Coronavirus

Así serán los exámenes del último trimestre: preguntas orales por videollamada y problemas con el libro delante

Las autonomías dan pautas básicas a los centros para evaluar a los alumnos a distancia

Inmersos ya en el tercer trimestre del curso y sin una idea clara sobre cuándo se podrán retomar las clases presenciales, las comunidades autónomas están dando instrucciones a los centros sobre cuestiones básicas a tener en cuenta a la hora de hacer los exámenes a distancia a los alumnos este último trimestre. En segundo de Bachillerato, las pruebas se suelen hacer a principios de mayo y, en el resto de cursos, a finales. A la vista de que el confinamiento puede prolongarse en el tiempo, lo que se plantean los centros educativos es cómo evaluar lo aprendido por los alumnos en esta última etapa después de que se permitiera avanzar en conocimientos.

No se pueden tener en cuenta para la nota factores como el buen comportamiento en clase o la participación. Además, a la hora de plantear un examen hay que pensar en que el alumno puede consultar el libro o tener ayuda de sus padres o hermanos para responder. ¿Cómo plantearlo entonces? Comunidades autónomas como Madrid han pedido a los centros que presenten una reconfiguración de los criterios que van a seguir para evaluar a sus alumnos tanto para el supuesto de que las clases puedan ser presenciales o no. Así, los centros ahora se plantean pruebas telemáticas alternativas a las tradicionales y estos días analizan una variedad de posibilidades que entrarían dentro de la legalidad. Así, una de las opciones son los exámenes orales por videoconferencia para alumnos de Bachillerato. De hecho, es una de las contempladas por los 22 colegios que la Fundación Educación Católica (FEC) tiene en toda España. Ello implicaría, no obstante, informar a las familias y, si se va a producir una grabación, se debe avisar al alumno a efectos de proporcionarle una mayor seguridad de cara a futuras reclamaciones ante una posible mala praxis.

Juan Ignacio Yagüe, responsable pedagógico de los centros de FEC asegura que otra de las fórmulas es un cuestionario online que se cuelga en un espacio virtual durante un tiempo determinado y el estudiante tiene que completarlo en ese tiempo concreto. Otra de las opciones es plantear la resolución de un problema concreto aplicando un concepto aprendido, lo que no impide utilizar el libro.

Por último, los alumnos pueden salir a la pizarra digital a hacer un determinado ejercicio. Y es que, a través de una aplicación (Microsoft Whiteboard) se puede compartir pizarra con el profesor de manera virtual. En este caso entrarían en juego no sólo los conocimientos del alumno, sino también su competencia digital. Es por esto por lo que Yagüe parte de la premisa de que «la tecnología se utilice en los casos en los que se quiere dar una oportunidad al alumno. En su opinión, la tarea del profesor, ahora más que nunca, no es sólo impartir conocimientos o planificar tareas, sino acompañar al estudiante en su aprendizaje y lo que falta ahora es coordinación entre los docentes para no sobrecargar a los alumnos con más deberes de los que venían realizando».

Comunidades autónomas como Madrid han dado vía libre a los centros para que puedan modificar las fechas de los exámenes dentro del período lectivo ordinario y, en función de éstos, los departamentos didácticos podrán tomar en consideración tanto las actividades de evaluación realizadas con anterioridad a la suspensión de las actividades educativas presenciales, como las realizadas con posterioridad.

El secretario general de Escuelas Católicas, Luis Centeno, asegura que ahora más que nunca «tanto los centros educativos como las familias tenemos que intentar hacer un esfuerzo porque el aprovechamiento del tercer trimestre sea el máximo posible teniendo en cuenta las circunstancias actuales porque, de lo contrario, los alumnos tendrían un déficit notable en el curso próximo».