Sociedad
Las prácticas sexuales más de moda, no recomendadas bajo ningún concepto
Para tener sexo seguro, no solo debemos usar preservativo, sino que también debemos evitar ciertas prácticas sexuales que pueden ser muy peligrosas
El sexo es algo necesario. Son muchas los beneficios que ofrecen las relaciones sexuales siempre y cuando se cumplan dos características claves. En primer lugar, debe haber salud afectivo-sexual y psicológica, en otras palabras, que nos divierta, que nos sentamos a gusto tanto físicamente como mentalmente. En segundo lugar, debe estar garantizada la integridad física de los participantes. El sexo deja de ser divertido cuando hay lesiones o no podemos desarrollarlo con normalidad y libertad.
Curiosamente, a medida que los avisos de usar preservativo y otros métodos anticonceptivos han ido calando en la sociedad, se han desarrollado de forma paralela otras formas de practicar sexo de manera no segura. De hecho, al igual que cualquier otro sector, como la ropa o el peinado, el sexo es una actividad que también va a la moda. Sin embargo, seguir la moda no siempre puede acabar bien. Hoy por hoy la tendencia que más triunfa en el sexo es buscar el peligro, sin saber que ciertas actividades puedan afectar gravemente a la salud, o no. He ahí la adrenalina de llevar al límite una relación.
Desde el consumo de drogas y grandes cantidades de alcohol, a buscar contagiarse del VIH, estas son algunas de las prácticas sexuales más de moda, pero que no se recomiendan hacer bajo ningún concepto.
Bugchasing o el peligro de jugar con el VIH
Si traducimos este termino al castellano, nos daremos cuenta que literalmente significa “perseguir al bicho”, es decir, practicar sexo con la única intención de adquirir el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirido, o lo que es lo mismo, el VIH, el virus del sida.
Los sexólogos advierten de que se trata de una práctica sumamente peligrosa e inconsciente. Una práctica relacionada con el sexo desenfrenado y en busca de emociones intensas. Las personas que practican el “Bugchasing” suelen acudir a fiestas o lugares donde forman parte de orgías, no utilizan preservativo y se inyectan drogas. Una tendencia verdaderamente peligrosa y que puede ocasionar en estas personas diversas enfermedades a parte del VIH, como por ejemplo, la gonorrea.
Gracias a los avances científicos, se ha conseguido reducir un gran porcentaje el número de muertos por el sida, aunque no así el número de personas infectadas.
Fisting
Seguramente hayáis oído hablar de esta práctica. La pornografía ha sido la principal causante de que el fisting haya cogido fuerza entre los más jóvenes, sin pensar en el peligro real que puede generar en los que lo practican.
Básicamente consiste en introducir un puño en la cavidad anal o vaginal de nuestra pareja. Es empleado especialmente en el colectivo gay, pero también es común en los países escandinavos. En las relaciones cotidianas es poco frecuente, pero sí en el mundo BDSM, donde hombres y mujeres practican el fisting.
Pese a su apariencia de práctica sexual extrema pero no peligrosa, cabe decir que no es cierto. La razón principal es que para realizar un fisting sin dolor suelen consumirse drogas que reduzcan el dolor. Por tanto, esta práctica comienza mal. Una de las drogas más empleadas es el popper, la cual provoca una relajación extrema del cuerpo y dilata el ano. Es tan fuerte que la persona que lo consuma puede sufrir un infarto.
Por otra parte, introducir un puño en estas cavidades puede provocar daños severos en la próstata, el intestino o desgarramientos muy dolorosos.
El chemsex o el sexo más química
En resumidas cuentas, se trata de mantener sexo en grupo bajo los efectos de sustancias nocivas como el alcohol o las drogas. A esto se suma que suele hacerse sin la utilización de métodos anticonceptivos.
Aquí encontramos otra variedad, el slamsex. Viene siendo lo mismo, pero además se comparte jeringuilla, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
El muelle, el peligrosos juego de los adolescentes
Una práctica viral que se ha hecho tendencia entre los adolescentes. Varios jóvenes se sientan con el pene en erección, mientras las chicas pasan de joven en joven, hasta que uno de ellos no aguante y eyacule. Como no es de extrañar, la peligrosidad recae en el contagio de enfermedades sexuales, pero también puede afectar al desarrollo afectivo-sexual de los que lo practican.
Los expertos ya anunciaron hace algún tiempo las medidas que deben tomarse para que esta práctica no se convierta en un fenómeno de gran alcance. La principal recomendación que dan es la de mantener una continua educación sexual con los más jóvenes.
Coprofilia, desagradable y peligrosa parafilia
Aunque las parafilias sexuales no tienen porque ser nocivas, muchas veces se sitúan en el límite entre lo aceptable y lo peligroso. No es tan común como los casos mencionados anteriormente, pero resulta igual de dañino e, incluso, desagradable.
Consiste en integrar las heces humanas dentro del juego sexual, llegando incluso a consumirse en algunos casos. De cualquier forma, a quienes les excita esto, deben saber que las heces están plagadas de bacterias, como la E. Coli, dado que no son más que los desechos que el organismo no necesita o no tolera. Por esa razón, la coprofilia no es recomendada.
Rosebud
Por último, pero no menos importante, encontramos una de las prácticas sexuales más peligrosas del momento. Se trata de la salida del recto del ano. Tan nocivo es que a pesar de integrarse dentro del universo del sexo, es considerada también una patología grave.
Conocido en el argot médico como prolapso rectal, esta anomalía se produce por el debilitamiento del suelo pélvico, una fuerte diarrea o estreñimiento. No solo resulta doloroso, sino que además en muchas ocasiones solo puede solucionarse mediante una intervención quirúrgica.
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