Hogar
Cuatro trucos para limpiar los rieles de puertas y ventanas en segundos
Estos pequeños recovecos suelen ser difíciles de alcanzar, lo que provoca que, una tarea que debería llevarnos escasos segundos, se convierta en todo un quebradero de cabeza
Aunque toda casa cuenta con ellos, probablemente no muchos de nosotros hemos dedicado tiempo a su limpieza de manera exhaustiva. Y la razón es simple, estos pequeños espacios suelen ser difíciles de alcanzar y una tarea que debería llevarnos escasos segundos, puede convertirse en todo un quebradero de cabeza. No obstante, si no mantenemos estas zonas limpias, la suciedad de los rieles puede obstruir la puerta y/o ventana y dificultar su movimiento. Una buena forma de evitarlo es realizando un mantenimiento de manera regular, que ayudará a reducir la cantidad de suciedad y mugre acumulada y facilitará el trabajo cuando queramos llevar a cabo una limpieza más profunda. Asimismo, para limpiarlo de manera más exhaustiva, podemos ayudarnos de objetos cotidianos o usar una mezcla para “ablandar” la suciedad. Una vez terminado, simplemente deberemos lubricarlo para que la puerta se abra y cierre sin problemas.
Lo primero que deberíamos hacer es aspirar el área y luego, con un paño húmedo, frotar la zona de forma persistente. Esto debería eliminar la mayor parte de la suciedad, no obstante, siempre habrá algunas áreas que son demasiado difíciles de alcanzar y limpiar. Asimismo, podremos hacer uso de jabón de lavavajillas para facilitar la eliminación de la suciedad más persistente. Recomendamos este método ya que es mucho menos agresivo para los materiales de nuestros rieles que otros productos de limpieza que podemos encontrar en las tiendas.
Destornillador y calcetín
Sí, no nos hemos vuelto locos, para alcanzar las zonas de más difícil acceso, podemos hacer uso de este pequeño truco para el que solo necesitaremos un destornillador y un calcetín viejo, cuanto más gordo mejor. Para ello, coloque el destornillador en el calcetín de tal modo que el extremo puntiagudo quede en la zona de los dedos. Esto evitará que rayemos la zona que vamos a limpiar. Asimismo, podemos humedecer ligeramente el extremo del calcetín para que nos sea más sencillo eliminar la mugre de las áreas más complicadas. Tras esto, simplemente deberemos hacer uso de un paño húmedo y terminar de remover la suciedad que hemos conseguido eliminar de nuestros rieles.
Cepillo de dientes
Otro método que nos hará más sencilla la tarea de limpiar los rieles de nuestras puertas y ventanas, es haciendo uso de un cepillo de dientes viejo, para “debilitar” la suciedad que pueda estar más incrustada. Asimismo, los pinceles y los bastoncillos de algodón también son excelentes para limpiar estas zonas. Una vez que hayamos limpiado correctamente los rieles, simplemente usaremos la aspiradora y, con la ayuda de un paño húmedo, terminaremos de recoger la suciedad.
Esponja
Este método se volvió viral hace unos años y realmente es una forma muy rápida y sencilla de limpiar los rieles de nuestra casa. Simplemente deberemos coger un estropajo por la parte suave y, alineándolo con los rieles, marcar las zonas donde coincide el riel con nuestra esponja con un rotulador. Posteriormente, con la ayuda de un cuchillo, deberemos realizar unos cortes. La idea es que esos cortes se asiente sobre los rieles permitiendo que la esponja “abrace” cada línea del riel. A partir de ahí es simple, empaparemos la esponja para que esté húmeda y frotaremos durante unos segundos para eliminar la mayor parte de la suciedad. Por último, deberemos secar la zona con la ayuda de un trapo seco o de papel de cocina.
Vinagre y bicarbonato
Otra forma fácil para limpiar nuestros rieles es haciendo uso de una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio. Para ello, deberemos espolvorear bicarbonato de sodio por todos los rieles, deberemos usar bastante, ya que los rieles deberían quedar casi cubiertos. Una vez realizado, comenzaremos a hacer uso del vinagre. Para ello, rociaremos el líquido sobre el bicarbonato y tras unos segundos veremos como se hace una pequeña pasta que retiraremos con un paño húmedo. Si la suciedad está muy pegada y quedan restos, podemos repetir la operación tantas veces como sea necesario.
Por último, debemos tener en cuenta que estos trucos no son excluyentes unos de otros, y que, en muchas ocasiones, la combinación de estas técnicas será la mejor forma de ayudarnos a mantener limpias estas zonas tan complicadas.
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