Nuevas condiciones

Sanidad retira la mascarilla pese al avance de la variante india

Ya no será obligatoria en espacios abiertos en todo el país si se mantiene una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros

A partir de este mismo sábado, los españoles podrán salir a la calle sin mascarilla siempre que puedan guardar la distancia de seguridad. «Es una medida bien pensada, tomada desde la evidencia científica y desde la base del trabajo de la Ponencia de Alertas del Sistema Nacional de Salud», defendió ayer la ministra del ramo, Carolina Darias.

La fecha de la retirada de los cubrebocas ya la adelantó la semana pasada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un intento vano de desviar la atención sobre los indultos a los presos del «Procés». Tan solo faltaba por conocer los detalles de la nueva norma que regula el uso de estos elementos en exteriores. Darias los presentó ayer a las comunidades en el pleno del Consejo Interterritorial, de forma que no tuvieron margen de maniobra para introducir modificaciones. El nuevo decreto ley, que aprobará hoy el Consejo de Ministros, elimina la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores a partir del sábado «si se mantiene la distancia de 1,5 metros o si vamos acompañados de nuestros convivientes», detalló la ministra en rueda de prensa. No obstante, será necesario llevar siempre una al salir del domicilio, pues habrá que hacer uso de ella al interactuar con conocidos o si se producen aglomeraciones.

Seguirá siendo obligatoria en espacios interiores públicos, como por ejemplo una bibioteca, o en locales abiertos al público, como una farmacia o cualquier comercio. Y, por supuesto, en los transportes públicos.

En los eventos multitudinarios al aire libre la norma difiere en dos supuestos: si el público está de pie tendrá que usar mascarilla, pero si está sentado podrá quitársela si la distancia entre asientos respeta el metro y medio.

En las residencias también se establecen distintos criterios. Los mayores están exentos, siempre y cuando la residencia tenga una cobertura de vacunación del 80%. No obstante, seguirá siendo obligatoria tanto para los trabajadores como para las visitas. Los profesionales esenciales quedan liberados de las mascarillas en sus centros de trabajo, si hay inmunidad de rebaño.

«En estos momentos la evolución de la pandemia es positiva, estamos en el camino hacia la nueva normalidad.Todos los indicadores epidemiológicos así lo indican y esto, junto a las altas tasas de vacunación, hace aconsejable que empecemos a introducir una flexibilización respecto al uso obligatorio de mascarilla», incidió la ministra de Sanidad. En efecto, el ritmo de inmunización es bueno: ya hay 15 millones de personas con al menos una dosis, que representan al 50% de la población. No obstante, no se espera que sea hasta el 19 de julio, según las previsiones del Gobierno, cuando la mitad de la población tenga la pauta completa, el escenario ideal para la retirada de cubrebocas, según los epidemiólogos.

La retirada de la mascarilla, la medida no farmacológica más aficaz para controlar la transmisión del virus, ha sido muy demandada por la ciudadanía. Y, de hecho, la mayoría de los países europeos han eliminado su obligatoriedad aen exteriores (24 de los 27 estados ). Pero no cuenta con ningún aval científico.

No obstante, desde Sanidad siempre se ha defendido que para relajar una medida había que reforzar el resto para controlar el virus hasta que se alcanzase la inmunidad de grupo. Una estrategia más que necesaria ahora teniendo en cuenta el avance de la cepa india y el inicio de la temporada turística. Reino Unido, donde Delta está provocando cifras de contagiados similares a las de febrero, ya no exige cuarentena a sus ciudadanos vacunados que regresen de lugares ámbar, como España. Por eso se espera un incremento de la llegada de «british» con el consiguiente riesgo de expansión de esta mutación. Pero mientras Alemania ha cerrado las fronteras a los turistas ingleses y Francia les exige cuarentena, España les recibe con los brazos abiertos. Por eso, la decisión de retirar la mascarilla sin haber trazado un plan contra Delta podría hacernos retroceder en la desescalada.

Además, hay que tener en cuenta que no todas las comunidades tienen incidencias bajas.Dos de ellas, tienen tasas muy por encima de la media, que está en los 92 casos por cada 100.000 habitante: La Rioja, con 132 y Andalucía, con 169. Por ello, el ejecutivo de Juan Manuel Moreno quiere que sean las regiones las que regulen el uso de las mascarillas, pues los valores epidemiológicos todavía no están homogeneizados en todo el país.

Hay que tener en cuenta, además, que los criterios del nuevo decreto ley no han sido votados en el Interterritorial: «Un real decreto forma parte de las competencias del Gobierno. Se trata de un criterio homogéneo en todo el país», defendió Catrolia Darias, la ministra a la que tanto le gusta hablar de cogobernanza.