Pandemia

Deportistas “domiciliarios”, teletrabajadores y mayores, los que más se lesionan

Las medidas de prevención del Covid-19, aunque ya no estemos en confinamiento estricto, siguen pasando factura nuestro aparato locomotor.

Determinadas rutinas de alto impacto, como el método Tábata, pueden provocar lesiones si se realizan en casa y sin supervisión.
Determinadas rutinas de alto impacto, como el método Tábata, pueden provocar lesiones si se realizan en casa y sin supervisión.Objetivo Bienestar

En un día normal de trabajo “prepandemia”, es decir, fuera de casa, como mucho podría decirse que una persona con un trabajo de oficina, (y que va al gimnasio al menos una hora de manera regular) puede sumar unas tres horas de actividad al día, frente a las 21 que pasa sentada o durmiendo. Impresiona. Tres horas que se reducen a una y media si eres uno de esos millones de personas que han pasado de trabajar en una oficina a hacerlo en tu domicilio. Sin subir y bajar las escaleras del metro, o del propio trabajo, movernos de uno a otro lado en la oficina, los metros que recorríamos para ir a comer o a tomar un café o el simple hecho de levantarnos, ducharnos y prepararnos para salir, nuestra movilidad está a mínimos, y eso es muy peligroso.

Teletrabajadores “atrofiados”

Como la reducción de la movilidad en toda la población a causa de las medidas de prevención frente al virus está pasando factura al sistema locomotor. “Las consecuencias de la falta de actividad afectan a casi todos los grupos de edad, pero de diferente forma. El primer grupo en el que se están observando problemas traumatológicos es en el colectivo que teletrabaja. En la mayoría de los casos, realizan su jornada laboral en ubicaciones con medidas ergonómicas inadecuadas: ni el ordenador está a la altura adecuada, ni su silla es la recomendada, ni se mueve lo suficiente. Esta circunstancia está provocando lesiones en el hombro, los codos y los tendones de las manos, así como en las caderas (trocanteritis o contracturas en los glúteos medios). “Todos ellos son causados por deficiencias posturales al pasar muchas horas frente al ordenador y con falta de sueño”, señala José Tabuenca, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid,

Algunas recomendaciones para mejorar el estado de su aparato locomotor son: vestirse para trabajar, pasear un rato antes de comenzar (como si fuéramos al trabajo) e intentar respetar en lo posible las medidas ergonómicas de los centros de trabajo domiciliarios. También ayuda andar mientras se habla por teléfono en casa y no permanecer sentado durante largos periodos de tiempo.

Otro grupo afectado por el confinamiento en su aparato locomotor son los mayores que realizaban una actividad física ligera de mantenimiento y que han dejado de hacerla por miedo a salir a la calle. “Muchos no se atreven a salir de casa y entran en una dinámica de empeoramiento muscular. Pese a que caminen dentro de sus domicilios no lo hacen de forma suficiente. Este parón les ha causado más atrofia, menor capacidad para movilizar grupos musculares y un incremento de caídas. Este grupo nos llega a consulta refiriendo problemas para caminar y dolores indefinidos”, manifiesta Tabuenca.

Deportistas “domiciliarios”

Si bien es cierto que el confinamiento despertó el interés de muchas personas por hacer deporte en casa, y permitió que adquirieran nuevos hábitos saludables que pueden haber permanecido en el tiempo, también supuso un paso atrás para aquellas personas que solían practicar ejercicio en el exterior. Al adaptarlas al interior, muchas disciplinas que requieren supervisión, como el Cross Fit, el Yoga o el Pilates, se están haciendo sin ella, por lo que el riesgo de lesiones es mucho mayor. El traumatólogo cuenta que, en su Servicio, ha observado un aumento de las consultas de los denominados deportistas “domiciliarios”. “Son personas que no han vuelto a los gimnasios porque aún les da respeto y que realizan tablas de ‘Cross-Fit’ o ‘Tabata’ siguiendo videotutoriales que, en la mayoría de las ocasiones, no están adaptados a su estado físico o que realizan sin el material adecuado (usando de litros de leche como pesas o cubos de agua) o en entornos mucho más reducidos. Es frecuente que estas personas realicen una actividad más agresiva de la que hacían previamente y no sigan el proceso de calentamiento, fortalecimiento, entrenamiento intenso y estiramientos”. “En este grupo de pacientes- prosigue- se están observando lesiones musculares, generalmente en los músculos grandes del cuerpo, como isquiotibiales y cuádriceps, y también es común la lesión de hombro”.

Por último, otro grupo con tendencia a fracturas y lesiones son aquellas que retomaron el ejercicio post-confinamiento, tratando de “recuperar el tiempo perdido de un modo un poco apresurado”. “En estas personas hemos observado fracturas de estrés, fundamentalmente en el pie y en el tobillo, debidas a que sometieron a sus extremidades inferiores a una carga excesiva cuando llevaban tiempo paradas. También son frecuentes en este grupo las lesiones en el menisco y en el hombro”, concluye.