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Alimentación

Cada hogar tira 25 kilos de comida al año

En cuanto a los colegios, se desecharon una media de casi 20 kilos de alimentos por comedor cada día

En los colegios, los platos que más sobras generaron fueron las legumbres, las ensaladas y los guisos de patata JUNTA DE EXTREMADURAEUROPAPRESS

Cada hogar en España desperdicia 25 kilos de alimentos al año, según el Informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). La revista «Consumer», la ONG Enraíza Derechos y la consultora Andaira trabajan en esta cuestión analizando qué es lo que más se tira, por qué y qué medidas se pueden desarrollar para frenar este desperdicio.

Para realizar el estudio se recogió durante una semana toda la información sobre el desperdicio alimentario en cada hogar. Cada familia participante tuvo que registrar cuántos alimentos tiraron a la basura, qué productos se desecharon y por qué.

Un primer dato preocupante del análisis indica que la media semanal en los hogares encuestados se sitúa en tres kilos de alimentos desperdiciados a la semana. Respecto al tipo de alimento, destacan las frutas y los alimentos frescos muy perecederos, que representan el 52% del desperdicio total. Le siguen los platos o recetas elaboradas (15,1%), lo que refleja la presencia significativa de sobras. En tercer lugar aparecen las verduras y las hortalizas (11,1%), otro grupo de alimentos frescos muy susceptibles al deterioro.

Aunque la mayoría del desperdicio, un 68,6%, corresponde a la partes no comestibles, como cáscaras, huesos o espinas, por lo que sería inevitable, el 20,4% lo conforman las partes comestibles, es decir, alimentos que pueden consumirse, pero que se desechan. Este dato, junto el más del 10% de desperdicio que combina ambas partes, es decir, trozos de alimentos que incluyen partes comestibles con otras no comestibles –por ejemplo, en un muslo de pollo se desperdicia parte de carne y parte de hueso–, representa una oportunidad clara de mejora en consumo y conservación.

Para los hogares, el principal motivo del desperdicio, el 81,3%, radica en que son trozos que no se aprovechan en el cocinado. Esto incluye restos como pieles, huesos u otras partes que, aunque pueden ser comestibles o reutilizables, se descartan habitualmente. En segundo lugar, un 46,2% del desperdicio se debe a los restos del plato, lo que sugiere que se sirven cantidades excesivas.

Otros motivos, como el olvido de alimentos en la nevera o despensa (11,6%), una conservación inadecuada (6,6%) o la caducidad (3,1%), aunque con menor peso, revelan unas malas prácticas en la planificación y el almacenamiento.

Los hogares con hijas e hijos generan más residuos, especialmente si son mayores. En contraste, los hogares pequeños o de jóvenes independientes desperdician menos. Sin embargo, estos últimos tienen la sensación de desperdiciar más alimentos de los que en realidad tiran, un gesto que demuestra que son más conscientes de su despilfarro y que los responsables del estudio relacionan con una mayor conciencia medioambiental. Si hablamos de la percepción, más de la mitad de los encuestados cree tirar comida una o dos veces por semana, mientras un tercio, en el que abundan más las personas mayores, afirma no desperdiciarla nunca.

En los colegios, los datos recogen que se desecharon casi 20 kilos de alimentos por comedor al día. Los platos que más sobras generaron fueron las legumbres, las ensaladas y los guisos de patata.

En conjunto, el estudio revela que el desperdicio alimentario es un fenómeno complejo, influido por múltiples factores estructurales y culturales. María Cruz Martín, de Enraíza Derechos, explica: «Nosotros ponemos cifras sencillas, entre 400 y 500 gramos a la semana por persona. ¿Seremos capaces de reducir hasta el 2030 de 400 a 200 gramos de nuestro desperdicio? Creemos que este reto es asumible».