Salud

Alerta alimentaria por dos frutos secos: piden su retirada inmediata por esta razón

En la notificación del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la UE se habla de riesgo “grave”

Frutos secos
Frutos secosWikipedia

El Sistema de Alerta Rápido para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) ha activado una alerta alimentaria relacionada con unos frutos secos provenientes de Estados Unidos y destinados al mercado español.

La advertencia ha sido lanzada para informar de la presencia de aflatoxinas en almendras y cacahuetes detectada durante un control fronterizo.

En la notificación se habla de que su consumo puede presentar un riesgo "grave" para la salud, ya que se supera el nivel máximo permitido de 10 µg/kg. La exposición elevada y crónica a estas toxinas se relaciona con un mayor riesgo de cáncer.

El RASFF comunica que estos frutos secos han dado positivo en aflatoxinas totales y Aflatoxina B1, una de las más peligrosas para los humanos. Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) la aflatoxina B1 es la más frecuente en los alimentos y una de las aflatoxinas "genotóxicas y carcinógenas más potente".

Los cacahuetes y almendras analizados superaron la cifra de 24 µg/kg - ppb, lo que llevó a detener la distribución. Sin embargo, el portal del RASFF el no ofrece ningún dato relacionado con la zona del país, la marca bajo la que se comercializa o la plantación de donde proceden estas frutos secos contaminados.

En las últimas semanas, nuestro país ha detenido al menos otras dos distribuciones de de frutos secos, que también dieron positivo en aflatoxinas.

Efectos de las aflatoxinas en la salud

Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por ciertos hongos del género Aspergillus, especialmente Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus. Estas toxinas son altamente peligrosas debido a sus propiedades carcinogénicas, hepatotóxicas e inmunosupresoras.

Pueden contaminar una variedad de alimentos, principalmente granos como el maíz, el maní, las nueces, y otros productos agrícolas. Las aflatoxinas más comunes incluyen la aflatoxina B1, B2, G1 y G2, siendo la aflatoxina B1 la más tóxica y prevalente.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifica la aflatoxina B1 como un carcinógeno del Grupo 1, indicando que existe suficiente evidencia de su capacidad para causar cáncer en humanos.

La exposición prolongada a niveles bajos de aflatoxina B1 aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer hepático, especialmente en individuos con infecciones crónicas de hepatitis B o C.

La exposición a altas dosis de aflatoxinas puede causar toxicidad aguda, conocida como aflatoxicosis. Los síntomas incluyen:

  • Dolor abdominal severo
  • Vómitos y diarrea
  • Hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado)
  • Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
  • Convulsiones
  • Coma y muerte en casos extremos

La exposición crónica a niveles bajos de aflatoxinas puede tener varios efectos adversos sobre la salud:

  • Daño hepático: La exposición continua puede conducir a cirrosis hepática y daño hepático progresivo.
  • Supresión del sistema inmunológico: Las aflatoxinas pueden debilitar el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones.
  • Retraso en el crecimiento y desarrollo: En niños, la exposición crónica puede causar retraso en el crecimiento y el desarrollo físico y cognitivo.
  • Otros efectos: Estudios han indicado que las aflatoxinas pueden afectar el sistema reproductivo y tener efectos teratogénicos (daño al feto durante el embarazo).