Polémica
Sanidad enfurece a los médicos con una pregunta sobre eutanasia en el examen MIR
«No deja de ser una buena oportunidad para adoctrinar», denuncia una doctora
«Dudo entre si es fruto de la ignorancia o si la cuestión estaba allí colocada como una forma barata de propaganda. No deja de ser una buena oportunidad para adoctrinar a 13.638 futuros médicos así, de golpe». De esta forma expresa su desconcierto Mónica Lalanda, médico, bioeticista y experta en Comunicación y Ética, ante la polémica pregunta sobre eutanasia que tuvieron que contestar los aspirantes a especialista que se presentaron al examen MIR este fin de semana.
Recién aprobada la nueva ley que despenaliza la eutanasia en España, nadie esperaba que se incluyera una pregunta sobre tan controvertida cuestión. De hecho, numerosos candidatos han comentado estos días a través de las diferentes redes sociales que hubo sorpresa porque en las academias les dijeron que no se preocuparan, que nunca entran preguntas de leyes aprobadas hace apenas unos días. Pero ahí estaba la pregunta número 41, contra todo pronóstico. Una cuestión errónea tanto en su forma como en su fondo, que es la parte más grave del asunto.
«41- En un paciente terminal la omisión o la interrupción de tratamientos médicos vitales, para permitir a la persona que fallezca (interrupción de los tratamientos que permiten conservar la vida) se denomina:
1) Eutanasia activa voluntaria.
2) Eutanasia activa involuntaria.
3) Eutanasia pasiva.
4) Suicidio asistido por un médico».
«La introducción de esta pregunta en el examen MIR ilustra el caos conceptual reinante. Esta cuestión representa bien la impresión que parece tener una gran parte de la sociedad de que se muere con frecuencia en medio de una obstinación terapéutica y la única forma de evitarlo es la eutanasia. No es que la sociedad haya reclamado una ley de eutanasia sin tener claro qué es eutanasia y qué es simplemente buena práctica médica habitual, sino que esta ignorancia abarca también a los profesionales. Esto es mucho más preocupante», explica Lalanda en su blog Medicoacuadros.
Pero, ¿cuál sería la respuesta correcta? Desde el punto de vista de los examinadores, los que hayan marcado la opción de la eutanasia pasiva habrían contestado correctamente a la pregunta. Sin embargo, la pregunta se va a impugnar porque, muy a pesar de la nueva ley de eutanasia, en un paciente en situación terminal, la omisión o interrupción de tratamientos médicos vitales para permitir a la persona que fallezca no se denomina eutanasia activa voluntaria, ni eutanasia activa involuntaria, ni eutanasia pasiva ni suicidio asistido por un médico, sino adecuación del esfuerzo terapéutico, «son cuidados paliativos, que constituyen buena práctica médica al final de la vida y proporcionan una muerte digna», señala Lalanda.
Navaja de Hanlon
Y es esta omisión de la verdad, ignorancia o propaganda encubierta lo que ha levantado ampollas entre los colectivos médicos, posicionados mayoritariamente en contra de la nueva ley y a los que el Gobierno no ha escuchado. «Es difícil saber si estamos ante una navaja de Hanlon, («no atribuyas maldad a lo que puede ser estupidez»), pero es difícil ignorar el hecho de que casi 14.000 médicos se sentaron ante un examen que constituye el comienzo de su vida profesional en el que se les indicaba que adecuar el esfuerzo terapéutico ante un paciente que se muere es una forma de eutanasia a solo días de aprobada la ley. Las palabras y el lenguaje no son meros envoltorios para el que habla o escribe, sino potentes instrumentos para acceder a la realidad de lo que son y lo que no son las cosas» añade.
Errores de concepto
Y es que la pregunta y sus respuestas presentan errores de concepto de la primera línea hasta la última. En primer lugar, el término «paciente terminal» se evita hace años a favor de «paciente en situación terminal» y define al paciente con enfermedad incurable avanzada en el que se prevé que ocurra la muerte a corto plazo (en días o semanas). En este tipo de pacientes, continuar con tratamientos activos se denomina «obstinación terapéutica» (antes ensañamiento terapéutico pero este término está también en desuso). «Lo que también sorprende es que se utilicen los términos ‘eutanasia pasiva’ y ‘eutanasia activa’ cuando son términos obsoletos desde hace años, según el documento de consenso sobre terminología de Atención al final de la Vida por la única entidad competente que existe para hacerlo, el grupo de trabajo SECPAL-OMC (Grupo de trabajo Atención médica al final de la vida. Organización Médica Colegial (OMC) y Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL)», matiza Mónica Lalanda.
En opinión de Mariano Avilés, letrado y presidente de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (Aesef), «no se puede decir que la pregunta sea ilegal, porque la ley está ahí, aprobada y en vigor, pero desde luego es poco ética. Todas las respuestas posibles a la pregunta dada conducen a un mismo fin: señalar que la adecuación del esfuerzo terapéutico ante un paciente que se muere es una forma de eutanasia. Esto, como poco, es una forma de propaganda muy descarada», remarca este experto.
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