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Okupas

Aprovechan el apagón para okupar una vivienda en Madrid: "La puerta estaba quitada y se habían enganchado a la luz"

La vivienda, propiedad de la Sareb, ya había sido okupada en otra ocasión y los vecinos denuncian amenazas y agresiones. Uno de ellos detalla a LA RAZÓN la pesadilla que están viviendo

Puerta de la vivienda con seguridad antes de la entrada (izquierda) y la nueva puerta instalada por los okupas que entraron el lunes (derecha) La Razón (cedida por el entrevistado)

España se vio sacudida este lunes por el apagón masivo que afectó a casi todos los puntos del país. Pese a los contratiempos, el desconocimiento, la tensión y el caos, el comportamiento de la mayoría de la población fue un ejemplo de civismo y saber estar. No se produjeron grandes incidentes y todo se mantuvo bajo una relativa normalidad, dentro de lo posible. Sin embargo, como es habitual, siempre hay excepciones.

Una de ellas se dio en la capital. Según reveló la 'Plataforma Afectados Ocupación', durante las horas sin luz se produjo una nueva okupación en en el edificio de la calle Azcona de Madrid, en el barrio de Salamanca. LA RAZÓN ha podido hablar con uno de los vecinos de la comunidad, que reveló los detalles de esta nueva okupación producida durante las horas de oscuridad y explicó que no es algo nuevo, sino una pesadilla que llevan viviendo desde hace varios años y se ha acrecentado desde junio de 2023.

Así fue la okupación durante el apagón

Todo sucedió durante la tarde del lunes y llegó a oídos de este vecino alrededor de las diez de la noche. "Una de las vecinas había escuchado ruido en el piso y cuando había subido ya no estaba la puerta antiokupas, había una normal", explica este vecino a LA RAZÓN. "No pudimos llamar a la Policía ni a nadie porque no teníamos cobertura ni nada", añade. En esa zona no se recuperó la luz y la cobertura hasta pasadas las 23:30. Mediante imágenes, los vecinos mostraron que la puerta había cambiado en cuestión de horas, desapareciendo la de protección antiokupas.

Puerta de la vivienda con seguridad antes de la entrada (izquierda) y la nueva puerta instalada por los okupas que entraron el lunes (derecha)La Razón (cedida por el entrevistado)

Una vez recuperada, la información llegó a más vecinos, que comprobaron que la casa había sido okupada: "Efectivamente, la puerta estaba quitada y se habían enganchado a la luz", afirmó uno de ellos. Este piso, al igual que otros del edificio pertenecen a Sareb, que fue avisada por los vecinos: "No contestan, pero tengo entendido que han mandado a la empresa que se encarga del mantenimiento". Aunque por la comunidad no apareció nadie.

También formularon la denuncia correspondiente, pero las esperanzas de una recuperación inmediata se van reduciendo: "Ya han pasado las 48 horas y no ha aparecido nadie". Han intentado todo lo posible a nivel legal, pero al ser vecinos y no propietarios tienen las manos atadas: "Lo único que podemos hacer es, en el momento que escuchemos cosas, llamar a la Policía para que lo impida porque una vez dentro solo les puede sacar el juez".

Tras la nula contestación por parte de Sareb en las primeras horas de la okupación, lo hicieron alegando que no podían actuar hasta que un juzgado lo ordenara porque había un proceso en marcha. El proceso del que habla Sareb que está activo, según explica el vecino, acabó el pasado mes de enero con el desalojo de los okupas anteriores, algo que desconocían desde la sociedad.

Una pesadilla que no tiene fin

El propietario explicó que esta okupación no es algo aislado, sino que se viene repitiendo desde 2011, un año después de que se termine de construir el edificio: "Desde aquella fecha se empieza a llenar de okupas, con una alta rotación". En 2016, Sareb se hizo con las 12 últimas viviendas en 2016. Sareb es la sociedad pública creada en el año 2012 para liquidar los activos tóxicos de las entidades financieras vinculados a promotores inmobiliarios heredados de la crisis financiera de 2008 y en 2024 contaba con 3.600 "okupas hostiles" en viviendas públicas.

Sareb intentó vender las viviendas, pero apenas pudo con cinco de ellas. Explica que la situación es dramática: "Desahucian una vivienda y a los tres meses revientan la puerta y tienen otros okupas nuevos". Además, al tener multitud de viviendas los okupas se afianzan: "En 48 horas no les dé tiempo", afirma a LA RAZÓN este vecino. Esto ha hecho que se repitan los actos una y otra vez: "Desde junio de 2023 se han ido okupando con una alta rotación el resto de las 11 viviendas, algunas de ellas ya están ocupadas desde años".

Agresiones, amenazas y actos vandálicos

"Siempre que hay un desalojo se producen actos vandálicos en el edificio", explica el vecino. Tras el último a inicios de este año, los okupas rompieron metiendo puntas los botones del ascensor. "Cada uno vale 160 euros", comentaba para hacer ver el destrozo causado. "Avisamos de que si se repetía se iba a cortar el ascensor y dado que los okupas viven en los pisos superiores, dejaron de hacerlo", añade.

No se quedan en simples actos vandálicos, también hay agresiones físicas: "Una okupa de larga duración rompió la nariz a una persona del edificio", reveló. Las amenazas son constantes por parte de unos okupas que están muy preparados, contando incluso con cámaras de vigilancia en todas las plantas. "Nos dijeron que si quitábamos las cámaras nos las veríamos con ellos". Tampoco se preocupan por el bien general de la comunidad: "Si llamas, no te abren ni contestan. Si hay música, la bajan".

Amenazas entre los okupas

La situación con los okupas es límite, aunque no todos son iguales: "Algunos son de larga duración y otros van rotando". Entre los que van rotando, el modo de entrar es bajo un alquiler a unas personas que dirigen las okupaciones: "Hay personas que se dedican a alquilar los pisos a precios muy razonables y si no pagan les pegan". En una entrevista en el programa 'En Boca de todos', algunos hablaron sobre esto: "Es una mafia que los hacen barbaridades. También están amenazados, que están hasta llorando, por un grupo que viene y le pone las pistolas en la cabeza"

El vecino muestra su preocupación general

Con su experiencia por lo vivido estos últimos años, el vecino que habló con LA RAZÓN quiso mandar un mensaje: "Tal y como están las leyes, se saben todas las triquiñuelas para poder recuperar viviendas. O es muy difícil desokuparlas por la alta rotación, ya que al ir a desalojar hay otra persona y otra vez se tiene que ir al juez o se están riendo de nuestro sistema judicial, de la Policía y de los jueces".

También critica la dejadez de Sareb: "Que de 2016 a 2023 solo vendan cinco pisos... podrían espabilar antes de que lleguen nuevos okupas". Valora sus tiempos "Con 48 horas para denunciar la okupación no le da tiempo a Sareb a poner la denuncia. Ya que en cuanto les informan, uno manda un correo a otro, que a su vez lo amanda a otro y, hasta te encuentras en la contestación que el activo ya está en otro proceso judicial, cuando estaba desalojado desde el 13 de enero". La conclusión para el vecino es clara: "No saben ni lo que tienen. El que mucho abarca poco aprieta".