Sociedad

Cerrar los parques: ¿una medida poco efectiva?

Sanidad ha dado marcha atrás y ha decidido no incluir en el BOE el cierre de parques como medida restrictiva. Algunos expertos avalan que sigan abiertos, ya que la trasmisión en espacios abiertos es reducida. Otros opinan que es mejor clausurarlos porque no se controlan los aforos

Parques cerrados en la Sierra de Madrid Alpedrete
Parques cerrados en la Sierra de Madrid AlpedretePlatónLa Razón

“¿Entonces nos vamos a las casas de apuestas”? Así reaccióno Twitter ayer ante el borrador presentado por Sanidad para reducir los contagios en las zonas que superaran sus umbrales epidemiológicos y sanitarios y que incluía el cierre de los parques y jardines. Bajo el hastagh #Abridlosparques, se creó un movimiento para canalizar el rechazo a una medida que, critican, “no tiene evidencia científica”. “Si los bares siguen abiertos, los parques no pueden estar cerrados, los científicos sostienen que los interiores son los espacios más peligrosos para la trasmisión”, afeaba uno de ellos en su red social. “O abren los parques o los abrimos, ya basta de ignorar a los más pequeños. No todos vivimos en un jardín”, se quejaba otro.

Finalmente, el ministerio ha dado marcha atrás y ha decidido no incluir en el BOE el cierre de parques como medida restrictiva en aquellas zonas donde se superen los umbrales de incidencia y positividad fijados por Sanidad.

¿Realmente tiene sentido esta medida para evitar la trasmisión del Sars-CoV-2? A mediados de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntó que “la trasmisión aérea por coronavirus podría ser posible”, eso sí, incidiendo en que podría ser posible “principalmente en entornos cerrados y determinadas circunstancias”. ¿Qué opinan los expertos?

A favor

“Desde el punto de vista únicamente epidemiológico, es una buena medida porque, aunque la trasmisión en espacios abiertos es menos probable, los niños tocan continuamente las superficies y se llevan las manos a la boca”, sostiene el infectólogo pediátrico José Tomás Ramos. “Teóricamente es mejor cerrar los parques, como es mejor cerrar los bares, pero hay que sopesar las consecuencias y los daños colaterales en la educación y la socialización de los niños”, apostilla.

Para el jefe de Pediatría del Hospital Germans Trias y Pujol, Carlos Rodrigo, “una vez más pagan los niños por cuestiones de los adultos”. El pediatra sostiene que el problema de los parques no son los más pequeños, si no sus padres. “No se comportan, en estos espacios muchas veces se producen aglomeraciones, no utilizan la mascarilla y tampoco mantienen la distancia”, critica. Rodrigo afirma que es necesario tener espacios donde los niños puedan correr y jugar al aire libre, pero asegurando que “se controle el aforo y se cumplan las normas de distanciamiento”.

El psiquiatra infantil y director de PsiKids, Javier Quintero, cree que es una medida necesaria. “Cuando cerraron los parques en marzo, vimos que se llenaron de niños con sus abuelos, ahora se utilizan para hacer botellón y si en los colegios ya es difícil mantener las medidas de distanciamiento e higiene, en los parques es impensable”, sostiene. Por eso, cree que antes de pedir abrir estos espacios “tenemos que exigirnos responsabilidad individual”.

En contra

Por su parte, el psicólogo y pedagogo Valentín Martínez-Otero, opina que es “una medida controvertida, porque es cierto que en estos espacios se producen aglomeraciones, pero evidentemente tiene muchos perjuicios”. En este sentido, recuerda que los parques son la única vía de escape y evasión para “aquellas familias que viven en 50 o 60 metros cuadrados y también para las personas mayores, que suelen acudir a dar su único paseo diario”. Este psicólogo apuesta por mantener abiertos estos entornos y destinar un cuerpo de seguridad para que ejerza una función

Quique Bassat, pediatra e investigador del ISGlobal no tiene ningún sentido cerrar los parques como espacio destinado a los más pequeños. “Precisamente los pediatras estamos intentando fomentar las actividades al aire libre porque se ha demostrado que el riesgo de trasmisión del virus en espacios abiertos es bajo, entre 15 y 20 veces menos que en los cerrados. Los parques son saludables para los niños, tienen que correr y jugar. Los columpios es mejor que permanezcan clausurados, pero no siquiera representan un gran peligro, hay otras actividades como los gimnasios que presentan un mayor riesgo y seguirán funcionando”.