje en tren de una duración de dos horas. De este tiempo salió el primer borrador al que tituló inicialmente “las aventuras subterráneas de Alicia”, que contaba con ilustraciones hechas por él mismo. Era verano de 1862, pero la versión final no saldría hasta 1865. El motivo de este retraso es que dos mil ejemplares tuvieron que ser destruidos, porque las imágenes salieron defectuosas.

Alice, la niña que sirvió de inspiración para Lewis
Alice, la niña que sirvió de inspiración para LewislarazonWikipedia

Otra curiosidad es que la ilustración de la niña, en el libro con un cabello rubio como el oro y ojos azules, no se corresponde con la vida real. La verdadera Alicia era morena, como así lo demuestran las numerosas fotografías que el propio Carroll le hizo a Alice y a sus hermanas.

Hablando de los personajes, no podemos olvidar al Gato de Cheshire, uno de los personajes más icónicos y enigmáticos de la obra. Este gato al que todos reconocemos por su inquietante sonrisa, no es más que una representación que Carroll hace de la separación de la realidad física y de los conceptos matemáticos. Siguiendo con personajes importantes, debemos hablar del “sombrerero loco”, cuya aparición no es para nada casual. En la época en la que fue escrita la obra, y cerca de donde vivía Lewis Carroll había numerosos talleres de sombrererías en los que la mezcla de mercurio y pegamento en zonas cerradas provocaba delirios por la inhalación de estas sustancias. De ahí, “los sombreros locos”.

En uno de los capítulos, Alicia se enfrenta a la malvada Reina Blanca en una partida de ajedrez, a la que acaba ganando en 11 jugadas con los peones blancos. Es complicado seguir la partida si no se tiene el suficiente conocimiento, aunque según los entendidos está perfectamente narrada.

Hemos mencionado anteriormente que Lewis Carroll era matemático, por lo que utilizó juegos de lógica dentro del cuento. Trató de demostrar que el exceso de rigor y supuesta cordura puede llevar, paradojicamente, a la locura. Esta es la razón por la que utilizó como protagonista a una niña, donde lo lógico es la fantasía, y no al revés. La frase: “Estás loco, pero déjame contarte un secreto, las mejores personas lo están”, resume perfectamente este concepto.

En el libro también se esconde una gran crítica social, tanto a la sociedad victoriana de la época, como a la frialdad y falsedad del “mundo de los adultos”. Algo que podría demostrarse con la continua pregunta sobre la identidad que los habitantes de este reino imaginario le hacen a Alicia. Una clara prueba de que en la época era realmente más importante quien era y de dónde venía que su carácter y/o ideas. Alicia en el cuento consigue desenmascarar muchas creencias de los habitantes del país de las maravillas, pero no lo hace solo gracias a su educación, sino a la falta de prejuicios y a su predisposición de enfrentar nuevas situaciones sin ideas preconcebidas.

A día de hoy sigue investigándose la obra para descubrir nuevos secretos. Por ejemplo, numerosos psicoanalistas lo estudiaron para tratar de entender si Lewis tenía intereses pedófilos o no, y si podría utilizarse estos conocimientos para el tratamiento de pacientes. De hecho, aunque no relacionado con este tema, hay una afección conocida como “Alicia en el País de las maravillas”, que afecta principalmente a niños que sufren trastornos en su capacidad de representa imágenes corporales, haciéndoles ver más grandes o pequeñas determinadas cosas, lo que genera desorientación.