Cargando...

Ahorro

No caigas en la trampa: los tres trucos que usan algunos talleres para que pagues más de lo debido al arreglar tu coche

Pese a que la mayoría de trabajadores son honestos, algunos buscan aprovecharse del desconocimiento para aumentar la factura

Un trabajador de un taller protegido con una mascarilla arregla la rueda de un coche
Mecánico trabajando en un taller Jesús HellínEuropa Press

El coche, o cualquier otro vehículo, es un elemento clave para muchas personas en su día a día. Muchas lo necesitan para acudir a su puesto de trabajo, especialmente lejos de las grandes ciudades donde el transporte público no ofrece tantas opciones. Para todos ellos cualquier avería es un serio contratiempo. Ante ello, acuden rápidamente al taller para intentar solventar lo más rápido el problema y no verse afectados en el día a día.

Por tanto, al dejar el coche en un taller se busca recuperarlo arreglado, como es obvio, pero también en ocasiones con algo de prisa. Hay quienes aprovechan esa necesidad, sumada a la inseguridad y el desconocimiento de los conductores sobre temas de mecánica para inflar facturas. No es algo generalizado, pero algunos intentan sacar mayor beneficio del correspondiente a costa del cliente. Al ser la mecánica algo completo, el engaño puede venir de muchas maneras, pero hay tres que suelen ser los más habituales.

Los tres engaños más habituales en los talleres

  • El engaño del aceite de motor: El cambio de lubricante es uno de los servicios más habituales, y a la vez más esenciales para la salud del propulsor. No obstante, hay mecánicos que no dudan en usar un aceite de calidad inferior o incluso realizar el servicio sin necesidad. Un lubricante incorrecto incrementa la fricción en las partes móviles, facilita la acumulación de residuos metálicos y acelera la degeneración de componentes internos, lo que a la larga supone gastos mayores. Si escuchas que “para tu coche sirve cualquier aceite”, alza la voz: ese consejo puede ser la antesala de un servicio innecesario.
  • Reemplazos con repuestos genéricos: Cuando un taller te ofrece piezas más económicas bajo el argumento de que son equivalentes a las originales, debes cuestionar la conveniencia de esa elección. Los repuestos de marca garantizan un ajuste exacto y una durabilidad óptima; mientras que los genéricos, pensados para encajar en múltiples modelos, pueden comprometer el rendimiento y poner en riesgo la seguridad de tu vehículo. Ante una propuesta de este tipo, pide que justifiquen el uso de componentes distintos a los de fábrica y solicita detalles sobre las ventajas y desventajas de cada opción.
  • El truco de las piezas ‘sucias’: Otro recurso habitual es mostrar filtros de aire o combustible cubiertos de polvo o residuos y convencerte de que están desgastados y requieren sustitución inmediata. En muchos casos, basta una limpieza cuidadosa para que recuperen su eficacia sin incurrir en el coste de una pieza nueva. Cuando te exhiban un filtro sucio y te indiquen que debes cambiarlo, exige una explicación pormenorizada. Si el taller no puede especificar la causa exacta del daño, busca una segunda opinión antes de firmar nada.

Acudir al mecánico no tiene por qué ser sinónimo de sobresalto económico. Informarte sobre tu automóvil, no dejarte amedrentar por recomendaciones vagas y solicitar siempre un presupuesto detallado por escrito son pasos imprescindibles para evitar sorpresas desagradables. Si investigas y comparas diagnósticos, podrás distinguir entre proveedores honestos y aquellos que pretenden sacar provecho de tu desconocimiento.