Polémica misiva

Los obispos, a Ayuso y Vox: «Lean la carta del Papa»

«La Iglesia está orgullosa de llevar a Iberoamérica una lengua y una religión, pero hace cosas bien y mal», matiza Luis Argüello

«Perplejos». Es el calificativo del que se sirvió ayer el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, para expresar el sentir de los obispos a raíz de la polémica generada en torno a la carta del Papa en la que reitera el perdón por los «pecados» de la Iglesia, manifestada igualmente por sus predecesores durante la evangelización de México, con motivo del bicentenario de su independencia.

Tal es la sorpresa que han causado en ellos críticas como las lanzadas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se repartió a los periodistas una copia de la misiva antes de iniciar la rueda de prensa con motivo de la reunión de la Comisión Permanente. «La hemos ofrecido para que en sus medios pongan un enlace y sea fácil leerla», apostilló el también obispo auxiliar de Valladolid. A partir de ahí, compartió que «hemos asistido a los comentarios de estos días y pensamos que se han hecho desde un titular elaborado sin la lectura del documento». «Quiero animar a que lean el documento que va dirigido a México porque celebra los 200 años de su independencia y fuera de ese contexto el documento no se entiende, se refiere a los 200 años de la independencia», aclaró el portavoz de los obispos sobre una cuestión que ya fue abordada tanto por Juan Pablo II como por Benedicto XVI. «No es un documento largo. Es un folio», apostilló.

Al repasar la carta, Argüello se detuvo en la llamada papal a realizar una «purificación de la memoria» para explicitar que insta a «facilitar esa propuesta de revisión de las propias raíces, dice que ‘la Iglesia’ y cita a sus antecesores, ‘ha pedido repetidas veces perdón’, porque en su actuar, no solo en América solo sino en cualquier lugar del mundo, la Iglesia, en su tarea de evangelización hace cosas bien y mal». En este sentido, no dudó en poner el valor la labor realizada por los misioneros a lo largo de estos siglos. «¿De qué puede sentirse orgullosa la Iglesia española?», lanzó al aire el pastor, para responderse a renglón seguido: «De llevar a toda Iberoamérica una lengua y una religión».

«Hacer desde ahí el tipo de titulares, de comentarios editoriales asombrosos, uno se asombra porque dice, si está clarito, si son 200 años, si la única referencia que se hace a 500 años es la belleza de Guadalupe, la belleza del mestizaje», insistió el obispo. Más allá del revuelo, se mantuvo al margen de opinar si estos ataques responden a una campaña para minar la credibilidad del Pontífice. «No quiero entrar», zanjó.

Lo cierto es que en estos días, la carta papal ha servido de ariete entre VOX y el PP de un lado y Más Madrid y Unidas Podemos del otro. El penúltimo en sumarse ha sido el expresidente del Gobierno, José María Aznar. Ayer, dentro de la convención itinerante del PP, en el coloquio con el actual líder de los populares, Pablo Casado, interrumpió su alocución sobre Cataluña para abordar la carta de Francisco. «Voy a decir otra cosa porque tengo ganas de decirla, en esta época en la que se pide perdón por todo: yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón, no lo voy a hacer, lo diga quien lo diga», sentenció, llevándose un aplauso de los presentes en el foro popular sevillano. «Por defender la nación española y la importancia histórica de la nación española, las creaciones históricas de la nación española, con sus claros y sus oscuros, con sus aciertos y sus errores, estoy dispuesto a sentirme orgulloso, pero no voy a pedir perdón», recalcó frente a lo que considera un «nuevo comunismo» que se llama «indigenismo».

Por su parte, el portavoz de los socialistas en el Congreso, Héctor Gómez, rechazó entrar en lo que considera un «debate estéril que no aporta absolutamente nada en este momento». «Nuestra posición ha quedado bastante clara, es un tema que el presidente de México ha sacado ya en numerosas ocasiones, hemos fijado la posición», comentó Gómez. Ya el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declinó entonar un ‘mea culpa’ después de que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, reclamara por carta a Felipe VI unas disculpas formales.