Salud
Detectan “moho negro” en el cerebro de un hombre tras sufrir un accidente
Esta extraña infección por hongos tiene una tasa de mortalidad del 65 por ciento
El calvario de Tyson Bottenus comenzó hace cuatro años. cuando él y su prometida decidieron pasar sus vacaciones en Costa Rica. El viaje se complicó cuando Bottenus, de 35 años, cayó accidentalmente de su bicicleta y se raspó el codo.
No era una lesión grave, por lo que enjuagó un poco la herida y vendó la zona. A la mañana siguiente, acudió a un centro de salud y una enfermera le aseguró que no había nada de qué preocuparse. Sin embargo, tres semanas después, comenzó a sufrir frecuentes e intensos dolores de cabeza, parálisis facial e incluso dificultades para reír.
Una resonancia mostró un extraño círculo en medio de su cerebro. Se sometió a diversas pruebas que descartaron la enfermedad de Lyme, tuberculosis, VIH y múltiples cánceres cerebrales.
Tras la tercera biopsia, los médicos del Hospital General de Massachusetts pudieron identificar la misteriosa enfermedad cerebral que aquejaba a Tyson. Los hallazgos fueron realmente sorprendentes: era moho negro.
En concreto, Bottenun tenía en su cerebro un raro hongo tropical conocido como Cladophialophora bantianadel que solo se han documentado unos 120 casos desde que se descubrió en 1911, y la mitad de los enfermos se han documentado en la India.
Los médicos sospechan que el hongo entró a través de la herida del codo y comenzó a invadir de forma silenciosa su cuerpo. Ahora, los especialistas tratan de encontrar un tratamiento que pudiera acabar con la infección que, según las estimaciones, presenta un 65 por ciento de mortalidad en aquellos que lo contraen.
Inicialmente, los neurocirujanos descartaron la cirugía cerebral porque el hongo estaba ubicado demasiado cerca de partes críticas de su cerebro.
Decidieron recetarle un tratamiento con antimicóticos orales para atacar el moho y dexametasona para controlar la inmensa hinchazón y la acumulación de líquido que causan los intensos dolores de cabeza. Desafortunadamente, el tratamiento ha resultado ineficaz.
De hecho, en 2020Bottenun sufrió un derrame cerebral, lo que le ha obligado a tener que aprender a caminar, hablar y leer nuevamente. Los médicos le dijeron entonces que la presión dentro de su cráneo era 15 veces mayor que la normal. Una cirugía restauró su visión, pero aún no puede conducir un automóvil o navegar en su barco.
En los tres años transcurridos desde el diagnóstico, Bottenusse se ha sometido a diez cirugías, cinco punciones lumbares, y tiene implantados dos tubos que ayudan a drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo de su cerebro. Nada de eso ha logrado acabar con el dolor.
Si bien Bottenun no espera curarse por completo, sí espera vivir una vida larga y feliz. Incluso en otoño de 2020, se inscribió como estudiante de posgrado en el programa de Asuntos Marinos de Universidad.
“Antes de que sucediera todo esto, estaba muy seguro de muchas cosas, pero esto me ha enseñado a aceptar la incertidumbre de la vida”, declaraBottenus . “Solo tengo que aprender a vivir con ello”.
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