Educación

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Fisioterapeutas franceses o el drama de las universidades en Francia

El sistema universitario francés es muy diferente al español: Para estudiar una carrera como Fisioterapia, tienes que pasar un “concurso” francamente complicado y de tal competitividad que la gente se alegra si abandonas o caes enfermo.

Las quejas de los estudiantes eran continuas
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Francia es uno de los países más grandes de Europa y con mayor número de habitantes. Además, el país galo, considerado la quinta economía del mundo, fue el país que más turistas acogió el pasado 2019. Cualquiera estaría encantado de vivir en este país. Pero no todo es gloria, pues también muchos franceses acaban viniendo a España con motivo de poder sacarse una carrera universitaria y abrirse hueco en el mercado laboral. “El porcentaje de personas admitidas en Francia es muy pequeño, el acceso es mucho más fácil en España”, afirma Colleen, fisioterapeuta de 24 años procedente de Versalles y que estudió el grado de Fisioterapia en la Universidad Europea de Madrid.

El sistema universitario francés es muy diferente al español. Sobre todo, en el caso de los estudiantes de Ciencias de la Salud, que deben realizar un primer curso en común o PACES, con un temario muy extenso y generalizado en el que aquellos que aspiran a ejercer como enfermeros, dentistas o fisioterapeutas luchan por muy pocas plazas. Entrar en una especialidad es muy complicado, pues estos estudiantes deben pasar un examen muy selectivo llamado concurso, al que se puede inscribir después de estudiar el primer año conjunto. Los candidatos se preparan durante dos o tres años en instituciones especializadas para poder pasar este tipo de oposición y elegir su especialidad con una rivalidad muy potente que incluso puede llegar a ser insoportable.

Antonín, originario de Mâcon y estudiante de Fisioterapia en el CEU de Elche, vino a España con la intención de no tener que pasar por algo tan “horrible psicológicamente”: “No me imaginaba hacer ese año obligatorio. Es como una carrera entera. Deberían separar las carreras sin necesidad de hacer este año”.

Para el concurso, los estudiantes tienen dos oportunidades. Si al segundo intento no consiguen la nota necesaria para acceder a la carrera de sus sueños, ya no se pueden presentar más. “Es mucho estrés. No duermes, no sales, no tienes vida, tienes que estudiar para ser el mejor. Nadie ayuda a nadie e incluso celebran si abandonas o caes enfermo”, critica Colleen.

Puede que alguno que haya querido ser fisioterapeuta no haya llegado a tener plaza y haya tenido que escoger otra especialidad o irse a otra rama, con todo un tiempo estudiando para finalmente nada. A diferencia de casos que se dan en España, una vez que escoges tu carrera no puedes cambiarte a otra. “En general, solo un 10-15% de los candidatos consiguen aprobar. La gente estudia mucho, y pese a eso, no te garantizan nada”, explica Camille Lardon, profesora de francés para fisioterapeutas en su empresa Francés en línea.

Cambiar de país supone una adaptación a veces complicada

Los estudiantes franceses buscan la manera de escapar de esta inaguantable competitividad, y no les queda más remedio que abandonar Francia. España es el país que tienen más cerca, por eso hay clases de universidades españolas como Zaragoza, Barcelona, Valencia o Murcia donde hasta el 70-80% son estudiantes franceses.

Algunos llegan a un país con un idioma que desconocen por completo y adaptarse es complicado. Es el caso de Paul, francés de 24 años que estudió Fisioterapia en la Universidad de Nebrija de Madrid y que tuvo muchos problemas respecto al castellano: “Fue difícil irme de casa con 19 años. Yo había estudiado alemán e inglés, pero no sabía nada de castellano. Los primeros meses era muy complicado comunicarme... ¡Imagina lo dificultoso que era enterarme de las clases!”.

Por fortuna para ellos, las universidades tienen en cuenta sus situaciones y suelen poner facilidades para que su adaptación sea lo más rápida posible, como le sucedió a Antonín: “En mi universidad tienes un programa de ayuda que se componen de varios servicios, como una traductora que te va ayudando”.

La otra cara de la moneda: la hora de trabajar

Al igual que hay franceses que vienen a España a estudiar, muchos españoles se van a trabajar a Francia porque allí es más asequible. En Francia el 80% de fisioterapeutas son autónomos, trabajan cinco e incluso cuatro días a la semana y pese a ello viven en buenas condiciones, algo que es difícil de ver en los autónomos españoles.

Por eso, lo más normal es ver a franceses que vienen a España a estudiar, están cuatro o cinco años con su respectivo grado y vuelven a su país, donde con una serie de trámites -que no muchos, porque el proceso es sencillo- les convalidan el título al ser de la Unión Europea. “En cuestiones laborales España está peor, por eso muchos fisioterapeutas españoles emigran a Francia”, asegura Camille, que garantiza que, de los 66.000 fisioterapeutas inscritos en el Colegio de Fisioterapeutas de Francia, en torno a un 20% proceden del extranjero.

El acceso es el mayor problema al que se enfrentan estos estudiantes franceses. Quizás si no tuvieran esas trabas podrían seguir luchando por su sueño en su país. “El sistema sanitario francés debe aumentar las plazas para que la gente tenga más posibilidades. El Gobierno tiene que hacer un esfuerzo económico importante para remediar a todos esos problemas”, comenta Paul.