Salud
¿Debes llevar contigo un autoinyector de adrenalina? Claves a tener en cuenta
Una reacción alérgica puede manifestarse de varias formas y, sin duda, la más grave es el llamado shock anafiláctico que puede incluso causar la muerte
Los pacientes con riesgo de presentar anafilaxia deben llevar siempre consigo un autoinyector de adrenalina, que deberán utilizar en el caso de presentar reacciones alérgicas graves, como dificultad para respirar o a la deglución, mareo y pérdida de conocimiento.
Un shock anafiláctico puede ocurrir de manera inesperada, y representa la demostración más peligrosa de una reacción alérgica, sobre la que hay que actuar cuanto antes. En estos casos el tratamiento imprescindible es el empleo de la adrenalina, también llamada ‘epinefrina’, una hormona que, según detalla la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), se produce de forma natural en nuestro organismo, y que se libera en situaciones de peligro o de estrés para preparar el cuerpo ante una situación de riesgo.
De hecho, la doctora Ana Novalbos Wischer, alergóloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, ve muy importante que los pacientes con riesgo de anafilaxia y su entorno (familiares, colegio) estén familiarizados con estos dispositivos: “Se prescribirán a aquellos pacientes que ya hayan presentado una reacción anafiláctica o si se considera que existe un riesgo alto de que esta tenga lugar”.
Según destaca, la anafilaxia es una emergencia médica que requiere de una identificación y tratamiento rápidos, una “reacción alérgica generalizada, grave, de inicio rápido”, y que puede causar la muerte.
Principales desencadenantes
“Su incidencia está en aumento, especialmente en los niños menores de 5 años; siendo una de sus causas más frecuentes los alimentos, los fármacos, y la picadura de insectos. El tratamiento esencial de una anafilaxia es la adrenalina, y es fundamental administrarla precozmente”, sostiene la experta de Quirónsalud.
En concreto, los alimentos que pueden desencadenar esta reacción son el huevo de gallina, la leche de vaca, el trigo y el cacahuete; después las picaduras de insectos, especialmente de abejas y de avispas; y después los medicamentos, como los antibióticos o los antiinflamatorios. También el látex puede provocar una anafilaxia, así como cualquier otro alérgeno sobre el que tenga reacción el menor.
Sobre los síntomas de anafilaxia, la doctora Novalbos apunta a dificultad para respirar, estornudos o tos persistente; mareos, somnolencia o quedarse inconsciente; tos, ronquera, dificultad para tragar o hinchazón en la lengua. Dice que también pueden presentar los afectados por dolor abdominal, vómitos, diarrea.
La SEICAP añade en este punto que este episodio se asocia a una serie de síntomas bruscos, que pueden afectar a varios órganos a la vez, de ahí que le baje la tensión arterial de repente al afectado que, de no actuar con premura, se puede poner en peligro la vida de la persona. “Todos los síntomas pueden ir en aumento hasta llegar al shock y causar incluso la muerte”, alerta.
Qué es un autoinyector de adrenalina
En concreto, la alergóloga detalla que los autoinyectores de adrenalina son dispositivos que dispensan dosis fijas de adrenalina intramuscular: “Los más utilizados contienen dosis de 0,15 y 0,30 miligramos, pero también hay dispositivos conteniendo 0,50 miligramos. Su médico especialista en Alergia le indicará la dosis adecuada en cada caso, de acuerdo con la edad y peso”.
No obstante, la doctora Novalbos sí incide en que, en el caso de que no haya respuesta, se puede repetir la dosis en unos 5-15 minutos; por lo que se aconseja disponer de dos unidades, según subraya.
Pautas para un uso correcto
Ahora bien, esta especialista de Quirónsalud Madrid remarca que estos dispositivos son como un boli, son de fácil uso, y permiten la inyección incluso a través de la ropa, si bien lamenta que falta formación al respecto en el entorno de los afectados. Por eso, enumera las siguientes pautas o consejos para un correcto empleo de los autoinyectores de adrenalina:
- Coger el autoinyector con la mano dominante, por el centro, como un puñal. El tapón protector debe quedar en la parte superior.
- Con la otra mano, Quitar el tapón protector. Nunca poner la mano en los extremos.
- Apoyar el dispositivo en ángulo recto en la cara anterolateral del muslo, y presionar fuerte, hasta oír un ‘click’. No se debe aplicar en las nalgas.
- Mantener 10 segundos la presión, contando hasta 10 pausadamente.
- Masajear circularmente la zona de la inyección durante otros 10 segundos.
- Después de la inyección se debe llamar o acudir siempre a Urgencias, aunque haya mejoría de los síntomas, informando de que se ha administrado esta medicación.
Por otro lado, la doctora Ana Novalbos Wischer recuerda que en caso de que los síntomas persistan es probable que se necesite una segunda dosis de epinefrina. Posteriormente, se deberá llamar igualmente a los servicios de emergencias para documentar el episodio con los profesionales sanitarios.
Además, desde la SEICAP señalan que en caso de dudar sobre si el menor está sufriendo un shock anafiláctico, lo mejor es siempre aplicar una dosis que no hacerlo, puesto que sus efectos adversos, según asegura, son “leves y transitorios”; y a pesar igualmente de que el autoinyector esté caducado en caso de no disponer de otro. “No causará daños al niño, aunque siempre es conveniente revisar que todos los autoinyectores no están caducados”, afirma.
✕
Accede a tu cuenta para comentar