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Supermercados

Una cadena de supermercados que abunda en España abre una tienda sin humanos y cobra por entrar

La implementación de la tecnología inteligente en los hábitos de consumo que rigen nuestra rutina ha llegado a los supermercados buscando maximizar sus beneficios

Un supermercado Pixabay

Las prácticas de consumo se han visto afectadas por la digitalización del entorno que, en términos formales, parece inevitable en todos los campos de nuestra actividad. Si bien en el ocio se demuestra esta tesis, pues, por norma general, la mayoría de ejemplos en los que se implantan nuevos sistemas tecnológicos encuentran sus primera apariciones en el entretenimiento, la realidad es que su expansión, a día de hoy, atañe a prácticamente todos los frentes de consumo, incluso a los más cotidianos. Tal es el caso de las tiendas físicas que poco a poco van adaptándose a las nuevas tendencias.

En España, un ejemplo que ya se ha instaurado en la mayoría de centros comerciales es el de las compras inteligentes sin necesidad de contar con un dependiente humano en el sector textil de las grandes franquicias. Este gesto ha despertado cierto revuelo por parte de la sociedad pues, como consecuencia directa de su implicación, algunos factores como el dinero en efectivo y la mano de obra dejan de ocupar el hueco que antes tenían. Sin embargo, este nuevo sistema de cobro ha llegado para quedarse y, aunque se pueda manifestar en diferentes modelos, la interacción cero es el principal motor.

En este sentido, los supermercados tratan de explorar las querencias instauradas en otros campos ajenos al suyo, pero con un funcionamiento similar, para maximizar sus beneficios en el balance relativo de producción y ganancias. Por tanto, la noticia sobre la apertura de un supermercado con una gran presencia en territorio Español como es Aldi, la cadena de origen alemán, con estas características singulares ha sentado un precedente que podría llegar a nuestro país si la prueba recauda cierto éxito.

Un supermercado sin interacción humana

Dentro de España, algunas franquicias como Eroski o Carrefour han implantado, en sus tiendas más voluminosas, cajas de autopago para que el cliente no tenga que depender de las colas. Sin embargo, no se han dejado de utilizar las cajas tradicionales en las que es el empleado el que pasa los productos y cobra la factura correspondiente. Por lo que, por el momento, coexisten ambos métodos de pago. Sin embargo, el local que hoy nos concierne, que se encuentra ubicado en Greenwich, Londres, carece totalmente de ayuda humana dejando toda la responsabilidad en la tecnologías.

No existen empleados a los que preguntar, ni tan siquiera estas cajas manuales. El funcionamiento de estos centros otorga total importancia a las cestas de la compra. De tal manera que, cuando los artículos se introducen en la canasta son reconocidos e identificados con el precio correspondiente del producto en cuestión. Finalmente se produce el pago desde un aplicación de teléfono móvil. No obstante, hay otro factor a considerar pues la entrada en la tienda tiene un coste proporcional como medio de seguridad para prevenir robos, además de un sistema de cámaras muy desarrollado.

Aldi y la tienda que cobra por entrar

Y es que este último punto ha pillado por sorpresa a todos, pues la cantidad a abonar por el simple hecho de entrar al supermercado es de doce euros. Estos serán retirados de la cuenta momentáneamente para que, una vez se consume la compra, esta cuantía sea devuelta. Aunque el propósito es agilizar los trámites de compra para la experiencia del usuario, puede que, como consecuencia de los problemas que puede llegar a presentar la digitalización, provoque el efecto contrario. Por el momento la tienda sigue abierta en zona británica y con el tiempo se presentarán los resultados que decidirán si esta iniciativa sigue adelante en otros países.