Opinión

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Los políticos de antes tenían otra profesión sólida y demostrable

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el acto de presentación de la candidatura de Collboni a la alcaldía de Barcelona
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el acto de presentación de la candidatura de Collboni a la alcaldía de BarcelonaAlberto ParedesEuropa Press

Una buenísima cocinera de cuando era pequeña decía a mi padre “Ay, don Gerardo, muchos por no trabajar, trabajan más que si trabajaran”. Esta frase, medio trabalenguas medio filosofía de andar por casa, se me viene a la mente al ver el reportaje de un cubano que enseña a la gente las habilidades de Tarzán de los monos de ir por los árboles, de rama en rama, desplazándose de un lado a otro.

Probablemente el muchacho, cubanito él, salió de su país con toda pena huyendo del hambre porque, como todos sabemos, en los países gobernados por la izquierda la tónica general es la falta de alimentos, de recursos y de un mínimo confort, excepto para los oligarcas, que comen langosta a mogollón y beben los mejores vinos españoles y franceses mientras el pueblo llano vive en la cochambre y sin falta de recursos para una alimentación adecuada. Nuestro protagonista de hoy aprendió a desplazarse por los árboles por necesidad. Buscaba fruta para comer.

A mí, en mis veraneos en Cecebre, me apasionaba subirme a un cerezo que había en casa de mis padres y comer directamente las cerezas sentada en una rama. Nunca volveré a recuperar aquel sabor inigualable, y el cubanito famélico hoy ha hecho de su habilidad una profesión que le permite ir tirando, compartiendo sus “gimnasias” con sus alumnos, y practicando un ejercicio físico como otro cualquiera.

Mónica Oltra, en cambio, se entrena para algo más clásico entre los oficios que hoy escasean, y mientras cobra la sopa boba del paro, toma clases de soldadora. Es lo que tiene meterse a político cuando uno no tiene donde caerse muerto.

Los de antes tenían una profesión sólida y demostrable, no como Sánchez, con un doctorado de pega. Los de después, al menos, mostraban una licenciatura, en derecho o así. Y los de ahora, ya lo ven, no saben hacer la O con un canuto. Algo así le sucederá a la Montero cuando tenga que dejar el ministerio…