Matrimonio
Los jóvenes marroquíes que quieran casarse deberán seguir un curso impartido por jueces de familia
La norma, que aún no es obligatoria, ya se aplica en seis regiones y está financiada por la ONU. Se trata de evitar el grán número de divorcios y las uniones entre menores
Nuevas normas (todavía de no obligado cumplimiento) para poder contraer matrimonio en Marruecos: formación prenupcial que ha sido encomendada a los adules (jueces de familia), según publica la revista “La Vie Éco”.
Los novios, antes de formalizar el certificado de matrimonio, deberán realizar una formación prenupcial y obtener un certificado de aptitud para la vida conyugal. Serán los adules quienes impartirán esta formación y, posteriormente, emitirán dicho certificado. El proyecto está financiado por las Naciones Unidas. De hecho, ha sido firmado un convenio entre la Orden Nacional de los Adules y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Básicamente, explica el semanario, se trata de sensibilizar a los jóvenes que deseen casarse sobre las diversas responsabilidades de los cónyuges en una pareja; los riesgos vinculados a la salud sexual y reproductiva; y la violencia de género que puede acarrear ruptura de las estructuras familiares, agrega
Ya se ha realizado una experiencia piloto en Oujda, consistente en unas orientaciones dirigidas a los jóvenes que se presentan oficialmente con vistas a casarse. “No es, en todo caso, un trámite obligatorio que deba realizarse antes del matrimonio”, explica revista, citando a un miembro de la Orden Nacional de Adules.
La formación se realiza así de manera informal y, por el momento, no dará lugar a ningún certificado administrativo. Pero no es descartable que Marruecos siga el modelo canadiense donde esta formación ya existe desde hace años y donde se institucionaliza y sanciona mediante la entrega de un certificado que se adjuntará al expediente matrimonial presentado al juez para su autorización.
Agrega que “debemos avanzar por etapas y en esta primera fase tratamos de sensibilizar a los jóvenes y sus familias”. A priori, este programa se inició para reducir el número, que se ha vuelto preocupante, de divorcios y matrimonios de menores.
No todo el mundo está de acuerdo. Un sociólogo, citado por “La Vie Éco”, dice que se trata de una iniciativa loable, pero que se ha puesto en malas manos. “El principio de querer concienciar a los jóvenes sobre deberes y derechos es encomiable en sí mismo, sobre todo porque la educación sexual es un tabú en la sociedad marroquí”, dice la especialista. Sin embargo, subraya, encomendar esta misión a los adultos “no es prudente en la medida en que estos últimos conciben su papel en un registro conservador que se trata de una interpretación restrictiva de la religión”.
Para este sociólogo, los adules no son los más indicados para cumplir con esta misión. Debe ser encomendada a la escuela. Aún así, el proceso ya ha comenzado. El objetivo de este primer año es capacitar a 340 adolescentes de seis regiones.
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