Papa Francisco
Así será el funeral del Papa Francisco
Los rituales están detallados en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, un libro litúrgico modificado por el Papa Francisco el 29 de abril de 2024
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, se activa un riguroso protocolo que incluye la certificación de su muerte, el velatorio, el funeral y la preparación para la elección de su sucesor. Estos rituales están detallados en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, un libro litúrgico modificado por el Papa Francisco el 29 de abril de 2024 y publicado por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Pontífice. Las modificaciones realizadas ''simplifican y adaptan'' las disposiciones establecidas en la Constitución Apostólica promulgada por Juan Pablo II en 1996 y actualizada por Benedicto XVI en 2013.
El rito comenzará con la frase Vere Papa mortuus est (''el papa está realmente muerto''). Esta declaración será realizada por el camarlengo, cargo que actualmente ocupa Kevin Farrell, quien se encargará de todos los preparativos del funeral. Según el protocolo, Farrell deberá pronunciar estas palabras después de llamar tres veces al Pontífice por su nombre de bautismo, Jorge Mario Bergoglio, sin obtener respuesta. En la actualidad, además de esta fórmula tradicional, un médico confirmará el fallecimiento mediante los controles pertinentes.
El antiguo ritual incluye tres golpes suaves en la cabeza del papa fallecido con un martillo de plata mientras el camarlengo repite su nombre, según detalla la Enciclopedia Británica. Sin embargo, una de las principales modificaciones introducidas por Francisco es que la verificación de la muerte ya no se realizará en la habitación del difunto, sino en su capilla privada. Asimismo, el cuerpo será colocado inmediatamente en un ataúd de madera con interior de zinc.
El documento prohíbe tomar fotografías o grabar videos del papa en su lecho de muerte. Cualquier imagen posterior al fallecimiento deberá contar con el permiso del camarlengo, quien solo lo autorizará si el cuerpo aparece con los ornamentos pontificios. Aunque el papado es vitalicio, el cargo puede finalizar en vida en casos excepcionales, como ocurrió con las renuncias de Gregorio XII en 1415 y Benedicto XVI en 2013.
La transición en el Vaticano
Con la muerte del Papa Francisco, los jefes de los organismos vaticanos, incluidos los cardenales, perderán sus cargos. No obstante, sus adjuntos seguirán al frente de los asuntos cotidianos, al igual que los representantes papales en el extranjero, quienes también conservarán sus funciones.
El capítulo III del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis establece que solo tres figuras eclesiásticas mantendrán su autoridad durante este periodo de transición, además del camarlengo: el vicario general de la diócesis de Roma (Angelo de Donatis), el arcipreste de la Basílica Vaticana y vicario general de la diócesis de la Ciudad del Vaticano (Mauro Gambetti), y el penitenciario mayor, encargado de los asuntos de confesión (Mauro Piacenza). Mientras tanto, el camarlengo responderá ante el Colegio Cardenalicio y administrará los bienes y recursos del Vaticano.
El Colegio Cardenalicio gestionará la Iglesia durante la transición hasta la elección de un nuevo papa, aunque no podrá tomar decisiones trascendentales ni modificar las reglas de sucesión, según lo establecido en el capítulo I de la Constitución vaticana.
Las exequias en sufragio por el Papa Francisco
El cuerpo del Papa Francisco será trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se celebrarán exequias en sufragio por su alma durante nueve días consecutivos, conforme a la Constitución Apostólica. Las modificaciones introducidas por Francisco disponen que el ataúd será cerrado la víspera de la misa exequial.
El desarrollo del funeral dependerá de las instrucciones dejadas por el propio Papa Francisco, quien en el libro litúrgico menciona la posibilidad de una ''inhumación en un lugar diferente a la Basílica Vaticana''.