Estudio impulsado por el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”

El 54% de los adolescentes han presenciado acciones de discriminación

La pertenencia a una minoría étnica (26 %), las cuestiones vinculadas al aspecto físico, como la obesidad, la vestimenta o la altura (23 %) y el género o la orientación sexual (8 %), el objeto de las burlas

Programa Educándonos de Pioneros REMITIDA / HANDOUT por FUNDACIÓN PIONEROS Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 28/04/2025
Mejorar las relaciones entre los jóvenes necesita de personal de intermediaciónFUNDACIÓN PIONEROSEuropa Press

El estudio "La estigmatización y la discriminación como factores de vulnerabilidad en la adolescencia·, impulsado por el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”, recoge cómo el 54,3 % de los adolescentes han presenciado acciones de discriminación hacia algunos de sus compañeros, principalmente en forma de burlas o insultos. Esta discriminación suele producirse sobre todo en el entorno educativo y es ejercida por los propios adolescentes.

Entre las causas principales de discriminación que han observado estos jóvenes se encuentran aspectos como la pertenencia a una minoría étnica (observado por el 26 % de los jóvenes); las cuestiones vinculadas al aspecto físico, como la obesidad, la vestimenta o la altura (23 %); el género o la orientación sexual (8 %); la salud de los compañeros, ya sea física o mental; aspectos psicológicos, como la capacidad académica, o ciertos rasgos de la personalidad (13 %). Por último, el 25 % de los casos determinan que la discriminación se produce por motivos desconocidos, como se puede apreciar en el siguiente gráfico:

El informe está liderado por los investigadores Clara González Sanguino, Jairo Rodríguez Medina, Alba Ayuso Lanchares, Elena Betegón Blanca, Lorena Valdivieso León y María Jesús Irurtia Muñiz, de la Universidad de Valladolid. Los resultados se sustentan a partir de una encuesta en línea realizada a 1.000 adolescentes españoles de entre 12 y 16 años.

«Cuando preguntamos a los adolescentes sobre si habían visto discriminación, más de la mitad relataron diferentes experiencias cuyas causas más frecuentes fueron la pertenencia a grupos racializados, como por ejemplo no dejar jugar a alguien por ser marroquí; el aspecto físico, como reírse de un chico por ser gordo o presentar problemas de salud, y determinantes psicológicos, como por ejemplo reírse de un compañero porque tiene discapacidad o por su género u orientación sexual», ha explicado la autora principal de este estudio, Clara González.

El informe también revela que entre el 15 y el 30 % de los adolescentes encuestados afirma que son discriminados a menudo «por otros pares de manera más frecuente y, en mucha menor medida, por desconocidos, profesores o familiares», ha puntualizado la investigadora. Esto significa que son menospreciados en contextos en los que otras personas se comportan como si fueran mejores que ellos. Asimismo, el 17,3 % de los jóvenes encuestados asegura que, con frecuencia, la gente actúa como si pensara que no son inteligentes, y el 16,4 % asegura que son tratados con menos cortesía o educación que otras personas.

Los resultados de este estudio también apuntan que el 13,5 % es objeto de motes o insultos con frecuencia y el 6,2 % afirma que son amenazados o agredidos como mínimo varias veces al mes, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico, donde también se recogen otras situaciones vividas por los jóvenes encuestados:

«En el cuestionario de discriminación, en el día a día, hasta el 30 % de los adolescentes reconocieron que otros actuaban como si fueran mejores que ellos entre una vez al día y varias veces al mes, y el 13,5 % dijeron recibir con frecuencia motes o insultos. Esto se complementa con las experiencias narradas», puntualiza González.

Las principales causas identificadas en la discriminación vivida son la edad, el aspecto físico y la altura o el peso corporal, seguidas de la economía familiar o los problemas de salud mental. Otros motivos relevantes abarcan aspectos relacionados con el contexto académico y la personalidad, así como el género y la orientación sexual.

El informe, impulsado por el Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”, también muestra que los adolescentes encuestados que viven en grandes ciudades (más de 200.000 habitantes) revelan que padecen una discriminación significativamente mayor que los que viven en ciudades pequeñas (menos de 10.000 habitantes).

«Al comparar grupos, encontramos que los adolescentes con algún trastorno mental, enfermedad física o discapacidad intelectual, así como aquellos que tienen más contacto con estas condiciones, son más discriminados que los que no las presentan. Además, otro factor estudiado fue vivir en ciudades de gran tamaño (más de 200.000 habitantes) frente a localidades pequeñas (menos de 10.000), pudiendo localizar a grupos de jóvenes especialmente vulnerables», ha sostenido la autora principal.

De un modo similar, los adolescentes que presentan alguna discapacidad, enfermedad física o problema de salud mental, o que tienen familiares y amigos que los presentan, también aseguran haber sido significativamente más discriminados que aquellos que no experimentan ni tienen diagnosticada ninguna discapacidad, enfermedad física o problema de salud mental. El siguiente gráfico muestra estas diferencias entre adolescentes:

Por último, en cuanto al estigma detectado en adolescentes con discapacidad, enfermedad física o problemas de salud mental, «en este estudio se identifican ciertas creencias y sentimientos de ayuda excesiva, así como de pena o lástima. Además, existen también creencias segregacionistas, que coinciden con mayor deseo de distancia social frente a relaciones más íntimas o cercanas, como tener una pareja con estas características», según ha puntualizado la autora.

«La presencia de discriminación y estigma entre los adolescentes parece seguir existiendo, en especial en aquellos grupos que tradicionalmente han sido más discriminados. Sin embargo, los jóvenes con problemas de salud, tanto física como mental, pueden ser doblemente vulnerables, ya que además de sus problemas deberán hacer frente a la discriminación y el estigma», ha concluido la investigadora.