Empleo

Alemania fija una cuota femenina en las grandes compañías

Merkel, ayer en el Parlamento, junto a la ministra Manuela Schwesig
Merkel, ayer en el Parlamento, junto a la ministra Manuela Schwesiglarazon

Las principales empresas del país deberán reservar a partir de 2016 un 30% de sus asientos en los consejos de vigilancia.

Sylvia Prätorius-Bach recuerda cómo una vez que terminó el bachillerato se postuló para unas prácticas en una asociación alemana del acero. «Lo curioso», recuerda ahora en declaraciones al canal de noticias «Deutsche Welle», «es que me contestaron diciendo que no me daban el puesto por ser mujer». Hoy forma parte del consejo de supervisión de Schaewen AG, empresa que fabrica piezas de acero para maquinaria pesada. Su caso es aún una excepción en el entramado empresarial alemán, donde el poder sigue repartido de forma desigual. Todavía hoy, uno de cada cinco puestos de las juntas directivas de las grandes empresas alemanas recae en una mujer, aunque esta proporción cambiará en unos meses.

El pleno del Parlamento alemán aprobó ayer con amplia mayoría un proyecto de ley que introducirá una cuota mínima del 30% de mujeres en los consejos de vigilancia de las grandes empresas. Una norma que ve la luz tras años de debate en los que quedó patente que la figura de la mujer sigue representada de forma insuficiente en la vida empresarial, a pesar de que el país tiene desde el año 2005 a una mujer como canciller, Angela Merkel. No hay que olvidar que todos los puestos ejecutivos máximos de las 30 empresas presentes en el índice bursátil germano están ocupados por hombres.

Las nuevas cuotas entrarán en vigor a partir del año que viene y afectarán a más de cien empresas que cotizan en Bolsa. La ley obligará también a alrededor de 3.500 grandes compañías a fijar a partir de septiembre de este año objetivos obligatorios para elevar la presencia de mujeres en los puestos directivos. La ministra alemana de la Familia y la Mujer, la socialdemócrata Manuela Schwesig, aseguró que esta ley es un «paso histórico» para la igualdad de los derechos y añadió que las mujeres necesitan tener una voz en el lugar donde se toman las decisiones relevantes sobre las condiciones de trabajo y de remuneración. Las empresas que no cumplan con esta cuota se verán obligadas a cubrir las vacantes con mujeres o a dejar vacías esas sillas.

Las cifras hablan por sí solas. Las mujeres sólo ocupan el 7% de las sillas en las juntas directivas de las empresas que cotizan en la Bolsa alemana. Y, según una encuesta del periódico «Handelsblatt», el 59% de las empresas germanas de tamaño medio no tiene ninguna mujer en una posición de liderazgo, en comparación con el 36% de media en la UE.

El proyecto fue respaldado por los votos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, su ala bávara de la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), pero fue tachado de insuficiente por la Izquierda y Los Verdes, que se abstuvieron. Los primeros reclamaron una cuota mínima del 50%, mientras que los ecologistas defendieron una del 40%, al tiempo que destacaban que la norma afectará a apenas 180 mujeres.

Por su parte, el SPD consideró que la iniciativa supone un gran avance y añadió que esta nueva ley de cuño socialdemócrata se suma al listado de proyectos aprobados por la gran coalición germana, donde la norma tuvo que superar no pocas reticencias. «No podemos permitirnos renunciar a la competencia de las mujeres», afirmó Merkel en noviembre, quien finalmente olvidó sus reticencias iniciales para interferir personalmente y poner fin a las dudas que persistían en las filas conservadoras. Casualidad o no, la Ley llega dos días antes de la celebración del Día Internacional de la Mujer. «Se trata de la mayor contribución a la equidad de género desde la aprobación del derecho a voto de las mujeres», aseguró el ministro de Justicia, Heiko Maas.

La ley no pillará de sorpresa a algunas empresas, como Deutsche Telekom, Munich Re o Adidas, que, en vista de la fuerza que adquirió este tema, se adelantaron y ya figuran como aquellas compañías en las que al menos el 30% de los escaños del consejo de vigilancia está ocupado por mujeres. Una ley que también ha sido objeto de críticas por parte de algunos grupos empresariales o conservadores, que aseguraron que esta tasa «ignora que el criterio fundamental de decisión ha de ser la cualificación profesional».